El cierre de Megaupload
El directivo denuncia la forma de enriquecimiento de Megaupload
Lo primero que hay que preguntarse es si podemos considerar lícito un modelo de “negocio” sustentado en enriquecerse a costa de permitir el acceso indiscriminado, cobrando, claro está, a contenidos creados por otros, cuando estos creadores, con todo el derecho del mundo, no lo olvidemos, no quieren que se acceda a ellos de esta manera sino a través de los servicios legales existentes que sí les retribuyen.
No está en juego aquí ni la libertad de expresión ni el funcionamiento de Internet. Lo que se está debatiendo es la Internet que queremos: ¿una en la que todo vale? ¿En la que el “listo” es aquel que consigue enriquecerse a costa del trabajo de otro? ¿Una Internet en la que todos vamos con pasamontañas para hacer y decir lo que no nos atreveríamos a hacer en plena luz y a la vista de todos?
La respuesta unánime de cualquier ciudadano honrado debería ser un NO rotundo y no ampararse en argumentos populistas de compartición de cultura y demás para justificar lo que es lisa y llanamente una forma de privar de su propiedad a los creadores
Aquí de lo que se trata es de parar las vías que, revestidas del glamour del compartir y hacer accesible, han establecido los parásitos para hacerse ricos.
Esto y no otra cosa es el caso Megaupload, y la Ley Sinde y la Hadopi. No caigamos en la trampa libertaria de estos Robin Hoods de pacotilla que roban a los creadores ( que no a los ricos) para quedárselo ellos y cuya única causa justa es su propio beneficio.
Antonio Guisasola es presidente de PROMUSICAE.
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