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India frente a China: la otra batalla de la guerra tecnológica mundial

Con un nuevo veto a decenas de aplicaciones chinas, India se muestra decidida a rebajar la influencia de su vecino en su mercado digital; paralelamente, Silicon Valley invierte fuertemente en el país asiático

El primer ministro indio, Narendra Modi, saluda al presidente chino Xi Jinping el 4 de septiembre de 2017 en Xiamen, China.
El primer ministro indio, Narendra Modi, saluda al presidente chino Xi Jinping el 4 de septiembre de 2017 en Xiamen, China.Mikhail Svetlov (Getty Images)

Fuera de China, el principal mercado que tienen para expandirse los gigantes Alibaba, Tencent o ByteDance —la propietaria de TikTok— es India. No es la región más suculenta por ingresos, pero alcanza los 500 millones de usuarios de smartphones, solo por detrás de China. Y el crecimiento es vertiginoso: para 2022 se espera que la cifra ascienda a 700 millones de usuarios, según la analista Counterpoint Research.

Pero el Gobierno indio trata de frenar en seco esta expansión. El pasado mes de junio prohibió 59 aplicaciones chinas en todo el territorio nacional. Entre ellas, se incluían algunas muy populares, como TikTok o WeChat. Ahora, en otro movimiento contundente, el ejecutivo de Narendra Modi ha vetado otras 118 apps del país vecino. En esta ocasión han caído aplicaciones como la del buscador Baidu, el videojuego PUBG Mobile (de Tencent) o Alipay (el servicio de pagos digitales de Alibaba).

La justificación, como ha sucedido en el enfrentamiento entre la Administración Trump y Bytedance (y con China en general), ha sido la seguridad nacional. El Ministerio de Electrónica y Tecnología de la Información de la India ha apuntado que las actividades de las aplicaciones prohibidas eran perjudiciales para “la soberanía e integridad de la India” y para “el orden público”. En el mes de mayo la relación entre los dos vecinos se tensó en la frontera que ambos comparten en el Himalaya. El conflicto devino en escaramuzas de ambos ejércitos, una de las cuales causó la muerte a 20 soldados indios.

“Esto se lee en clave de represalias por las tensiones fronterizas”, indica Mario Esteban, investigador principal de Asia-Pacífico en el Real Instituto Elcano, sobre la prohibición de las aplicaciones. “Hay empresas chinas en el ámbito digital que tienen presencia en India, pero apenas hay empresas indias con presencia digital en China”. Es una primera lectura de índole económica. “Hay otra lectura que tiene mayor profundidad geoestratégica, que tiene que ver con la bipolarización del mundo digital, la separación entre dos polos digitales, el estadounidense y el chino”, comenta Esteban.

Reflejo de esta pelea es el conflicto sobre TikTok en Estados Unidos, a quien la Administración Trump ha dado de plazo hasta el 15 de septiembre antes de prohibirla. Solo se salvará si una empresa estadounidense —la candidata más probable es Microsoft— compra los activos en EE UU. India, en cambio, no parece tener ninguna compañía dispuesta a adquirir las operaciones de TikTok en este país.

Precisamente el movimiento de India contra las aplicaciones chinas coincide en el tiempo con un acercamiento de Silicon Valley al país del Ganges. Este año varias empresas tecnológicas de Estados Unidos han hecho fuertes inversiones en India. Amazon inyectó 1.000 millones de dólares a sus operaciones en el país. Mientras que la operadora Reliance Jio, la más importante de India, ha recibido un aluvión de dinero. Facebook invirtió en ella 5.700 millones de dólares a cambio de una participación del 10%, mientras que Google se hizo con un 7,7% por 4.500 millones. Intel y Qualcomm también se han sumado como inversores, con 253 millones y 97 millones respectivamente. Reliance Jio sería también la candidata mejor situada para pujar por las operaciones de TikTok en India, pero su alianza con Facebook —que acaba de lanzar Reels para competir con la app china— dificulta cualquier plan de adquisición.

Jeff Bezos, fundador de Amazon, en un evento de la compañía en Nueva Delhi en enero pasado.
Jeff Bezos, fundador de Amazon, en un evento de la compañía en Nueva Delhi en enero pasado.Anushree Fadnavis (Reuters)

Al mismo tiempo se ha paralizado mediante orden gubernamental toda inversión proveniente de China, ante el temor de que la crisis generada por la pandemia convierta a las empresas indias en presa fácil del capital chino. Hay que tener en cuenta que en el ámbito digital, las compañías chinas tenían una gran presencia en India por sí mismas, pero también como inversoras en startups. “Antes India lo que hacía era tocar los dos palos. No es que India priorizase a China frente a Estados Unidos sino que estaba abierta a hacer negocios con todos, siempre que hubiera interés empresarial detrás de esas relaciones”, explica Esteban.

Poco a poco la cercanía entre los dos países y la voracidad de los gigantes empresariales chinos ha sembrado el mercado digital indio de influencias de su vecino del norte. El grupo Alibaba ha invertido en Snapdeal, uno de los principales sitios de comercio electrónico del país, así como en BigBasket, un supermercado online, en la app de pagos Patym o en Zomato, de entrega de comida a domicilio.

Tencent ha diversificado su capital entre otras startups y compañías indias, como el Uber indio Ola, así como en empresas de entrega de comida a domicilio y de comercio electrónico. Mientras que otros gigantes, como la compañía china Meituan Dianping, que cubre una amplitud de servicios de ecommerce, o ByteDance también han inyectado millones en el país.

Sin olvidar que la primera marca de smartphones en India es Xiaomi, con un 31% de cuota de mercado. Entre el top 5 de fabricantes solo hay uno que no es chino, Samsung, con algo menos del 17% de cuota.

El vuelco hacia Estados Unidos

La inversión china ha inundado a las empresas de tecnología indias en los últimos años. El pasado 2019 sirvió para inyectar 8.000 millones de dólares y en 2018 la cifra rondó los 6.000 millones. En 2019 había 12 unicornios (startups valoradas en más de 1.000 millones de dólares) respaldados por compañías chinas, por 8 apoyados por capital estadounidense, según la firma de inversión india Iron Pillar.

Pero el veto a las apps marca una posición de futuro. “La señal que da aquí India claramente es que se alinea con Estados Unidos. Esto tiene implicaciones muy amplias, porque dentro de la competencia global que hay entre Estados Unidos y China, el espacio digital es uno de los principales dominios de confrontación”, apunta el investigador de Elcano.

Los gigantes de Silicon Valley no siempre lo han tenido fácil para penetrar en el mercado indio. En 2016 el gobierno indio vetó el proyecto Free Basics de Facebook, que pretendía implantar un acceso restringido pero gratuito a Internet, por ir en contra de la neutralidad de la red. Ese mismo año se prohibió a Google la implantación de Street View basándose en la seguridad nacional.

El clima es muy distinto ahora. Facebook trabaja con el operador Reliance Jio en una iniciativa que integra su plataforma de comercio electrónico JioMart con WhatsApp. El objetivo es conectar a los consumidores con comerciantes locales, que venden productos básicos y de alimentación. Los planes de Google son otros en su alianza con la misma compañía. El gigante estadounidense quiere producir terminales low cost adaptados al mercado local, para atraer a los millones de usuarios aún sin smartphone en el país.

Todo ello son señales del bando que India ha escogido en el conflicto tecnológico entre Estados Unidos y China. Y son también síntomas del mundo digital bipolar hacia el que caminan los países.

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