Mango toma prestada una foto de Instagram

Pasear por una calle, entrar en un tienda y... ¡sorpresa! Tuana Aziz (Irak, 1987), fotógrafo comercial, descubrió que una de sus imágenes publicadas en Instagram ilustraba una camiseta de la firma española Mango. Tuana Art es el nombre con que se conoce al autor en Internet, vive en Skovde (Suecia) donde, además, ejerce de profesor de fotografía y es gestor de la comunidad de Instagramers de su zona.

Precisamente ha sido en esta web dónde ha expuesto su malestar: "No sé qué hacer. Esto pasa de castaño a oscuro". Al tiempo que intentaba contactar con Mango a través de Twitter.

La imagen que se reproduce en la camiseta de Mango forma parte de una serie denominada "La última princesa". El departamento de comunicación de la multinacional ha explicado a este medio que todo es fruto de un error. "Fue una propuesta que nos hizo un proveedor. Nos aseguró que tenía los permisos, como suele ser habitual, y no fue así", exponen.

La empresa textil ha decidido retirar la camiseta de mercado. Lo hará en todas sus tiendas físicas así como en Internet. Aunque el enlace al producto todavía se puede consultar. "Pedimos disculpas. Lo sentimos. Nos fiamos pero es cierto que no tenían los permisos", concluye su portavoz.

No es la primera vez que sucede algo parecido. La revista Vogue ya publicó sin conocimiento del autor, el español Sion Fullana.

Esta acción es precisamente la contrario a la seguida por la californiana Hollister, que ha decidido utilizar las redes sociales para encontrar nuevos diseños. De hecho, lo enfoca como un concurso a través de Instagram, en el que para participar es necesario etiquetar las fotos con #inHollister. Cada día proponen un tema: el 5 de febrero fotografías de fiesta. El 6, Sol, arena y surf. El 7, mascotas. ¿El premio? Curiosamente ver su creación en una camiseta con el crédito y la difusión pertinenentes. El resultado es el mismo pero se ahorran los disgustos.

Lo paradójico es que a finales de diciembre los miembros del servicio de retoque propiedad de Facebook se revolucionaron ante los cambios en los términos de uso que permitían que fuese Instagram quien comercializase las creaciones de sus suscriptores. De momento, son las marcas las que hacen un uso de los contenidos de una manera más activa en lugar de la propia red social.