Uno de cada cinco españoles desconecta el móvil en la UE
El Ejecutivo comunitario considera que las telecos europeas están desaprovechando un mercado de 300 millones de usuarios
El elevado precio de la telefonía móvil roaming es aún un obstáculo para que los europeos hagan uso de todas las funcionalidades de sus dispositivos cuando viajan a otros países de la Unión. Así se desprende de un barómetro hecho público por la Comisión Europea que revela que dos de cada 10 españoles opta por apagar su teléfono móvil cuando viaja a otro país de la UE, un 15% desconecta los datos y un tercio del total no hace llamadas mientras se encuentra fuera de España. La restricción en el uso de estos servicios por su elevado coste —un 70% de los europeos teme recibir una factura muy cara al volver a casa—, supone una “importante” pérdida de ingresos para las empresas de telecomunicaciones, según ha destacado hoy el Ejecutivo comunitario.
El alto precio percibido por los usuarios también tiene su reflejo en el número de llamadas recibidas en otros países europeos —que tienen un coste para el receptor—. Algo más de la mitad de los españoles dice recibir menos llamadas mientras está en otro Estado de la UE y un 37% afirma restringir totalmente las llamadas entrantes. El uso del correo electrónico también se resiente durante su estancia: el 13% afirma utilizarlo con menor frecuencia y el 68% “nunca” envía ni recibe correos electrónicos.
Siete de cada 10 españoles dice no acceder a las redes sociales mientras está de viaje por la UE y un 9% afirma acceder con menor asiduidad que cuando se encuentra en España. En todos los casos, la reticencia al uso de servicios de telefonía en el extranjero es ligeramente superior en los ciudadanos españoles que en el resto de comunitarios y se refiere tanto a viajes de placer como de negocios.
Sin embargo, no todos los datos son negativos para el mercado roaming europeo. Según el estudio encargado por la Comisión, el número creciente de acuerdos entre compañías de telecomunicaciones y la rebaja en el precio que han de pagar los usuarios han permitido un incremento del 1.500% en el uso de datos móviles en otros países de la UE.
Pese al teórico descenso de precios, la escasa predisposición de los usuarios a comprar una tarjeta SIM del país que visitan —solo un 11% de los españoles afirma adquirir una cuando viaja, frente al 10% de la media comunitaria—, deja un hueco en el mercado que ha sido aprovechado por los llamados operadores móviles globales.
Estas compañías ofrecen tarifas locales en varios países comunitarios (de momento solo tienen implantación en Alemania, España, Países Bajos, Polonia y Reino Unido) y evitan costes innecesarios para el usuario. Sin embargo, su tasa de penetración es aún muy baja, por lo que la Comisión Europea considera que existe una gran oportunidad de negocio para los operadores tradicionales.
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