“Al entregar los datos a la red ya no nos poseemos a nosotros mismos”
El experto en estrategia digital mira hacia el futuro del Internet de las cosas
No le gusta que le llamen visionario, pero es la mejor palabra que le define. Peter Hirshberg, ejecutivo de Silicon Valley y gurú de estrategias digitales, prefiere decir que es un “curioso” que trata de entender cómo se comporta la tecnología y adivinar lo que vendrá después. Cuando Internet todavía no existía y un profesor le aseguró que los ordenadores no estaban hechos para comunicar, algo se encendió en su mente. Tras liderar el cambio digital en empresas como Apple o Microsoft, Hirshberg se ha volcado en imaginar el futuro que dibujará el Internet de las cosas, cuando habrá más objetos conectados a la red que personas, y en analizar las consecuencias que tendrá para la sociedad. Hirshberg, que ha visitado México DF para participar en un acto de OpenMind, Lo que todavía no ha logrado es explicar a su madre como encontrarle en Facebook.
Pregunta. ¿Qué oportunidades abre el Internet de las cosas?
Respuesta. Ya hay más transistores en la Tierra que granos de arroz, y el número de objetos vinculados a la red va a crecer muy rápido. Cualquier cosa será capaz de compartir datos y el mundo será muy diferente. Un buen ejemplo son los motores: si se pueden supervisar en tiempo real será posible saber con antelación si hay que sustituir algún componente. Esto cambiará los modelos de negocio porque los productos se convertirán en servicios, pero todavía estamos en una etapa muy temprana. El Internet de las cosas hace posible esta noción de computación ilimitada, a la vez escalofriante y útil.
Ya hay más transistores en la Tierra que granos de arroz"
P. Stephen Hawking dijo recientemente que la inteligencia artificial podría acabar con los seres humanos. ¿Qué opina?
R. La cuestión es ¿y si perdemos el control? En el dibujo animado Fantasía, de Walt Disney, Mickey Mouse hace una brujería para que una escoba haga su trabajo, pero pierde el control y la escoba toma el mando. La tecnología tiene implicaciones que llegamos a ignorar y por eso hay que poner mucha más énfasis en cómo desarrollamos los sistemas. Por ejemplo, ahora que hemos entregado todos nuestros datos a Facebook o Google improvisamente nos damos cuenta de que ya no nos poseemos a nosotros mismos. Podemos construir cosas muy inteligentes y es algo maravilloso, pero los riesgos son muy altos.
P. ¿Seremos más vulnerables ante los malwares?
Cualquier cosa será capaz de compartir datos y el mundo será muy diferente"
R. A medida de que el mundo se llene de software, la posibilidad de ser atacado es cada vez mayor. Pensando en los ataques de los últimos meses, como el de Sony, se ve que todavía estamos muy preocupados por los sistemas tradicionales, pero cuando todo sea programable… Un hacker aseguró que podía piratear un marcapasos y soltar una descarga mortal. Un par de semanas después, en la serie Homeland, asesinaban al vicepresidente pirateando sus wearables. Hay que tomarse la seguridad de la red muy seriamente, porque las amenazas son reales. Las grandes batallas ideológicas ahora giran alrededor de la autonomía y la identidad, alrededor de quien posee los datos. La tecnología se convierte en el mundo real y tenemos que volver a confrontar autonomía, identidad y seguridad.
P. ¿Cuáles son los beneficios de las redes sociales?
R. Muchos. Pensemos en Wikipedia. Hay una especie de inteligencia global que ahora es posible. Internet no fue abierto y distribuido por accidente, fue diseñado intencionalmente sin un punto de control central. Ahora está claro que todo tiene muchas consecuencias.
Hay que tomarse la seguridad de la red muy seriamente, porque las amenazas son reales"
P. ¿Los gobiernos deberían regular Internet?
R. ¿Lo harán? Porque es lo que hacen, regulan. Los que son inteligentes lo hacen de una manera muy tolerante. Compañías como Uber tienen batallas políticas en todos los sitios donde operan, pero si se compartiera cada coche con seguridad y buena información probablemente el tráfico mejoraría. Se necesita regulación para que el Gobierno diga que está menos preocupado por los asuntos económicos y más por resolver los problemas de tráfico y contaminación. Las ciudades son laboratorios donde podemos experimentar.
P. ¿Las ciudades inteligentes pueden mejorar nuestras vidas?
R. Las ciudades más inteligentes son las que más utilizan a los ciudadanos. Es una gran oportunidad, solo las redes sociales han involucrado a tanta gente. Es parecido a los ordenadores: los primeros eran grandes máquinas usadas para la seguridad pública, pero ahora se han convertido en plataformas a las que todo el mundo puede contribuir.
P. ¿Cómo empezó su carrera?
Las ciudades son laboratorios donde podemos experimentar"
R. Después de la escuela de negocios fui a trabajar para Apple para tratar de convencer a la gente que los ordenadores eran algo bueno, pese a que no estaba todavía muy claro cuál era su uso. Ahora es obvio que es la comunicación, pero antes era la hoja de cálculo o la base de datos. Construimos una red interna, pero nos faltó Internet: no tuvimos la idea de enlazar todos los ordenadores del mundo entre ellos. En 1993 trabajé con Bill Gates sobre el futuro de la televisión. Entendimos que teníamos que involucrar la banda ancha a los contenidos, pero olvidamos por completo que las personas pudieran crear sus propios espectáculos. Es decir, la idea de YouTube o de las redes sociales. Fue verdaderamente interesante analizar todo lo que era y ver lo que es ahora. Gran parte de mi carrera fue esto.
P. ¿Puede ver el futuro?
R. Más bien estoy obsesionado con buscar los mismos patrones una y otra vez y preguntarme cómo se puede acelerar el próximo estadio. Es una de las razones por las que encuentro interesante el Internet de las cosas, porque habrá un gran número de datos conectados que podría ser mayor al de las redes sociales, que nunca superará el número de personas. Cuando por primera vez das con algo nunca sabes bien lo que será.
P. ¿Se definiría como un visionario?
R. Digamos que soy muy curioso. He construido una carrera tratando de comprender cómo se comporta la tecnología. Creo que es más bien un aprendizaje que se aplica a lo que viene después.
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