Seis videojuegos para desconectar aunque lleves 20 años sin tocar una consola
¿Lo último que hiciste fue aplastar una seta pixelada? ¿Te dan vértigo las aventuras en 3D? No te preocupes, el sector también tiene hueco para tus horas muertas
Para algunas personas, no hay mucha diferencia entre un viaje en barco sobre mares revueltos y un rato jugando a un videojuego en tres dimensiones. El vaivén de las olas y los desplazamientos ondulantes de la pantalla conducen al mismo desenlace un vacío en un estómago que estaba lleno minutos antes. La historia de los videojuegos es, en general, una de audiencias crecientes y cada vez más diversas. Y sin embargo también es una de jugadores que se han ido quedando atrás. A algunos se les pasó ‘la edad’. Otros llegaron tarde o nunca se asomaron. Hay quien mantiene viva la llama con las débiles ascuas de juegos móviles del estilo del Candy Crush.
Si tu situación es alguna de las anteriores (o todas) y has tirado la toalla porque nada te llama en los grandes títulos que arrastran a las hordas gamers, te estás perdiendo una valiosa vía de entretenimiento en estos tiempos de escasez. Te lo digo yo, que dejé la afición a los videojuegos olvidada en una Game Boy Color en los años noventa y he coronado con nauseas (y otras catastróficas desdichas) cualquier intento de asomarme a las profundidades de los populares juegos tridimensionales.
Este ha sido mi camino, y podría ser el tuyo.
Carroña
Si no sabes por donde empezar, una buena opción es plantearte una pregunta básica: “¿Qué tengo en casa?”. No sabemos si esta reconciliación con los videojuegos va a tener éxito y parece sensato evitar grandes gastos. Yo no tenía nada propio, pero convivo con uno de esos seres que un día, en su más tierna infancia, cogieron una consola, y luego otra, y luego otra, y luego otra, y luego otra… Y así hasta hoy.
Así que empecé por Pokemon Diamante, vía Nintendo DS (esas que tenían dos pantallas). ¿Por qué Pokemon? Porque era lo que había en mi Game Boy Color y aunque mi edición era la clásica -con Pikachu, Charmander y las demás viejas glorias- la historia es parecida. Empezar por algo familiar (y un poco viejuno, teniendo en cuenta los ritmos de la industria) puede suavizar en aterrizaje. Por otra parte, quien no tenga consola, puede encontrar un sinfín de juegos aptos para ordenadores en la plataforma Steam.
Nuevos viejos juegos
Me cansé de Pokemon al cabo de una semana. Cuando llegué a la liga -la última serie de combates con los entrenadores más avanzados- se me murió la ambición, pero no la necesidad de seguir llenando las horas confinadas. Entonces di un paso más en mi recién construida identidad de gamer oportunista, carroñera y conservadora, rapiñé una Nintendo Switch y descubrí los remakes.
Zelda: Link’s Awakening es uno de los más recientes y casualmente de una saga también estuvo en mi Game Boy. ¿Qué más se puede pedir? La estética es igual, acaso más adorable, y los controles, muy parecidos. Este último punto era clave en mi experiencia previa: cuando hay que usar muchos botones a la vez, me aturrullo y no me divierto.
El único pero de este título es que sólo está disponible para Nintendo Switch. Por otra parte, para nostálgicos valientes, hao otra entrega más moderna y tridimensional de la saga: Zelda: Breath of de WildConfieso que antes lo había intentado con una entrega más moderna y tridimensional de Zelda -Breath of the Wild-, y pagué esa entretenida hora con otra hecha un ovillo en el sofá superando el mareo.
Cuando la carroña no es una opción
Si no tienes consolas a tu alcance. Siempre te queda la alternativa de usar un ordenador como ventana al mundo de los videojuegos. En la plataforma Steam encontrarás un amplio catálogos de juegos descargables para Mac y PC, entre los que figuran algunos de los que están en esta lista y muchos otros.
¿Más de lo mismo?
Agotado y largamente disfrutado el remake del Zelda, me quedé huérfana. No tenía más juegos para la Game Boy, así que mis referencias estaban agotadas. Comenzó así la aventura en Google: “juegos parecidos al Zelda” -la mayoría en 3D-, “juegos de perspectiva isométrica para switch” -demasiado específico-, “juegos 2D Switch” -excesivamente genérico-… Cuando me disponía a tirar la toalla con el mundillo por segunda vez en treinta años, topé con Child of Light (disponible Microsoft Windows, PlayStation 3, 4 y Vita; Wii U, Xbox 360 y Nintendo Switch).
Esta opción, obra de la división canadiense de Ubisoft, no es Pokemon ni Zelda, pero encierra un espectacular mundo de dibujos en acuarela y una historia que, aunque sencilla, mantiene vivo el interés. El videojuego se desarrolla en dos dimensiones, es muy fácil de manejar y, como otros similares tiene niveles de dificultad adaptables: experto, “para jugadores que buscan una experiencia desafiante”; u ocasional, para quienes “prefieren centrarse en la historia y la atmósfera”.
La frustración
Con Child of Light descubrí que a mí lo que me gusta es que el juego sea bonito, así que acudí al oráculo de Google con mi nuevo requisito y este me descubrió Ori and the Blind Forest (Nintendo Switch, Xbox One, Microsoft Windows). Este cuarto videojuego es bonito a rabiar, tal vez con un estilo más próximo a una película de Disney, tiene una historia llena de personajes entrañables e invita a pasar horas y horas explorando un bosque lleno de recovecos.
Si le vas a dar una oportunidad, hay algo que debes saber: nunca he estado tan cerca de tirar la consola por la ventana. Quizás por falta de experiencia, este videojuego me llevó al límite de mis habilidades en una larga lista de ocasiones. Es probable que tengas que repetir ciertas partes del juego varias decenas de veces, pero acabarás lográndolo. Y si tu consola es Xbox o tu ordenador un Windows, buenas noticias: hace poco que se ha estrenado Ori and The Will of the Wisps.
Un escarabajo con un matasuegras
Yoku’s Island Express (PlayStation 4, Nintendo Switch, Xbox One, Microsoft Windows), es infinitamente más sencillo que las aventuras de Ori y, por lo mismo, respeta más los nervios del gamer oportunista. No es tan arrebatadoramente bonito como los dos anteriores, pero tampoco está mal, y tiene un espíritu más cómico que épico. Esta es la historia en dos dimensiones de un escarabajo pelotero que llega a una isla para encargarse de la oficina de correos y luchar contra el mal, armado con un matasuegras.
La exploración de la isla se combina en esta ocasión con retos de pinball, protagonizados por el escarabajo y su pelota, claro. ¿Lo bueno? Que no hay que pensar. ¿Lo malo? Que hacia el final se vuelve un poco monótono. ¿Pero qué otra cosa vas a hacer? ¿Irte a un bar?
La paz
Gris (Nintendo Switch, PlayStation 4, Android, iOS, Microsoft Windows, Mac OS) es un juego bidimensional más, con sus controles sencillos, su historia paralela y su capacidad para llenar horas vacías. Pero al mismo tiempo es otra cosa. The Verge lo calificó como “uno de los juegos más bonitos que se han hecho jamás”. Y no exageraba.
Este videojuego creado por el estudio barcelonés Nomada acaba de superar el millón de copias vendidas y te propone una aventura sin diálogos en un universo cada vez más colorido donde belleza e imaginación se desbordan en cada pantalla. Si en esta aventura descubres que lo tuyo también son los juegos bonitos, pronto te sorprenderás haciendo eses con tu avatar en el agua sólo por el placer de verle nadar.
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