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Turismo en casa de amigos

Swaapping.com es la nueva propuesta de uno de los creadores de Panoramio, que fue vendida a Google

Autorretrato de Eduardo Manchón y Elisenda Bru
Autorretrato de Eduardo Manchón y Elisenda Bru

En enero de 2010 Eduardo Manchón (Callosa de Segura, 1976) dijo adiós a Google. Su llegada al corazón de la innovación fue a través de Panoramio, una de las primeras compras del buscador, muy sonada en su momento (mayo de 2007), por una cantidad nunca desvelada. Las imágenes de Panoramio sirvieron de base para Google Earth.

Desde entonces Manchón, psicólogo de formación, ha estado involucrado en varios proyectos menores. Ninguno le llamó la atención tanto como Swaapping.com, empresa que ahora lidera y de la que es inversor. El nombre viene de swap, palabra inglesa para el intercambio o trueque y pretende eso, que los clientes de la página hospeden a otros en sus casas, ya sea con ellos dentro o en su ausencia.

El equipo lo completan Eva de Lera, Elisenda Bru y Elad Rodríguez, responsable técnico cuya empresa, NitsNets, ha desarrollado el servicio.

Swaapping mantiene el espíritu del Couchsurfing, el alojamiento gratuito en sofás por todo el mundo. No hay ánimo de lucro en los anfitriones, pero sí cambia la relación con los huéspedes. “La diferencia es que mucha gente sí quiere tener trato con quienes van a ir a su casa, pero prefieren que sean amigos o conocidos”, expone Manchón.

Como no podía ser de otra forma, los amigos se toman de Facebook. Para darse de alta basta con dar permiso para acceder a la red social. Se pueden añadir también los contactos de Twitter, Google y LinkedIn.

A partir de ahí se concreta si se quiere ofrecer una cama, una habitación o toda la casa, y el lugar donde se encuentra. También si, a cambio de prestar el espacio, se pide poder ir a la casa del visitante en el futuro o si se considera justo compartir gastos durante la estancia. No faltan las típicas preguntas, básicas para la convivencia: ¿Son bienvenidos niños, fumadores o mascotas?

Ante algo tan delicado como ofrecer la casa en Internet es necesario tomar ciertas precauciones. Una de las medidas es que, si no se está entre los contactos de alguien, no se puede ver su foto ni el barrio donde está la casa, tampoco las imágenes de la misma. Nunca se dan direcciones concretas.

Los creadores indican que, de momento, están cosechando más éxito entre maestros y profesores, en general con cualquiera que tenga vacaciones flexibles. Su intención es no cobrar por el servicio, ni por el alta, ni por la gestión. Contemplan formas de financiación relacionadas con el turismo. “Pensamos en incluir publicidad de viajes y servicios como regalos para los anfitriones”, explica Manchón. “Como nos basamos en las conexiones de redes sociales se pueden conocer sus gustos, afinidades y acertar más”.

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