China está llena de 'zombis'
Las redes sociales triunfan y con ellas la venta de seguidores para aparentar más popularidad Un programa malicioso crea los perfiles automáticamente
Wu Dianyi nunca ha sido una chica popular. En el colegio era la típica empollona de primera fila que emplea el recreo para hacer los deberes y ahora trabaja de contable en una agencia de servicios financieros. Así que, para acabar con la monotonía y el aislamiento de su vida, decidió que era más sano crear un virtual que hablarle a algún amigo imaginario. Cuando se mudó a Shanghái abrió una cuenta en Sina Weibo, el Twitter chino, y dejó correr su imaginación en borbotones de 140 ideogramas. Pero ni con esas. "No conseguí más de 25 fans, y rara vez interactuábamos", recuerda. Un día descubrió que dos habían dejado de seguirla. "Me entró una depresión. Me sentí muy sola". Entonces, buceando en Taobao, el principal portal de comercio electrónico de consumo, a Wu le llamó la atención un anuncio en el que se ofrecían fans de Sina Weibo. A cinco fenes (0,6 céntimos de euro) la unidad, se decidió a comprar unos cuantos. Poco a poco, el número de seguidores fue creciendo.
Eso sí, casi todos eran zombis. Es como se denominan los usuarios falsos creados por un programa automático. Son perfiles inexistentes que no tienen siquiera una fotografía, no escriben absolutamente nada, y su interacción con el ciberespacio es nula. Son simples números destinados a engordar el marcador de fans en redes sociales. Nadie sabe cuántos hay, pero Weibo recientemente ha cerrado "decenas de millones" de cuentas de zombis dañinos.
A diferencia de los que contrató Wu, estos se dedican a lanzar ataques, correo basura o difamar en la Red. "Contra los inofensivos no hacemos nada", reconoció Charles Chao, consejero delegado de Sina Weibo, que añadió haber descubierto a un empresario con más de 10 millones de zombis en su poder y un equipo de 10 trabajadores dedicado a mantenerlos con vida. En cualquier caso, el inflado número de usuarios sin duda ayuda a engordar los beneficios en Bolsa de la empresa de Chao.
Y a Wu le suben la autoestima. "La cifra de seguidores determina la popularidad de cada uno, y por eso resulta de gran relevancia", explica el sociólogo de la Universidad de Fudan Xu Anqi. "Marca el estatus social, lo mismo que la ropa de marca o un iPhone". En el caso de Wu, funcionó. Con una legión de zombis detrás, muchos de los usuarios reales se interesaron por sus mensajes. Pero entonces se introdujeron los filtros que Sina utiliza para matar a los zombis, y el número de fans se desplomó.
Así que a Wu no le quedó alternativa: tuvo que rascarse el bolsillo para adquirir el otro tipo de seguidor que se ofrece en el mercado. Es el huofen, un zombi vivo que no se diferencia en absoluto de un usuario real, y que por ello puede costar hasta un yuan (12 céntimos de euro). Tiene un perfil detallado, hace comentarios y rebota historias. Lo que nunca hace es responder a mensajes del usuario al que sigue. Están controlados por una legión de jóvenes que cobran en torno a 3.000 yuanes (340 euros) por crear y mantener sus cuentas. Es la versión privada del ejército de los 5 mao, que el Gobierno chino emplea para mejorar su imagen en Internet con estos soldados que cobran cinco mao (seis céntimos de euro) por cada comentario que publican. "Por 388 yuanes (46 euros) ofrecemos 2.000 seguidores, 500 menciones y 100 comentarios. Con 588 yuanes (70 euros) son 3.000 fans, 700 retuits y 150 comentarios", enumera por chat un vendedor de Taobao que asegura haber cerrado 17.501 operaciones el mes pasado y que no quiere ser nombrado por miedo a que cierren su página. Según Chen Chuanliang, un ingeniero informático que ha desarrollado un software para detectar zombis, el 17% de los seguidores de los usuarios VIP están muertos.
Luego están personajes que logran una efímera fama y que quieren aprovechar el momento: cobran por emitir mensajes con publicidad encubierta. Así que, cuantos más seguidores tengan, más pueden exigir. "Quien tenga 150.000 seguidores puede pedir unos 400 yuanes (47 euros) por anuncio. Con 200.000 son 500 yuanes (59 euros)", cuenta el vendedor de Taobao. Así, la inversión en zombis sale más que rentable. Pero el negocio podría tener los días contados si China aprueba una serie de medidas para controlar a los usuarios de Weibo, que incluiría la obligación de registrarse con una identidad real. Los zombis tiemblan.
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