Robin, un móvil en la ‘nube’
Uno de los fundadores de Android crea su móvil ideal. Creado por una equipo de apenas 33 empleados, elimina por completo el problema del almacenamiento
Android ha sido el equivalente a Windows para el móvil, un sistema operativo que ha democratizado el acceso al teléfono inteligente en todo el mundo. Nacido en Google, apenas quedan miembros del equipo inicial tras la salida de Andy Rubin. Tom Moss (Honolulu, 1978) es uno de aquellos pioneros, su punto de vista con la industria es bastante crítico: “Casi todo parece lo mismo. Apenas hay distinción entre modelos”. Esta reflexión le llevó a unirse a Scott Boyle, un premiado diseñador, líder de esta división durante siete años en HTC. Fundaron Nextbit, una firma que da empleo a apenas 33 trabajadores y creadora de Robin, un smartphone que elimina por completo el problema del almacenamiento al hacerlo virtualmente infinito. La ambición de ambos era hacer un móvil que se distinguiese por dentro y por fuera. El experimento ha salido al mercado este mes de marzo en 40 países y solo se consigue online.
En lugar de ir a los inversores de capital riesgo, decidieron crear una campaña en Kickstarter. “Nos servía para conocer de manera real la demanda que puede tener, para demostrar que no es algo fruto de nuestra imaginación”. Acertaron, en la primera semana ya tenían más de 10.000 unidades compradas. Robin sale en dos colores, con acabado plástico, forma de bloque y cómodo al tomarlo en la mano. La cámara trasera es de 13 megapíxeles y la frontal de cinco, para saciar la fiebre selfie. La pantalla es 5,2 pulgadas. Incluyen el chip NFC para poder usar Android Pay. El procesador es el Qualcomm 808, el más común en la gama alta. Cuenta con 32 gigas de memoria interna y 100 más en la nube, precisamente lo que les hace diferentes.
La mayor dificultad, quizá, es la distribución. Las operadoras no lo tienen en su catálogo. A su favor, las redes sociales y los expertos que lo recomiendan
“No tiene sentido tener tantas aplicaciones siempre en el móvil”, arranca el inventor para explicar cómo funciona su propuesta, “lo que hacemos es analizar qué se usa más y tenerlo en el móvil. El resto pasa a la nube. Se trata de una gestión inteligente que hace que se optimice la memoria y se tenga acceso a todo de manera inmediata”. Huelga decir que sin acceso a Internet constante la experiencia no es tan cómoda.
La mayor dificultad, quizá, es la distribución. Las operadoras no lo tienen en su catálogo. A su favor, las redes sociales y los expertos que lo recomiendan. “Como las operadoras ya no ofrecen descuentos en el catálogo, no subvencionan, los clientes comienzan a pensar más en móviles alternativos. Y ahí somos una propuesta que se sale de lo habitual”, insiste el creador.
En su oficina de SOMA, el barrio de las startups de San Francisco, con vistas al Caltrain, el tren que lleva a Silicon Valley, mira al futuro con ilusión: “Ahora mismo somos 35 personas. En dos años espero que nuestro alcance sea global. Creo que poco a poco se va a ver nuestra propuesta como un acierto y nos van a imitar”.
Moss vuelve a hablar del hartazgo que ha generado la industria: “La gente joven es la que muestra más interés. Ya no les llama la atención el iPhone. Si tu abuelo tiene un iPhone ya no te llama la atención”.
Robin es un móvil bastante atípico en todos los sentidos, aunque en lo que respecta a las especificaciones no lo parezca: pantalla de 5,2 pulgadas, 3 GB de RAM, cámara de 13 megapixels (frontal de 5 MP) y batería de 2.680 mAh
Desde el punto de vista técnico, Robin es un móvil bastante atípico en todos los sentidos, aunque en lo que respecta a las especificaciones no lo parezca: pantalla de 5,2 pulgadas, 3 GB de RAM, cámara de 13 megapixels (frontal de 5 MP) y batería de 2.680 mAh. Esto es lo convencional, pero a partir de este punto Robin comienza a contar con personalidad propia, y empezando por el propio hardware y estética del equipo: cuenta con una combinación de colores diferente y una superficie rugosa que ya marcan distancias con lo que habitualmente se ve en el mercado. Sin embargo, la estética es la menor de las novedades de este original dispositivo.
100 GB de almacenamiento (en la nube)
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los propietarios de un móvil es el del almacenamiento: cada vez más fotos, vídeos y apps terminan con llenar el móvil del contenido y no se puede instalar nada más. Hasta la fecha, la forma de evitar esta limitación consistía en comprar móviles con más capacidad, o bien optar por derivar parte del contenido a las tarjetas de almacenamiento. Una solución cara en el primer caso e incómoda en el segundo, y Nextbit apuesta por servir barra libre de almacenamiento con 100 GB que ofrece de forma totalmente gratuita a sus usuarios. Eso sí, en la nube.
¿Cómo funciona este sistema? La máxima que defiende el equipo es que el usuario se despreocupe por completo del asunto ya que el móvil se encarga de gestionar todo en segundo plano. Robin se encarga de ir subiendo todo el contenido al espacio privado en la nube (todo cifrado) y no solo con la idea de hacer una copia de seguridad, sino también para llevar a cabo una gestión inteligente del almacenamiento. En función del tipo de uso que se haga del móvil, el sistema irá subiendo aquellas apps que no se usen a la nube y luego el usuario podrá descargarlas mediante un solo toque si quiere volver a utilizarlas.
La máxima que defiende el equipo es que el usuario se despreocupe por completo del asunto ya que el móvil se encarga de gestionar todo en segundo plano
Con las fotos sucede lo mismo: Robin sube todas al servidor y deja en el móvil una versión muy reducida que apenas ocupa espacio. De esta manera, el espacio deja de ser un problema para los usuarios del terminal, que ven cómo el dispositivo va organizando todo el contenido de forma autónoma para dejar siempre espacio para más material. Dicho lo cual, surgen las dudas: ¿se gasta la batería cuando se sube a la nube el contenido? ¿Y el plan de datos?
Para ambas cuestiones, Nextbit tiene respuesta: la sincronización con la nube puede ser personalizada a gusto del usuario, pero en cualquier caso, los respaldos se harán por defecto en conexión WiFi y siempre y cuando el equipo esté enchufado a la red eléctrica. Este innovador concepto de telefonía lleva en sus entrañas Android, aunque se ejecuta sobre una capa bautizada como Nextbit OS. El dispositivo cuenta con todo lo que se puede esperar de un smartphone moderno y se puede comprar por el momento en Estados Unidos, a un precio de 399 dólares.
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