GoodCoins premia los hábitos saludables
La compra de abonos al transporte público se compensa con alimentos o productos orgánicos
Para los Gobiernos es más barato pagar un incentivo que compense hábitos saludables que pagar las facturas de algunas enfermedades crónicas. Gracias a teléfonos y otros gadgets inteligentes se puede calcular con precisión la actividad del paciente. Con estas dos premisas, la empresa de Ron Dembo, Zerofootprint, creó GoodCoins, una moneda social que ya se emplea en dos ciudades canadienses. Este ex profesor de Yale y uno de los gestores de riesgo más reputados del mundo, tiene un plan: cambiar el mundo cambiando el comportamiento humano. “Lo que falta en la economía es la otra mitad de la foto, la recompensa”, asegura.
La idea suena simple y obvia, pero no lo es. “En el tema de la sanidad, por ejemplo, los Gobiernos recurren a construir infraestructura. Lo ven como la solución más fácil y de impacto; pero lo realmente efectivo y eficiente sería cambiar cómo nos comportamos”, explica el empresario canadiense, de 65 años. El creador de la moneda social pone como ejemplo la manera en cómo se abordan los casos de diabetes gestacional, una enfermedad que afecta a una de cada diez embarazadas en España. Después del parto, si no hay una supervisión, la paciente puede desarrollar diabetes en menos de cinco años.
“Si sabes que eso puede suceder no tiene sentido dejar que las mujeres vuelvan a su vida habitual y después tener que atenderlas de nuevo, gastando miles de euros. ¿Qué pasaría si yo la compensara por caminar media hora al día, una actividad que previene la enfermedad? ¿Y si esa compensación fuera a través de comida orgánica y saludable?”, se pregunta Dembo. Así funcionan las GoodCoins. “Se crea un círculo virtuoso que permite mejorar la salud y estimular la economía local o ahorrar recursos naturales”, agrega el experto, conferenciante principal de la Fira MiHealth, que se celebró la semana pasada en Barcelona. “El programa de prevención es barato. Gastando un 1% del presupuesto para el tratamiento de la diabetes y con un éxito del 20% de la población afectada ya estaríamos hablando de un ahorro millonario”, explica.
“Medimos más las variables en los coches que en los humanos”, continua Dembo. El smartphone y sus aplicaciones son una fuente inagotable de medición de datos como el número de pasos que da una persona, si ha habido una buena conducción y cuál es el consumo de energía, entre otros. “Así las nuevas tecnologías permiten que premiemos los buenos hábitos”, explica. Implantar el sistema necesita una inversión inicial de 54.000 euros. Pero no todo pasa por los teléfonos móviles. “España tiene una gran red de farmacias. Poner medidores de presión sanguínea allí, compensar a los adultos mayores por ir a medírsela y monitorear esos datos son una alternativa. Fomentaríamos la actividad física y evitaríamos acciones de urgencia”, explica.
¿Cuántas GoodCoins equivalen a un paseo diario? El creador de Zerofootprint dice que se trata de una decisión que cada sociedad toma. En las poblaciones canadiense de London (500.000 habitantes) y New Maket (100.000) se pagan 100 monedas sociales por caminar media hora durante un mes. O si se compra por cuatro meses el abono de transporte de Toronto, se pueden recibir 800 GoodCoins. Por lo pronto, se pueden cambiar por alimentos orgánicos o algunos productos, como una toalla de comercio justo, que cuesta 2.000 monedas sociales. “No puede ser dinero en efectivo, porque así podemos controlar cuál es la finalidad del gasto. Pero sociedades diferentes también tienen aspiraciones de compensación distintas”, explica el también consejero delegado de Zerofootprint.
La privacidad sigue estando en el ojo de la polémica. Dembo cree que hay maneras de establecer límites, como el historial médico de los pacientes, aunque asegura que “ya hemos renunciado mucho”. Y pone de ejemplo como todo el mundo se asustaba en los años 90 de la posibilidad de que las claves de sus tarjetas de crédito estuvieran en el ciberespacio. Ahora casi todos compramos a diario cosas por Internet, apunta. ¿Y te pueden hackear las GoodCoins? Dembo ríe: “Lo peor que pueden hacer con ellas es gastárselas en comida orgánica”.
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