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Ocho detenidos en Alicante por estafar más de 34.000 euros a través de Internet

El botín era cobrado finalmente en Rusia

La Policía Nacional ha detenido en Alicante a ocho personas acusadas de haber estafado más de 34.000 euros mediante transferencias fraudulentas a través de Internet. El ámbito de actuación de la organización era España, Rusia, Portugal y Alemania. En un registro practicado en el domicilio del cabecilla de la banda, en Benidorm, los agentes se han incautado de un subfusil de aire comprimido, cuatro ordenadores portátiles, documentación bancaria, varios soportes de almacenamiento informático y múltiples tarjetas SIM de teléfono.

Los detenidos, seis con antecedentes policiales, han sido puestos a disposición judicial, acusados de los delitos de estafa, blanqueo de dinero y asociación ilícita. Las víctimas de la organización eran usuarios que operaban a través de banca en línea, cuyos ordenadores eran infectados con un virus para que los delincuentes pudieran acceder a sus datos y contraseñas. Los estafadores ingresaban las transferencias fraudulentas en cuentas bancarias de personas que previamente habían sido captadas por la banda -en el argot policial se conocen como mulas-, las cuales se quedaban con un porcentaje del dinero.

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Las investigaciones comenzaron el pasado mes de enero, tras recibir la Policía Nacional una denuncia por una estafa realizada mediante una transferencia fraudulenta por importe de 2.800 euros y cuyo receptor era un joven de 26 años con residencia en el municipio alicantino de El Campello. Los agentes descubrieron que existían otras dos transferencias fraudulentas por cuantías de 1.000 y 2.400 euros, respectivamente, y que la compañera sentimental de ese joven había recibido en su cuenta bancaria transacciones ilegales. Tras capturar a la pareja, la Policía Nacional constató un aumento significativo de transferencias fraudulentas en varias sucursales de El Campello, donde detectó la presencia de un grupo de delincuentes dedicado a la captación de personas que recibían en sus cuentas bancarias transferencias no consentidas. Una vez que recibían esas transferencias, sus receptores las hacían efectivas y entregaban el importe ingresado -excepto un porcentaje del 10% que se quedaba el titular de la cuenta- a un ciudadano de origen ruso. Este individuo, junto con otra persona de nacionalidad española, se encargaba de recoger el dinero para su posterior envío a Rusia. Fuentes policiales han señalado que el dinero se remitía a aquel país a través de agencias de envío de dinero rápido, mediante la compra de tarjetas U-Kash por cantidades discretas de dinero para no levantar sospechas. Con los códigos de estas tarjetas se podía obtener en efectivo el dinero.

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