William Lowe, visionario de la revolución del PC
Estuvo al frente del equipo responsable del diseño del ordenador personal de IBM que dio un vuelco al sector a inicios de los años ochenta
Desarrollar una computadora en un año. Suena a una eternidad en los plazos que se manejan ahora en el negocio del silicio, donde unos meses de retraso pueden salir muy caros. Pero hace tres décadas era todo un reto logístico sin precedentes. Ese plazo es el que dio William Cleland Lowe (Easton, Pensilvania, 1941) para llevar a cabo el proyecto del que nacería el primer ordenador personal de International Business Machines (IBM).
Lowe falleció de un infarto el 19 de octubre, a los 72 años. Se le considera como el padre del término PC y el arquitecto de una nueva industria. Por aquel entonces, en un garaje en Palo Alto, dos jóvenes llamados Steve Jobs y Steve Wozniak se aventuraban ya en el negocio de la computación de bajo coste con Apple.
El primer ordenador personal de IBM llegó al mercado en agosto de 1981. Llevó 369 días dar vida al Proyecto Ajedrez, en el que Lowe trabajó con una docena de ingenieros. Para entender lo rápido que avanzó la industria en menos de 30 años, el IBM 5150 tenía un microprocesador Intel de 4,77 megahercios, en aquella época considerado de alta velocidad, aunque un equivalente actual funciona unas 500 veces más deprisa. La rapidez con la que Lowe puso en pie su proyecto se debió en buena medida al modelo de desarrollo que adoptó: en vez de diseñar y producir todo en casa, subcontrató los componentes esenciales, tanto de hardware como de software; incidentalmente, esta fue la base sobre la que una pequeña empresa llamada Microsoft —que aportó el sistema operativo, MSDOS— empezó a edificar su actual imperio.
El artefacto de Lowe era literalmente una caja, sin unidad de disco externo ni monitor. Se vendía por 1.565 dólares, lo que equivale a 4.030 dólares de hoy. Evidentemente, era un producto electrónico para pocos bolsillos, pese a lo cual obtuvo un éxito fulgurante. Su precio era irrisorio comparado con los varios millones que costaban las mastodónticas computadoras en las que se especializaba la empresa.
Lowe, de formación físico, llegó a IBM dos décadas antes de dar vida al primer ordenador personal de la compañía, como ingeniero de pruebas. Fue vicepresidente del grupo desde 1986 hasta dejar la compañía en 1988. De ahí se fue a Xerox, con la misión de ampliar el negocio de la sociedad más allá de las impresoras. En 1991 se hizo con el cargo de director de operaciones de la empresa aeronáutica Gulfstream.
El IBM 5150 no fue el primer PC, pero sí marcó el inicio de algo nuevo y diferente. Por eso se reconoce a Lowe su capacidad para romper moldes y retar a la dirección del grupo a hacer algo nuevo. La revista Time dedicó a la máquina su tradicional portada al Hombre del Año.
La compañía de Rochester acabaría vendiendo el negocio de ordenadores personales a la china Lenovo después que su éxito se viera ahogado por la infinidad de productos compatibles, a veces mejores y más baratos, que pronto empezaron a competir con el suyo. La dimensión y la complejidad de IBM, sumadas a su arraigada cultura empresarial, eran un obstáculo para poder competir en una industria que cambiaba con rapidez y en la que se multiplicaban rivales más ágiles y pequeños.
Como señalaba Time, el IBM 5150 fue el resultado de una revolución tecnológica que se llevaba fraguando cuatro décadas y que irrumpió de forma contundente en los hogares estadounidenses, primero, y luego en los de todo el mundo avanzado.
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