Mejorar el mundo en solo 48 horas
Un maratón de programación pide soluciones para problemas sociales
Pensar, crear, presentar y esperar el veredicto. Como un concurso más, pero con el límite de 48 horas. Los hackathon, maratones de programación y creatividad con la tecnología, se están convirtiendo en una de las maneras más comunes de captación de talento. Facebook lo puso de moda, Tuenti lo promueve con cierta frecuencia en España y las universidades simulan trabajo con tiempo limitado como en el mundo real.
Pocas veces el fin es social, sin ánimo de lucro y mezclando participantes de diferentes nacionalidades con el español como nexo común. Durante el sábado y el domingo el auditorio de Casa de América se convirtió en el centro de trabajo de más de 50 participantes del primer Social Hackaton. ¿El reto? Cambiar el mundo, muy propio de superhéroes. ¿El método? Conexión a Internet, creatividad, móviles, ordenadores y no parar. ¿La recompensa? Al margen de la gloria -en forma de reconocimiento y difusión-, asistencia por parte de Microsoft, Blackberry o Tuenti, algunos de los patrocinadores, la posibilidad de hacer realidad el proyecto, tabletas y algunos móviles de pruebas para estar a la última. La valoración de estos reconocimientos, según la organización, está en 80.000 euros, pero pocos se han apuntado movidos por el dinero. En este caso, la motivación es muy diferente.
A última hora del domingo las fuerzas flaqueaban pero no la ilusión. Borja García Zamora (Murcia, 1988) y Rosa Nieves León Pérez (Jaén, 1988), ingeniero de telecomunicaciones y arquitecta, respectivamente, creen que las máquinas de impresión en tres dimensiones pueden ayudar a los niños con menos recursos. Descubrieron estas máquinas cuando modelaban la maqueta del proyecto de final de carrera de ella. A partir de ahí se ha convertido en su fuente de inspiración. Su proyecto consiste en una página web donde los niños mandan patrones a otros para compartir y colaborar en la creación de sus propios juguetes. Además, se comprometen a dar un taller a niños en peligro de exclusión por cada taller de pago que hagan.
Adrian Verde (Madrid, 1992) y Guillermo Martínez (Madrid, 1990) creen que cambiar la política también cambiará la sociedad. “Si hay comparadores de seguros y de precios de productos en Internet, ¿por qué no de partidos”, argumenta Verde para presentar Mirayvota, su proyecto. Su intención es que no se quede en un mero lugar de consulta de programas electorales, sino que lo usen medios para investigar, asociaciones para reclamar promesas incumplidas y, sobre todo, los ciudadanos antes de ir a las urnas. “Se puede ampliar al resto de países latinos con facilidad, basta con crear la plataforma”, expone.
El jurado decidió destacar la labor de AyudaAdapp, creada por Esteban Dauksis (Buenos Aires, 1974) y José Ramón Palanco (Madrid, 1982). “Twitter es a los blogs, lo que nosotros al voluntariado”, esgrime el argentino para mostrar su aplicación. Pretende con ella que los ciudadanos asuman pequeñas tareas, “microvoluntariados”, para ayudarse mutuamente. “Puede ser desde una traducción, a un recado o poner a alguien en contacto con otra persona o recoger un paquete”. La norma es que no se tarde más de 10 minutos en cada tarea.
“Llegar donde no se puede a pie. Vencer la soledad. Esas son las dos metas, etéreas y ambiciosas de PaseApp, según el jurado la mejor en el capítulo de Sanidad y Salud. El grupo dirigido por Ángel Arena (Villarrobledo, 1978) propone donar un paseo. “Si somos líderes en donación de órganos y sangre, ¿por qué no en paseos?”, insiste. La aplicación que han modelado permite hacer un vídeo en directo (o para consulta posterior) de un lugar. El paseante virtual podrá ver desde las procesiones de su pueblo a las playas que siempre soñó visitar. Si lo desea, el donante de paseos, puede incluir música o su propia locución.
A Pablo Rodríguez Fernández (León, 1983) le preocupa la calidad del aire. Mejor dicho, la escasa información disponible sobre el mismo. Al jurado le ha parecido que Respira, su programa, merece un galardón. “Tomamos los datos a partir de las estaciones públicas de medición y los ponemos en el programa. El usuario recibe los datos atmosféricos a partir de su situación geográfica”, expone el técnico del grupo, Juan Miguel Palma (Caracas, 1981). Decidieron apostar por Windows por ser un sistema operativo que funciona tanto en tabletas como en ordenadores. “También por la facilidad de desarrollo”, matiza. Lo van a pasar a Windows Phone en breve. Si consiguen apoyo pretenden ponerlo para iPhone y Android, las plataformas dominantes en móviles.
También se destacaron las ideas de Daniel Rojo con Safe, para proteger la identidad de menores. Así como Report MyCity, de Jorge Correa, pensada para alertar sobre puntos negros de las ciudades.
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