El coche que tiene tanto de coche como de ordenador
El Model 3 es el primer paso para que Tesla se convierta en una compañía de tecnología que integre hardware, software y servicios a gran escala
Los primeros Tesla Model 3 que el propio Elon Musk entregó en el evento que inauguró su puesta a la venta representan la culminación de su “plan maestro” para acelerar la adopción de energías renovables: fabricar un coche completamente eléctrico para las masas. Pero ahora queda lo más difícil. El propio Musk aseguró que los próximos seis meses serán un “infierno” para hacer que la producción pueda hacer frente a las más de 500.000 reservar realizadas para adquirirlo.
Es un coche singular, como el resto de modelos del fabricante californiano. Todas las funciones que incluye se controlan a través de una gran pantalla táctil de 15 pulgadas y la puerta se desbloquea a través de la aplicación para smartphones, ya que carece de llave. Es un coche con ADN Silicon Valley.
“Diseñamos el Model S para ser un ordenador muy sofisticado sobre ruedas”, dijo Musk al presentar las primeras actualizaciones del Model S, el gama alta de la compañía. “Tesla es una compañía de software igual que lo es de hardware. Una gran parte de lo que es Tesla, es una compañía de software de Silicon Valley. Esto es como actualizar tu smartphone”.
"Diseñamos el Model S para ser un ordenador muy sofisticado sobre ruedas"
Al igual que un iPhone, el Model 3 recibirá actualizaciones de forma inalámbrica que pueden aumentar sus capacidades, hacerlo más rápido o más seguro como ya ocurre con el Model S, el gama alta de Tesla. Son como las actualizaciones de iOS o Android, y es una de las principales ventajas de que los coches del fabricante estén conectados a internet siempre. En la última gran actualización, se mejoró el control de crucero inteligente, el cambio de carril automático y la detección y advertencias de peligro de colisión lateral.
La cohesión entre ser un fabricante de coches y una compañía de tecnología está impresa en el espartano y futurista interior del Model 3, donde ya no hay cabida para los botones ni las esferas, sólo para una enorme pantalla. Como los smartphones y su evolución: de estar repletos de botones a presentar una gran pantalla que ya acapara todo su frontal.
De esa dualidad entre ser una compañía de hardware y de software, nace Autopilot, el sistema de conducción asistida propietario de la compañía y del que se espera evolucione hasta el punto en el que tan sólo sea necesario indicar al coche a dónde quieres ir a través de la aplicación. Él vendrá a recogerte y te dejará en tu destino. El Model 3 incluye los sensores necesarios para ello: radares, siete cámaras, 12 sensores ultrasónicos y un "cerebro" especializado en tratamiento de datos desarrollado por el fabricante de tarjetas gráficas Nvidia. Sin embargo, para habilitar sus funciones, se deberán abonar 5.000 dólares extra para obtener velocidad de crucero dependiente del tráfico, cambio de carril automático o la posibilidad de llamar al coche y que salga solo del garaje. Para que en el futuro se convierta en un vehículo completamente autónomo, cuando los algoritmos estén perfeccionados y la regulación lo permita, hay que pagar otros 3.000 dólares.
Tesla aprende con cada coche que pone en carretera
Tesla aprende de todos los coches que ha vendido. La compañía ya ha recopilado y tratado más de 2.000 millones de kilómetros en datos a través de sus vehículos en multitud de carreteras y condiciones meteorológicas a través del mundo. Y en la carrera por ser el primero en lanzar un coche completamente autónomo, los datos son lo más importante. A más datos, más rápido aprenden los algoritmos.
Cualquier coche de la marca piensa qué hacer en todo momento si fuese un vehículo autónomo, aunque sea el conductor el que está girando el volante o pisando el pedal de freno. Realiza estos cálculos e hipótesis para compararlos con las maniobras del conductor, comparar diferencias y aprender de sus errores. Todos los vehículos envían lo que aprenden y los algoritmos de inteligencia artificial de Tesla se alimentan de ello. Musk cree fervientemente llevar la delantera en esta carrera, y nunca ha dudado de compartir públicamente los progresos que logra el fabricante ya sea a través de comunicados o en su propia cuenta de Twitter, donde suele compartir sus progresos para júbilo de su gran legión de fans.
Cuando tienes el hardware y el software llegan los servicios. Los tres grandes pilares del éxito en Silicon Valley. Los coches serán la próxima gran plataforma de aplicaciones como lo es iOS o Android, y Tesla ya ha comenzado a integrar varios servicios a disposición de sus clientes en el sistema operativo del coche como asistencia técnica o comprobación de puntos de carga rápida cercanos y su disponibilidad. Pero para Musk es sólo el principio. Él ambiciona transformar Tesla en una empresa de movilidad donde sus clientes puedan, a través de la aplicación, ceder su vehículo durante las horas que no está siendo utilizado para incorporarse a una gran flota de taxis autónomos y ganar dinero en el proceso. Es el próximo gran paso de su segundo plan maestro. El primero culminó a finales de junio con las primeras entregas del Model 3. Sin embargo, es ahora cuando llega el principal reto de la compañía: fabricar coches como son capaces de hacer los fabricantes líderes de la industria que quieren cambiar para siempre.
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