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Adiós al Minitel

Cierra definitivamente el precursor francés de Internet, lanzado en 1982

"Nos enseñó a manipular los primeros ordenadores. Y también fue un precursor del móvil. Hace 18 años, cuando mis hijos viajaban a China, solos los potentados llevaban teléfono en el bolsillo, pero los monitores que les acompañaban nos mandaban sus actividades a través de Minitel. Fue un aparato genial”, recuerda Carmen Costa, catalana afincada en París.

Treinta años después de su lanzamiento comercial, Francia despide el último día de junio a su precursor de Internet. Convertido en un muerto viviente, la ciudad bretona de Rennes apaga hoy el último código Minitel. France Télécom finiquita su explotación “por el declive de su uso y por efecto de la evolución tecnológica”. Con Minitel el país entró en la era digital. Era 1982 y fue una revolución, siete años antes de que Tim Berners-Lee inventara la World Wide Web.

El pequeño cubo beis —con monitor y teclado integrado— unía la informática y las telecomunicaciones, porque permitía acceder a multitud de servicios, foros, mensajería, bases de datos y hasta juegos y loterías, además del listín telefónico en formato digital que lo vio nacer. También fue un germen del futuro comercio electrónico, porque se podían reservar billetes de tren o avión y gestionar las cuentas bancarias.

La subvención pública de los primeros años contribuyó sin duda a su éxito: permitió un despliegue suficiente de aparatos en el mercado para lanzar los por entonces inéditos servicios telemáticos.

En su apogeo tenía 20 millones de abonados y 25.000 servicios

Internet ha convertido el pequeño cubo beis en una reliquia del pasado, aunque le ha costado. En su época de esplendor, durante los años noventa del siglo pasado, llegó a tener 20 millones de abonados, 25.000 servicios y generaba casi 1.000 millones de euros de ingresos, a pesar del rechazo de la prensa que ya por entonces desconfiaba de este nuevo soporte digital, al que temía porque reducía sus ingresos publicitarios y —qué premonición— suponía el fin de la civilización en papel.

A finales de 2011 todavía había casi 700.000 aparatos en circulación, lejos de los nueve millones de 2002. Hoy, se calcula que hay unos 400.000. Su simplicidad y la ausencia de virus han sido los factores que han destacado siempre quienes lo siguen utilizando, mayoritariamente gente mayor.

Minitel también inspira a los jóvenes, aunque lo vean como un aparato vintage. Mientras unos lo pintan de chillones colores, otros bautizan al grupo de rock con su nombre. El álbum de los raperos TTC, por ejemplo, lleva por nombre 3615, el código de acceso a los servicios de pago. Hasta los artistas se apuntan a la despedida. Anthony Alberti, alias de Mr One Teas, muestra hoy en Mónaco sus Minitel transformados en obra de arte. “Permitió a millones de personas comunicarse durante años. Sería una pena que se fuera definitivamente sin un entierro simpático”.

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