La diferencia entre el móvil y la tableta es una pulgada

El todo en uno está más cerca que nunca: una pulgada (2,54 centímetros). Es la diferencia entre las pantallas de los últimos modelos de smartphone y los últimos modelos de tabletas.

El impulso dado por Apple con su iPad Mini a las tabletas pequeñas y el éxito del original smartphone de Samsung Galaxy Note, con pantalla de 5,3 pulgadas van reduciendo al mínimo la separación de formatos y, con ello, de funciones. De momento, a los dos aparatos que revolucionan la vida móvil de las personas solo les separa una pulgada física. También les separa una solo diferencia de funcionamiento: con un móvil grande se puede hacer de todo y además hablar por teléfono, con una tableta no. Pero quizás pronto, en meses, ambas diferencias se eliminen.

Tras el histórico desprecio de Steve Jobs a las minitabletas, el Mini iPad ha dado un respaldo definitivo a este aparato que de repente ha perdido la perfección de las casi 10 pulgadas para reconocer las virtudes de las pantallas de 7,9, aunque no es la tableta más pequeña, ni mucho menos. Cuando Jobs renegó de la Galaxy Tab de Samsung, esta tenía una pantalla de 7,7 pulgadas, recientemente tanto Amazon como Google sacaron las suyas con 7,4 pulgadas de tamaño; pero aún las hay menores, como es el caso de muchas marcas blancas y de tabletas promovidas por librerías digitales. La Casa del Libro tiene su Tagus y Barnes and Noble su Nook, ambas de 7 pulgadas de pantallas. Parece que la tableta se consolida en ese tamaño y en los 350 gramos de peso.

Si en el caso de las tabletas la corriente ha ido de lo grande a lo pequeño, en el caso de los smartphones el movimiento es el inverso. Aunque últimamente Apple ha ampliado la pantalla de sus modelos, tampoco aquí es pionero. Pese a su imagen de copiar diseños de la empresa de la manzana, resulta que Samsung ha arriesgado mucho más que nadie. Cuando en octubre de 2011 la firma coreana enseñó su modelo Note, con un pantallón de 5,3 pulgadas, no fueron, precisamente, felicitaciones lo que recibió. En pocas ocasiones la crítica había sido tan unánime en rechazar un producto: aquello no valía ni para teléfono, porque no cabía en la mano, ni para tableta, porque no se veían las películas.

Si en el caso de las tabletas la corriente ha ido de lo grande a lo pequeño, en el caso de los smartphones el movimiento es el inverso.

Sin embargo, como bien saben los profesionales del cine, la música o la escritura, no siempre el gusto del crítico coincide con el del público. La segunda versión, el Note II, que aumenta su pantalla a 5,5 pulgadas, consiguió vender en tres meses cinco millones de unidades. El blog de Boy Genius Report lo calificó como el “teléfono más inútil que jamás he usado”. El sitio especializado en gadgets, Gizmodo ahondó: “No es solo que tenga un pobre diseño, es que no ha sido diseñado para humanos”. Y acusaba a los que se lo habían comprado de contribuir a un mundo peor. Ya son 20 millones de personas empeorando el mundo.

Finalmente el defecto se ha convertido en virtud y de no servir para nada, a servir para todo. “Nos inventamos una nueva categoría”, recuerda Luis de la Peña, de Samsung España. No todas las personas pueden permitirse comprarse un smartphone y una tableta; con el Note tienen todo en uno".

La mayor prueba de su éxito es que otros siguen la línea. Sony, LG, ZTE, HTC van a presentar modelos de más de cinco pulgadas en la próxima Mobile World Congress de Barcelona. La semana pasada otra firma coreana, Pantech, llevó fusión al límite: su smartphone Vega No 6, con 5,9 pulgadas (15 centímetros en diagonal) de pantalla. Sus cualidades ya están más dirigidas al mundo multimedia pues su pantalla garantiza la visión de películas en Full HP. Pero en cuestión de tamaño de pantalla, el límite lo puso en Las Vegas Huawei con el móvil Ascend Mate de 6,1 pulgadas. Solo 2,28 centímetros de separación entre el teléfono y la tableta.