El español de 17 años que crea los filtros más populares de Snapchat

Abrir Snapchat y explorar los filtros, jugar con ellos. Llegar a un nuevo lugar y ver qué sale. Esa es una de claves del éxito de la aplicación que ha conquistado a los millennials en Estados Unidos. En cada lugar, en cada situación, las opciones son distintas. Cuando se viaja fuera de su país de origen esa magia no es tan constante.

Snapchat tiene la opción, algo desconocida, de crear filtros propios, para que aparezcan a otros usuarios cuando estén cerca de un lugar. Una vez que se envían, Snap (la compañía creadora de la aplicación) los añade a su catálogo. En pocos días son populares, el número de usuarios activos crece y las imágenes se comparten en otras redes sociales.

En España, un usuario ha comenzado a enriquecer la experiencia. Guillermo Martina López-Pelegrín (Madrid, 1999) ha conseguido cautivar a los responsables de la aplicación y conseguir que sus filtros pasen a ser los más conocidos de Madrid, Málaga y, la localidad donde vive su padre, Soto del Real.

Su motivación viene, precisamente, por el hartazgo al ver los que salían por defecto: “Siempre que estaba en Madrid veía que había geofilters pero la mayoría me parecían muy feos. Decidí investigar y vi que se podían hacer y enviarlos (siempre con unas medidas determinadas y en formato .png)”, explica con su selectividad terminada y con el Bachillerato de Humanidades recién conseguido. Martina reconoce que todos los adolescentes de su entorno tienen la aplicación en su teléfono: “Sí o sí”.

Como gran parte de los miembros de su generación el uso de herramientas digitales se hace con naturalidad: “Empecé a usar Photoshop pues por pura diversión porque desde que tengo uso de razón, el arte me ha guiado. Pinto, hago fotos, monto vídeos, amo el cine, la escultura, la moda, la música. Cher y Fangoria son mis mayores referencias”. Enganchado a sus clases de Historia del Arte, quiere estudiar Bellas Artes. Si le da la nota.

Hace dos veranos hizo el filtro de Madrid, el que incluye la Puerta de Alcalá. “Estaba en un campamento fuera de Madrid, le pedí a mis amigos que me lo enseñaran, y me hizo muchísima ilusión, tanta que seguí haciendo más y más”, relata.

Reconoce que en su entorno el uso de Snapchat ha decaído desde que Instagram añadió Stories. “Sigue entre las cinco más descargadas, y me gustan las fotos instantáneas, que caduquen a las 24 horas, pero la red que más uso es Instagram, ahí encuentro un montón de inspiración y además me encanta subir fotos tras haberlas editado y tener cuidado mi feed, que es mi galería. Me encanta ver que todas mis fotos tienen un color común, o una luz parecida”.

Ve la creación de filtros en Snapchat como una oportunidad para liberar su creatividad, pero también para explorar más posibilidades creativas. “Warhol me pirra, Dalí me parece lo más y Van Gogh, aunque sea del XIX, me inspira muchísimo. Tengo muchas referencias artísticas, me gusta mucho el arte pop, Nueva York de los años 70 con Studio 54, el Madrid de la Movida con Alaska y Almodóvar…”, enumera con seguridad a pesar de su corta edad. El joven ha seguido haciendo filtros, por divertimento puro, pero no descarta hacerlos para marcas que, como pasa en Estados Unidos, quieran contratar publicidad interactiva con estos filtros.

La acogida favorable de estos filtros ha dado pie a que el joven creativo comience a explorar y vender camisetas con sus diseños: “Hace ya unos meses, en clase de tecnología hice un diseño en Photoshop porque me aburría de Cher como si fuera una virgen. Me hice una camiseta y triunfó tanto que ahora he creado una marca, TUNO-MOMO, donde vendo camisetas con diseño propio”.