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3 cámaras de fotos, 2 ordenadores, 1 iPod extra

Alison Shepard, socia de mercadotecnia de un sello discográfico de Manhattan, es adicta a la tecnología

Alison Shepard, socia de mercadotecnia de un sello discográfico de Manhattan, se sujeta al brazo un iPod Nano ultrafino antes de salir a correr. Cuando regresa a su apartamento, se quita el Nano y enciende el iPod más voluminoso que ha sustituido a su equipo de música doméstico. Shepard también tiene dos cámaras: un modelo automático que adquirió por 75 euros y una reflex con una sola lente, más grande y mucho más cara, que, según dice, le permite ser más creativa.

Y posee un ordenador portátil en el que puede ver DVD, además de un reproductor de DVD portátil. Aparatos electrónicos los hay de todas las formas, tamaños y descripciones para atraer a una gama de gustos y necesidades. Para un número cada vez mayor de consumidores, eso significa comprar dos o más modelos para obtener todas las prestaciones que anhelan. Y después dirán que un aparato sirve para todo.

"Me compré un iPod de 60 gigas con altavoces para sustituir el equipo de música, básicamente con la idea de minimizar lo que había en mi piso", comenta Shepard. "Pero no quería correr con el iPod de 60 gigas atado al brazo, porque si me caía y se rompía, saldría caro reemplazarlo".

El iPod más pequeño de Shepard sólo contiene parte de su colección musical, pero es más que suficiente para entretenerla durante sus entrenamientos. El iPod de más capacidad almacena toda su discoteca.

Al igual que sus reproductores de música, las cámaras de Shepard cumplen funciones distintas. "Tengo una pequeña cámara digital que es fantástica para llevarla a bares o espectáculos", afirma Shepart. "Pero, cuando quiero fotos de calidad, como al ir de vacaciones, utilizo la reflex".

Ahora que se han estabilizado las ventas de aparatos a nuevos clientes y que incluso están decayendo en algunas franjas del mercado, consumidores como Shepard alimentan el sueño del sector. La tendencia de comprar más de un modelo del mismo tipo de dispositivo implica un aumento de los beneficios para los fabricantes.

El iPhone, de moda

Es casi seguro que la mayoría de los clientes del iPhone de Apple ya poseen un móvil, un reproductor digital de música, o ambas cosas. Aunque es probable que gran parte de los compradores del iPhone utilicen el aparato como móvil único, quienes tengan un reproductor de música más barato seguramente conservarán ambas cosas para utilizarlas con fines distintos.

El iPhone (el de cuatro gigabytes cuesta unos 375 euros y el de ocho unos 445 euros) incluye un teléfono móvil, acceso a Internet y servicio de mensajería, y un iPod con pantalla táctil. Se espera que atraiga a los denominados consumidores prematuros, que adquieren la tecnología más reciente sin importarles el precio.

La familia estadounidense media tiene 25 aparatos electrónicos, y un adulto normal gasta unos 900 euros al año en comprar dispositivos nuevos, según las últimas cifras de la Consumer Electronics Association, un grupo de comercio de Washington. Un número mayor de esas compras proviene de compradores que repiten y que a menudo mejoran una colección de aparatos similares en lugar de sustituir modelos más antiguos.

Por lo general, estos clientes quieren algo más portátil o más sofisticado. Por ejemplo, los compradores que repiten adquirieron casi la mitad de las cámaras digitales vendidas el año pasado, y se espera que superen a los nuevos compradores de cámaras digitales en 2007.

Varios productos

En el sector de la electrónica personal, las empresas pasaron de comercializar un solo artículo para una familia a varios productos para distintos miembros de la familia.

Stephen Baker, vicepresidente de análisis de sectores en NPD Group, una empresa de investigación de mercado, señala que en el ámbito de los PC, la tendencia comenzó hará unos cuatro años con la creciente popularidad de las agendas electrónicas, que pronto convirtieron a las familias con un PC en familias con múltiples ordenadores.

Sony ha observado a los consumidores que compran segundas y terceras cámaras digitales al menos durante los últimos dos años. Casi siempre son propietarios de cámaras automáticas que se pasan a modelos con más prestaciones y más baratos.

Andrew Welder, propietario de restaurantes, tiene varias cámaras, entre ellas un modelo digital de bolsillo que compró por 185 euros y le gusta llevarse cuando viaja en avión y no quiere facturar sus maletas.

Cuando viaja por carretera, opta por sus cámaras reflex de una sola lente, más grandes y caras, que, según él, hacen mejores fotos. En lo musical, Welder sólo tiene un iPod, que contiene toda la música que le gusta. "La verdad es que todo se reduce a la portabilidad y la posesión", asegura.

"Personalmente, estoy dispuesto a sacrificar la portabilidad para tener toda mi discoteca", añade. "Pero otros quizá se conformen con parte de su colección de música".

Aparatos electrónicos los hay de todas las formas, tamaños y descripciones para atraer a una gama de gustos y necesidades.
Aparatos electrónicos los hay de todas las formas, tamaños y descripciones para atraer a una gama de gustos y necesidades.James Kaczman

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