El poder de la mente
Un juego de actividad cerebral permite desplazar objetos sin llegar a tocarlos
El futuro es hoy, o por lo menos la telequinesia está más cerca. El poder de mover objetos con la mente se ha convertido en uno de los juegos que se exponen este año en la Campus Party de Valencia.
La situación es parecida a una partida de póquer: una mesa, dos jugadores frente a frente y mucha concentración, tanta que gana el que es capaz de desplazar la bola, sin tocarla, y marcar un gol en la portería contraria. Para ello es necesario sentarse, ajustarse una cinta que mide nuestras reacciones químicas: ritmo cardiaco, tensión, cambios térmicos, etc... A partir de estos parámetros el que genere menos reacciones en su organismo se lleva el gato al agua, porque aquí el que gana es el que tiene la mente en blanco, el que es capaz de no generar ninguna reacción en su organismo. Es entonces cuando la bola empieza a desplazarse por la mesa en línea recta hacia la portería del contrario.
Magnus Jonsson, miembro de New Media Interactive, la empresa que ha diseñado el juego asegura que Mindball "emplea una interfaz de bioretroalimentación que llegará tarde o temprano a los mercados, el problema es que de momento es muy costoso". Una de las paradojas del juego es precisamente esa que es un juego sin necesidad de interactuar, "estábamos interesados en crear un ambiente de juego, pero sin hacer nada", asegura Jonsson quien es sabedor que la paradoja es la que ha posibilitado el juego: "Nos exigimos dar el máximo y a la vez estar relajados". Lo sublime de este tipo de juegos que trata desarrollar más la mente que el aspecto físico ha llegado a la Campus este año, quizás le próximo paso sea la telequinesia.
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