‘Gadgets’ sobre ruedas
Cascos, sensores, motores eléctricos y otros dispositivos tecnológicos mejoran la seguridad y la productividad de los ciclistas
La bicicleta es el vehículo de moda. Año tras año, la concienciación con respecto al cuidado del medio ambiente y la preocupación por la actividad física crecen, y con ellas aumenta también el número de ciclistas. Según el último Barómetro de la Bicicleta, correspondiente al año 2015, uno de cada diez ciudadanos usa la bicicleta prácticamente a diario, y un 60% de ellos la utiliza para desplazamientos cotidianos como ir al trabajo o al instituto. Y muchas empresas tecnológicas aprovechan esta explosión del ciclismo para ofrecer gadgets muy útiles e interesantes -como cascos, sensores, motores eléctricos o sistemas de iluminación- que hacen más segura y eficiente la conducción de las bicicletas.
La eléctrica es la reina. En 2015, según la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), las cifras de ventas de bicicletas eléctricas aumentaron un casi un 40% respecto al año anterior. Aunque el número de unidades vendidas todavía es algo bajo, se trata del tipo de bicicleta que más crece, además de suponer una fuente de ingresos muy importante para el sector. Estas bicis con motor supusieron en 2015 el 56% del total de los ingresos por ventas de bicicletas en general.
Varios fabricantes de automóviles han decidido seguir esta tendencia y diseñar bicicletas con motor eléctrico, como la Cruise E-bike (BMW) o la Green E Line (Skoda). También elaboran vehículos de este tipo otras marcas que no proceden del mundo del automóvil, como A2B, Orbea, Gocycle, Artik o Alterbike. Sin embargo, aquellos que tengan una bicicleta sin motor no tienen por qué comprar una nueva.
Rubbee es un motor eléctrico portátil que se puede acoplar a cualquier tipo de bicicleta. Va colocado bajo el sillín y se monta y desmonta fácilmente. Se trata de un gadget que da más potencia a la rueda trasera pero sin desgastarla por fricción. Su peso es ligero, solo de seis kilos y medio, y la bicicleta que lo incorpore podrá desplazarse sin necesidad de pedalear a lo largo de 25 kilómetros, a una velocidad de hasta 25 km/h.
En 2015 las ventas de bicicletas eléctricas aumentaron un 40% respecto al año anterior
La misma función cumplirá, pero de un modo completamente diferente, GeoOrbital. Se trata de una rueda orbital -es decir, que no está conectada a un eje, sino que orbita alrededor de un área vacía- en cuyo centro se han colocado los componentes necesarios para que funcione como un sistema de propulsión de vehículos. Este sistema también se puede incorporar prácticamente a cualquier bicicleta, y su montaje es sencillo. Así, convierte cualquier bici normal en una eléctrica que puede acelerar a 32 kilómetros por hora en seis segundos. Si se pedalea un poco, puede alcanzar la velocidad máxima de 80 kilómetros por hora. Será lanzado al mercado en febrero del año que viene.
Entrena sin salir de casa
Muchos ciclistas profesionales no pueden entrenar fácilmente en sitios no adaptados para ello. Los creadores de RooDol querían solucionar este problema y diseñaron un sistema de rodillos que convierte cualquier bicicleta en estática, para que los ciclistas puedan ejecutar sus ejercicios en cualquier sitio y momento. Es cómodo de transportar y ocupa muy poco espacio. Además, funciona conjuntamente con una app de seguimiento que permite saber si estás realizando el entrenamiento correctamente.
BKOOL, por otro lado, es un aparato similar pero que da un paso más allá: su sistema ligero y compacto de rodillos va acompañado de un simulador de entrenamientos. De este modo, solo con tener una pantalla de ordenador delante, hace posible competir con tus amigos o hasta participar en ligas sin necesidad de salir de casa. Además, se pueden correr etapas conocidas, como el Giro de Italia.
Seguridad y eficiencia
El aumento en la utilización de bicicletas ha ido acompañado de un incremento en el número de accidentes en los que hay involucrados ciclistas. Según el informe Análisis de la Siniestralidad en Ciclistas 2008-2013, elaborado por la Universidad de Valencia y publicado en abril, los accidentes de bicicleta se multiplicaron por dos en cinco años. De las 24.530 víctimas de accidentes de ese tipo en dicho período, 303 fallecieron y 3.000 resultaron heridas de gravedad. Por tanto, se ha producido un ascenso continuado, de 2.964 siniestros en 2008 a 5.806 en 2013. El mismo estudio revela también que un 73% de los accidentados entre 15 y 24 años no utilizaban casco. Incluso desde la Dirección General de Tráfico se ha desarrollado una campaña durante el pasado mayo para concienciar sobre una conducción segura de bicicletas.
Actualmente existen varios dispositivos tecnológicos enfocados a mejorar la seguridad de los ciclistas. ICEdot Crash, por ejemplo, es un sensor acoplable a cualquier casco que detecta los impactos. En caso de golpe, el sensor conecta con una app que envía el trayecto, la localización e información de relevancia -nombre, medicación o número de teléfono al que avisar en caso de accidente- a diversos contactos de emergencia. Smart Helmet es otro gadget que permite combinar seguridad y tecnología. Se trata de un casco que no solo protege la cabeza de posibles impactos, sino que además es capaz de monitorizar diversas variables del ciclista, como medir la frecuencia cardíaca o contabilizar las calorías que se queman.
Para ayudar a que los conductores de bicicletas se orienten, se han creado sistemas como Smart Halo, que será lanzado al mercado en septiembre de este año. Este dispositivo se instala de manera permanente en la bicicleta y funciona como un GPS que indica el camino a seguir por medio de luces que además contribuyen a mejorar la visibilidad. El aparato es capaz de notificarte si has recibido alguna llamada telefónica o mensaje, alertarte en caso de que las condiciones climatológicas sean desfavorables o ayudarte a marcar metas de distancia, tiempo o calorías. HammerHead es otro gadget que guía también al ciclista por medio de patrones de luz en el manillar y que, además, puede indicarle el camino de vuelta en caso de que se pierda.
Muchos accidentes se producen por la dificultad de las bicicletas tanto para ver como para ser vistas por otros vehículos. Para solventar este problema surge Revolights, un sistema de iluminación led que se incorpora en las ruedas de la bicicleta y que proporciona una visibilidad de 360º. Así, contribuye a evitar algunas de las colisiones que se producen, por ejemplo, de noche y por falta de visibilidad a los lados. Esas luces pueden indicar, también, si se reduce la velocidad de la bicicleta o si se va a girar a los lados.
Por otro lado, a causa del ruido de las ciudades a veces el timbre estándar de las bicicletas no es suficiente. Loud Bicycle es una bocina que se incorpora en la bicicleta y que produce un sonido tan potente como el claxon de un coche. Puede ser pulsada durante un máximo de 30 segundos seguidos, y alcanza hasta 112 decibelios.
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