Tecnología de Fórmula 1 para controlar los latidos del corazón
La medicina y la Fórmula 1 se han asociado para salvar la vida de pacientes con problemas del corazón a través de la telemetría
La telemetría puede ser clave en la polémica entre los pilotos de Moto GP Valentino Rossi y Marc Márquez. Aunque Repsol Honda todavía no ha hecho públicos los datos recogidos durante la carrera en Sepang (Malasia), a petición de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM), el equipo de Márquez y Pedrosa asegura que los análisis muestran variaciones en las fuerzas a las que se vio sometida la moto del español, confirmarían que Rossi habría empujado a Márquez. Esta tecnología de medición a distancia, que también se utiliza en la Fórmula 1, permite obtener, a través de sensores, datos en tiempo real del estado del vehículo durante la carrera para optimizar la estrategia en la pista.
"Durante los entrenamientos se pueden montar hasta 100 sensores en un monoplaza y en un Gran Premio los coches llevan unos 50", explica Isaac Prada y Nogueira, ex ingeniero de Fórmula 1 y co fundador de KeelWit Technology. Gracias a estas mediciones los técnicos pueden anticiparse a la aparición de averías. "Tenemos millones de canales y con la elaboración de estos datos buscamos comprender el estado de salud de nuestro coche", apunta Giuliano Salvi, ingeniero de rendimiento de la escudería Ferrari. Esta tecnología, que se utiliza en la alta competición desde los años noventa, se aplica también en la ingeniería aeronáutica y desde hace poco tiempo en el ámbito de la salud.
La pediatra británica Heather Duncan, del Hospital Infantil de Birmingham, se dio cuenta hace cinco años de las posibilidades que estos sistemas podían tener si se aplicaban a los humanos. “Debidamente adaptados pueden contribuir al diagnóstico precoz de complicaciones en el estado de salud de pacientes en cuidados intensivos”, apunta la doctora.
Un estudio previo, realizado a 3.000 pacientes del mismo centro, concluyó que se podían evitar las recaídas en personas con patologías cardíacas ya que siempre repiten los mismos patrones. Por eso Duncan necesitaba una manera fiable y cómoda para recoger y analizar signos vitales como el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y la saturación de oxígeno en sangre. “Buscaba una forma de predecir cualquier posible daño, y casualmente me encontré con un ingeniero de Fórmula 1 en una conferencia”, explica la especialista del Hospital Infantil de Birmingham.
Ese ingeniero era Peter van Manen, director general de McLaren Electronics, que acudía para ofrecer una charla sobre telemetría. En seguida se dieron cuenta de que sus investigaciones llevaban caminos paralelos. En vez de medir la velocidad, Duncan iba a medir la frecuencia cardíaca, en vez de conocer el consumo de combustible, estaba interesada en calcular el nivel de oxígeno en la sangre de los pacientes de cuidados intensivos. Y todo ello sin cables para mejorar la experiencia del paciente cuya salud debe estar controlada todo el tiempo.
Con esa intención nació RAPID (Indicador del Deterioro adaptativo y predictivo en tiempo real, en español), un proyecto en colaboración entre Duncan y McLaren, pionero en el mundo. RAPID es un sistema que permite recabar datos de la evolución de los enfermos de manera continua, sin tiempos muertos, y ser analizados mediante un software para establecer patrones de comportamiento en las recaídas que contribuyan a adelantarse a su aparición. Los primeros pacientes que pudieron beneficiarse de este avance fueron los niños con problemas del corazón. "Hasta hace poco solo se podían registrar las constantes vitales del paciente cada cuatro horas. Esto hacía que perdiésemos mucha información y que incluso actuásemos tarde ante las recaídas”, agrega Duncan.
Sin cables
Los datos vitales se recogen a través de varios sensores inalámbricos que se adhieren al pecho y al tobillo del paciente. Con este avance la experiencia del paciente hospitalizado se vuelve más cómoda. “La monitorización con cableado confina al niño a permanecer en la cama o en un área muy específica. Esta tecnología sin cables permite que los niños puedan moverse libremente, jugar e incluso ser cargados por sus padres”, explica un portavoz del Hospital Infantil de Birmingham. Todos estos datos obtenidos se registran y analizan con Lifeinsight, el mismo software que McLaren utiliza en la alta competición, incluso mantiene parte de su nomenclatura.
Además de los ingenieros de Fórmula 1, en el proyecto también están involucrados expertos de la Universidad de Birmingham que proporcionan información bioestadística y varios matemáticos de la Universidad de Aston (Birmingham, Inglaterra). Estos han creado un sistema de alarma inteligente que se activa cuando se sobrepasa el punto de referencia mínimo de deterioro y alerta a enfermeras y médicos. Así pueden actuar con mayor rapidez.
Hasta el momento 150 pacientes han formado parte de este proyecto, que comenzó hace un año, y que finalizará en 2017. Para entonces esperan haberlo probado en al menos 1.200 niños para obtener suficientes datos fiables que permita superar a niños y adultos de todo el planeta enfermedades degenerativas y problemas congénitos del corazón.
Esta noticia, patrocinada por Banco Santander, ha sido elaborada por un colaborador de El País.
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