AppGratis, de lista de correo a imprescindible

Con 24 años, Simon Dawlat (París, 1984) se dio cuenta de que estaba ante un problema. El móvil que revolucionó la telefonía, el iPhone, estrenaba un nuevo mundo, el de las aplicaciones. Al mismo tiempo, creaba una maraña de ofertas cruzadas y dificultades para dar con el programa adecuado. Decidió crear una lista de correo con recomendaciones y una selección diaria de programas que merecían la pena. Dos años después, dio el pago, pasó de un modelo parecido al de Craigslist, un sitio de anuncios gratuitos, a una aplicación de aplicaciones.

“Fueron los propios desarrolladores los que empezaron a escribirme con sus progresos. La lista se convirtió en una comunidad de creadores y consumidores”, expone Dawlat, que ha acudido a la feria barcelonesa del Mobile World Congress. En aquellos años, Dawlat era un estudiante de literatura moderna, algo poco usual en este mundo.

Dos años después de su lanzamiento, AppGratis es una de las imprescindibles en cualquier iPhone, no solo por el reclamo de conseguir una aplicación gratuita al día, sino, sobre todo, porque suelen merecer la pena.

En 2011 fueron más allá de Estados Unidos. En total suman 100 millones de descargas, 10 millones de usuarios fieles y funciona en más de 30 países y está disponible en 12 idiomas. Dawlat ha montado la sede central en París, donde dirige este pequeño imperio de 40 trabajadores con oficinas en Sao Paulo, San Francisco y Barcelona. Por orden, Estados Unidos y Reino Unido son los lugares con más fieles, seguidos por Europa y América Latina. Notan especial crecimiento en Perú, Chile, Argentina y Brasil.

El funcionamiento es sencillo: Se instala y se espera una alerta diaria para descubrir qué aplicación que habitualmente es de pago está en promoción durante solo 24 horas. AppGratis consigue financiación a través de la publicidad que hay dentro de la aplicación, como la mayoría de las gratuitas, pero también de los desarrolladores y estudios que quieren promocionarse durante un día.

Dawlat matiza: “No se trata de pagar y promocionarse para tener descargas o salir en los primeros puestos de la AppStore, que es un síntoma de éxito futuro. Comprobamos cada una de las propuestas para garantizar que no decepcionan, que tienen nivel”.

En su móvil no tiene nada demasiado especial. “Lo habitual”, expone, “mis favoritas son Tweetbot, Spotify, Path (un agregador de redes sociales), Flipboard, para leer y Sunrise como calendario. Evernote me ayuda a ni olvidarme de lo que me interesa y Dungelot es un juego que me gusta bastante”.

En su opinión, el mundo de las aplicaciones se parece cada vez más al de los videojuegos. Hasta se anima con un consejo: “Antes de dar el salto y salir a la tienda de aplicaciones hay que pensar la estrategia. Muchos desarrolladores tiene un buen producto, pero fallan dándose a conocer. Es una pena que dediquen hasta dos años de trabajo y que luego pasen inadvertidos por no saber difundirlo”.