Televisores inteligentes por 69 euros
Ya hay varios sistemas en el mercado que consiguen colocar Internet en el recpetor sin tener que cambiarlo
Mundiales y Juegos Olímpicos son, tradicionalmente, los mejores vendedores de televisores. Estos eventos se han ido usando para introduciendo tecnologías en el hogar, desde el color a la alta definición, pasando por el vídeo VHS. El paso de la televisión analógica a la TDT fue el último gran incentivo para renovar la tele. Adiós al tubo catódico, bienvenida la pantalla de plasma.
Pero el consumismo no tiene fin. La última moda llega de la mano de las SmartTV, llamadas así por similitud con los móviles avanzados. Prometen grabación de programas en el disco duro, una mejor guía de programación, más posibilidades de personalización de contenido y, sobre todo, comienzan a publicarse aplicaciones para escuchar música, consultar el correo o ver YouTube. También de noticias, páginas web, consulta del tiempo.
El problema radica en la falta de un ecosistema común. Cada fabricante ha lanzado su propuesta (como pasó en anteriores avances), pero la falta de una tienda de aplicaciones más amplia o de contenidos a la carta por ahora son obstáculos suficientes para frenar el cambio del aparato, que no cuesta nunca menos de 700 euros.
Sony mostró hace dos años interés en llevar Android a la tele. También lo hizo Logitech. Ambas ofrecían un módulo para añadir al monitor, con un teclado con una zona táctil, que dejaron de promocionar a los pocos meses.
El fabricante chino Haier considera que hay un nicho de mercado en este campo. Aunque su negocio central son los televisores, ofrece por 129 euros un paquetes compuesto del accesorio que se conecta al puerto HDMI y añade un mando a distancia, similar a cualquier universal del mercado, en cuya parte trasera esconde un teclado y un panel táctil.
El punto fuerte de este modelo es la posibilidad de conectar una cámara por USB para poder hacer videoconferencias con Skype. Solo es necesario tener wifi en la sala y crear, si no se tiene, una cuenta Android.
Hay otra opción más barata (aunque requiere alguna familiriadidad conAndroid) que pasa por poner el sistema operativo de Google en el televisor. Lenovo ya lo ofrece de serie en algunas de sus televisiones, pero no se venden en España. La inversión ronda entre 60 y 100 euros, dependiendo del modelo. Para esta prueba hemos optado un modelo de marca blanca que se vende en Mundo PDA a través de Internet. Con teclado inalámbrico cuesta 95 euros. Sin él, 56. Un modelo modesto, sin marca, con cuatro gigas de memoria interna pero ampliable con tarjetas MicroSD.
Se conecta a través del puerto HDMI del televisor y a la red eléctrica por la clavija micro USB. A partir de ahí la sensación de familiaridad es grande. Aparece, a toda pantalla Android 4.0. El mismo escritorio que en una tableta, exactamente.
Una de sus grandes ventajas es la importación de las aplicaciones que ya se tengan ya el móvil o tableta. Así, en cuestión de minutos se puede consultar el correo, Twitter, Facebook, noticias o incluso poner las listas de Spotify en el salón.
¿El problema? El mismo que con los televisores. La costumbre de tocar no ha llegado al televisor., a pesar del eterno rumor en forma de televisor de Apple. La gente se ha acostumbrado a la pantalla táctil en móviles y tabletas, por lo que resulta extraño utilizar un ratón con un sistema operativo pensado para tocar. Si se quiere un teclado los hay inalámbricos desde 35 euros. Como es el caso de un modelo de Inves.
El pincho es la opción para el todo en uno. Y, con la excusa de enceder el televisor, torturar a las visitas con fotos y vídeos de las vacaciones o superar ese nivel que se resiste en Angry Birds. Y, además, se alarga la vida del televisor que, con la edad ha ganado en inteligencia y memoria.
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