¿Puede una tableta reemplazar al ordenador?
La respuesta está en Surface Pro 4, una tableta con Windows 10 que se convierte en portátil gracias a sus accesorios
La apuesta de Microsoft por los equipos híbridos se remonta a 2012, cuando lanzó su primera Surface. Desde entonces, se han sucedido distintas versiones de esta tableta, cuya evolución ha dado lugar a la Surface Pro 4, protagonista de este análisis. Ha cambiado la pantalla, sus complementos o el software, pero la filosofía se ha mantenido intacta durante este periodo: ofrecer la portabilidad de una tableta y la potencia de un ordenador. Para conseguirlo, Microsoft apuesta en esta ocasión por una pantalla de 12,3 pulgadas, una configuración más propia de un ordenador o el uso de Windows 10, entre otros.
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Tamaño: 292,10 x 201,42 x 8,4 mm. Pantalla de 12,3 pulgadas PixelSense.
Destacamos: peso de 786 gramos, 8 gigabytes de almacenamiento y batería con 9 horas de autonomía.
Creación propia
Valoración
- Calidad-precio: 4 sobre 5
- Diseño: 4 sobre 5.
- Innovación: 4 sobre 5.
- Manejo: 5 sobre 5.
- Extras: 4 sobre 5.
Veredicto: recomendable.
Para crear un dispositivo como Surface, Microsoft se ha encargado de diseñar el equipo en sí y de dotarlo de software. Por eso no es de extrañar que utilice su propio sistema operativo. Gracias a Windows 10, la tableta utiliza los mismos programas de escritorio que un PC convencional: desde la suite completa de Office hasta Adobe Photoshop. Las características del software también definen las posibilidades que ofrece el equipo: el uso de Cortana como asistente personal; el navegador Edge que sustituye a Internet Explorer; o un inicio de sesión rápido y seguro con Windows Hello, una función que recurre a la cámara frontal para identificar a la persona que está situada frente a ella y garantizar el acceso a su cuenta.
El 'stylus' ofrece una sensación parecida a la de sujetar un lápiz de grafito hexagonal
En cuanto al equipo en sí, la pantalla destaca tanto por su tamaño como por su resolución de 2.736 x 1.824 píxeles. Combinada con la tecnología PixelSense, ofrece una calidad óptima en cuanto a brillo, contraste, fidelidad del color y detalle. El aspecto más flojo son los reflejos, que aparecen con frecuencia cuando se usa en exteriores. Por otro lado, cuenta con una proporción de 3:2, idónea para leer libros y documentos en posición vertical. Para la reproducción multimedia no es tan recomendable, ya que la mayoría de los contenidos se encuentran en formato panorámico y se verán con las ya casi olvidadas franjas negras en la parte superior e inferior de la imagen.
En pareja
Lo mejor y lo peor
Lo mejor:
- Pantalla
- Pen
Lo peor:
- Autonomía
- Accesorios no incluidos de serie
El compañero perfecto de la pantalla es el rediseñado Surface Pen (incluido de serie), un stylus con 1.024 niveles de presión creado específicamente para tomar notas o realizar bocetos sobre la superficie de este convertible con la máxima precisión. Su diseño es algo peculiar: uno de sus laterales es completamente plano y puede adherirse a la tableta de forma magnética para facilitar su transporte. Esta forma también favorece la escritura: al sujetarlo, el dedo índice queda situado en la zona plana, ofreciendo una sensación parecida a la de sujetar un lápiz de grafito hexagonal. De igual modo, es el área elegida para situar un pequeño botón que sirve para seleccionar contenidos. Para activar funciones adicionales, por otro lado, hay que fijarse en otro situado en la parte superior del lápiz: si se pulsa una vez, se abre la aplicación OneNote, donde tomar notas de forma rápida; con dos toques se hace una captura de pantalla; y si se mantiene pulsado, se abre el asistente Cortana para realizar búsquedas, establecer alertas o lanzar aplicaciones. Del mismo modo, este botón hace las veces de una práctica goma de borrar. Sobre el papel parece complicado, pero la realidad es que con un poco de práctica es fácil habituarse a su uso.
Para escribir
Hay dos elementos físicos indispensables para que la Surface Pro 4 se transforme en un portátil. El primero de ellos es el característico soporte Kickstand que ya integraban las versiones anteriores, y que se despliega de su parte posterior para poder situarla en posición vertical sin un soporte adicional.
El segundo es Type Cover, una funda con teclado que se coloca de forma magnética a la parte inferior de la tableta. Además de proteger la pantalla durante los desplazamientos o cuando no se está utilizando, el teclado en sí hace posible escribir de forma fluida y que la Surface pueda convertirse en una verdadera herramienta de productividad. Las teclas son mecánicas, están algo separadas entre sí y se completan con un touchpad bastante amplio. El uso de este accesorio es esencial para sacar el máximo partido al dispositivo de Microsoft, aunque por el momento sigue comercializándose por separado (149,99 euros).
Pero no es el único complemento disponible actualmente para Surface Pro 4. La tableta incorpora únicamente un puerto USB 3.0, un mini DisplayPort, una ranura para tarjetas de memoria microSD y un conector para los auriculares. Para ampliar las opciones se ha creado la estación Surface Dock (229,99 euros), que añade cuatro puertos USB 3.0, dos DisplayPort con soporte para pantallas 4K y un Ethernet.
¿Y en configuración?
Otras opciones de la competencia
- iPad Pro
- Samsung Galaxy Tab S2
- Sony Xperia Z4 Tablet
Surface Pro 4 incorpora un sistema operativo completo, los mismos programas que un ordenador y un teclado para escribir fácilmente. Pero, ¿y sus componentes? ¿Permiten realizar todo tipo de tareas? Sobre el papel, sus prestaciones técnicas son similares a las que ofrece cualquier equipo portátil. En este sentido, Surface Pro 4 está disponible con distintas configuraciones y capacidades. Por ejemplo, se puede optar por un procesador Intel Core m, Core i5 o Core i7 (todos ellos de última generación) en función del uso que se le vaya a dar. También por una memoria RAM de entre 4 y 16 Gb y una capacidad de almacenamiento de hasta 512 Gb.
La unidad probada dispone de un procesador Core i5, 8 Gb de memoria RAM y un disco duro de 256 Gb: esta configuración es una de las más equilibradas entre rendimiento y precio, y hace posible manejar varios navegadores, realizar streaming de contenidos en alta definición y, por supuesto, ejecutar todos los programas propios de Microsoft. El sistema va fluido y su respuesta es inmediata, aunque no es una herramienta destinada al trabajo intenso: cuando se utilizan programas que exigen demasiados recursos, se elevan los niveles de ruido y la temperatura de la tableta. Además, a su batería le cuesta llegar al final de la jornada. Y es que, aunque desde Microsoft especifican que la autonomía aproximada se sitúa en 9 horas, durante el uso real la cifra es inferior.
Ficha técnica
- Pantalla: 12,3 pulgadas PixelSense, 2.736 x 1.824 píxeles (267 ppp)
- Procesador: Intel Core i5
- Memoria RAM: 8 Gb
- Almacenamiento: SSD de 256 Gb
- Cámara: Trasera de 8 megapíxeles con enfoque automático; frontal de 5 megapíxeles
- Batería: 9 horas de autonomía
- Sistema operativo: Windows 10 Pro
- Tamaño: 292,10 x 201,42 x 8,4 mm
- Peso: 786 gramos
- Conectividad: Wi‑Fi 802.11a/b/g/n, Bluetooth 4.0
- Sensores: Luz ambiental, acelerómetro, giroscopio, magnetómetro
- Conexiones: USB 3.0, Mini DisplayPort, microSd, jack, Type Cover, Surface Connect
¿Cumple como ordenador? Si el uso no es muy intensivo, sí, beneficiándose de la presencia de la gran variedad de programas que ofrece Windows. La contrapartida es que no es precisamente económica (parte de los 999 euros a los que hay que sumar los accesorios); una cifra por la que se pueden encontrar equipos portátiles con mejor configuración.
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