El joven que vendió el prototipo del iPhone a 'Gizmodo' lamenta su error
Las autoridades de California analizan si su conducta puede considerarse un robo
El joven que se hizo con un prototipo del iPhone en una cervecería de California y lo vendió al sitio de información tecnológica Gizmodo "lamenta" su error, según ha declarado a Wired su abogado. Brian J. Hogan, de 21 años, considera que fue retribuído por permitir a un medio informativo hacer un análisis del teléfono móvil que prepara Apple. Gizmodo le comentó que no había nada malo en compartir el teléfono con un medio periodístico. Estas cautelas se explican porque las autoridades de California estudian si pueden considerar la conducta del joven como un robo. Según las leyes locales, quien encontrara un objeto y no hiciera los esfuerzos suficientes para devolverlo a su propietario y se apropiara del mismo en su beneficio puede considerarse un ladrón. Un representante de la fiscalía del distrito ya ha interrogado al joven.
El 19 de abril, Gizmodo publicó imágenes y un análisis de un prototipo de iPhone que un ingeniero de la empresa, el ya célebre Gary Powell, se había descuidado en una cervecería. Según el relato de Hogan, éste se hallaba en el bar con un amigo cuando una tercera persona se le aproximó con el móvil que había visto en un taburete cercano y había pensado que era de Hogan. El joven preguntó a otros clientes si el teléfono era suyo y al no localizar al propietario abandonó el local con el móvil en sus manos. Según el propietario del bar, nadie le comentó el hallazgo y Powell regresó varias veces al local preguntando si alguien había encontrado el aparato.
Cuando Hogan intentó probarlo, se encontró que no podía manejarlo. Según Gizmodo, hasta que el joven no sacó un falso recubrimiento no advirtió que no se trataba de un iPhone cualquiera. Al parecer un amigo hizo gestiones infructuosas para conectar con Apple, según el relato de Gizmodo. Varios medios recibieron un correo de una persona comentando el hallazgo. Uno de ellos fue Wired cuyo contacto con el remitente no prosperó cuando éste hizo veladas proposiciones de cobrar por el móvil. Gizmodo pagó 5.000 dólares. Tras publicarse el informe, la policía registró la casa del redactor autor de la noticia y requisó ordenadores y servidores. Gizmodo ha denunciado la ilegalidad de esta acción ya que los periodistas tienen el derecho de preservar el secreto de sus fuentes. Otros juristas sostienen que al tratarse de material "robado" no puede alegarse la protección de la primera enmienda que defiende la libertad de expresión. La fiscalía ha manifestado que no examinará el material requisado hasta aclararse este punto.
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