Tecnología para el ‘duende’
El maestro de la guitarra flamenca, Óscar Herrero, crea la aplicación web el ‘flamencometro’
Flamenco y tecnología son dos palabras que no parecen próximas. La primera, envuelta por la magia, las raíces, la pasión. La segunda, cercada por una imagen matemática, futurista, fría. Y sin embargo, lo están. Cuando la ciencia se pone al servicio del arte, el duende se multiplica. El pasado 18 de septiembre, el guitarrista Oscar Herrero presentaba en la sede de la SGAE en el madrileño Palacio Longoria su flamencómetro: una aplicación web musical basada en un sistema de edición de fórmulas para palos del flamenco.
El manchego, convencido de que el virtuosismo no es solo cuestión de sangre, ha dedicado toda su carrera a mostrar que el baile de los dedos sobre las cuerdas se puede aprender. Este es un paso más. El sistema permite al usuario componer sus propios ritmos combinando una serie de sonidos previamente cargados. La fórmula resultante puede ser combinada con una tablatura de guitarra y con una pista de sonido. Un módulo extra permite el seguimiento visual del ritmo elegido mediante un metrónomo.
“La sensación es la de tener un acompañamiento real en tu propia casa, que sale de un ordenador. Se te puede unir de repente un cajón flamenco con palmas, o un djambé haciéndote el compás por bulerías, o por soleá, a la velocidad que necesites”, explica el maestro, que ha disfrutado no solo imaginando el proceso de creación, sino el de desarrollo mismo y ahora, el momento de poder utilizarlo y lanzarlo.
Herrero, que define la herramienta como “muy experimental”, la probó el pasado mes de agosto durante los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander. Aunque el origen de esta aplicación web se remonta a 2007: “Hicimos el primer lanzamiento de metrónomo flamenco hace como siete años, pero era muy limitado”, recuerda el guitarrista. Fue el primer paso para poder desarrollar este proyecto, apoyado económicamente por la SGAE y su Fundación, que ha tardado casi dos años en nacer.
“Es una aplicación muy compleja, al trabajar audios tan precisos como los que requiere, los desarrolladores se han encontrado muchos problemas. Sobre todo para que el metrónomo tenga que disparar los sonidos de los diferentes instrumentos”, comenta Herrero. Todos los sonidos con los que cuenta la web se captaron en un estudio. Jesús Mañeru, el percusionista, grabó más de trescientas muestras de sonido, de las que se seleccionaron cien. El rasgueo de la guitarra lo puso Herrero: “Y a pesar de ser una máquina, tiene una función, el suffle humanizador, que hace que los sonidos se disparen en milésimas de segundos para que dé la sensación de que hay personas tocando estos instrumentos”.
Alrededor de 200 amantes del flamenco están usando esta herramienta con el primer tutorial de Youtube de forma gratuita solo durante unos días, y en pocos meses también será aplicación para móviles. “Todavía no le hemos hecho mucha difusión. Esperamos llegar a tener alrededor de 1.000 usuarios en el primer año, porque el precio es muy asequible”, según el experto. La cuota anual para usar el programa es de 36 euros.
Uno de esas dos centenas de interesados en el flamencómetro Óscar, el hijo de Herrero, que está preparando un disco de rock con la aplicación. Porque la herramienta, en realidad, aunque pensada para el flamenco, puede sentar las bases de cualquier melodía: “Están grabadas casi todas las percusiones que existen. Y permite crear ritmos propios. Vale para lo que quieras”. Con 200 patrones rítmicos en la base de datos, quien quiera alejarse un poco del flamenco y entonar una cumbia, puede. O una samba. O un tango. “O lo que sea”, sentencia Herrero.
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