Un hombre de genio
Jobs, un verdadero genio visionario que llegó a todo antes de que ocurriera
En informática se suele hablar mucho de esos jóvenes, verdaderos "magos de los ordenadores" (computer wizards), que se han enriquecido con nuevos avances tecnológicos. Recientemente, la película La red social (2010, David Fincher) ha acercado este fenómeno al gran público gracias al oscarizado y dinámico guión de Aaron Sorkin. Pero ese guión adaptaba un libro de título claramente significativo: Multimillonarios por accidente de Ben Mezrich.
Tal vez ese mundo de los magos de la informática sea sólo eso: jóvenes que tienen suerte y acaban haciéndose multimillonarios casi por casualidad y no precisamente por voluntad propia.
Entre esos jóvenes la gran excepción es Steve Jobs, un verdadero genio visionario que llegó a todo antes de que ocurriera. No como otros. Suelo especular con mis estudiantes en torno a la posibilidad de que Bill Gates se haya pasado toda su vida pensando eso de que "cuando sea mayor, quiero ser como Steve Jobs". Lo cierto es que, si Jobs llega con antelación y crea tendencias, Microsoft suele llegar tarde a todo.
Microsoft llegó tarde a la nueva interfaz WIMP (windows, icons, mouse y pop-up menu), llegó tarde a los sistemas operativos multitarea, llegó tarde a Internet, llegó tarde a las consolas de juegos y un largo etcétera. Aunque, eso, sí, cuando llegó, lo hizo adquiriendo pronto una posición dominante o de gran importancia tras haber entrado como el típico elefante en cacharrería.
Steve Jobs siempre se ha adelantado. Su primer colaborador, Steve Wozniak, cofundador de Apple en 1976, reconoce que fue Jobs quien sugirió vender un ordenador montado en una única placa de circuito impreso. Ése fue el primer Apple, creado, como quiere la tradición, en un garaje, cual hicieran los fundadores de Hewlett-Packard, empresa donde se conocieron Wozniak y Jobs cuando éste trabajaba allí como "empleado de verano".
Después, fue Jobs quien empezó el proyecto de la nueva interfaz WIMP con el LISA (1978) y el Macintosh y quien, en 1983, queriendo hacer "seria" y respetable una empresa creada por frikis que antaño se dedicaban a fabricar y vender cajas negras para piratear conexiones telefónicas, fichó a John Sculley quien procedía de Pepsi Cola. Conocida es la frase con la que Jobs convenció a Sculley: "¿Quieres vender agua azucarada toda tu vida, o quieres venir conmigo y cambiar el mundo?".
Sculley fue a Apple y, a los dos años, echaba a Jobs de su propia empresa. Pero éste acabó volviendo en 1996, tras haber mostrado su capacidad creativa y visionaria creando nada más y nada menos que Pixar y, también, el mejor proyecto informático de la segunda mitad de los ochenta: Next del que derivó el sistema operativo Mac OS X.
Luego todo fueron nuevas visiones: iMac, iPod, iTunes (que abordaba el gran problema creado por Napster y mostraba el camino para restaurar el negocio de los editores y distribuidores de contenidos), iPhone, iPad y un largo etcétera. Las huellas ya indelebles de un gran creador y visionario que ha cambiado la informática moderna.
Miquel Barceló es profesor de la UPC y autor del libro Una historia de la informática.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.