Delincuente a distancia

Cuando la aplicación se anticipa a la norma

Si la legislación no se hace global, ya lo hará la forma en la que se aplican las leyes. Es lo que le ha ocurrido a Hew Raymond Griffiths, que sin haber pisado en su vida ese país, acaba de declararse culpable ante un tribunal de Virginia para tratar de suavizar la condena y cumplirla en su país. Lo terrible del caso es que este australiano no había pisado nunca, hasta su detención, territorio estadounidense. Pero a las autoridades de su país este detalle no les ha parecido relevante a la hora de conceder su extradición, por haber contribuido a romper la protección de programas y contenidos audiovisuales de compañías estadounidenses, y haberlos distribuido gratis. La extrema suavidad con la que se conducen las autoridades de su país a la hora de valorar el principio de territorialidad del derecho, le puede costar a este informático 10 años de cárcel. Peligrosísimo precedente.

Más Wii's, más contenidos

La consola de los mandos como maracas se vende bien. Como churros. Tanto, que Nintendo ha reconocido que no consigue poner suficientes en el mercado como para cumplir su plan de tener multitud de puntos de venta, en lugar de limitarla a tiendas de videojuegos. En encuentro con los usuarios en la web de la compañía, Satoru Iwata, su presidente, responde además a las críticas que afirman que la Wii no es realmente una consola de tercera generación, afirmando que lo que han hecho es usar tecnologías que ya había en el mercado, y que esa es precisamente la clave de su éxito. De paso, Iwata aprovecha para prometer mejores contenidos (y sobre todo, más) para el canal Wii.

No tan 2.0

Leemos en PC World acerca de un informe que le echa un poco de agua a la recalentada web 2.0, y que demuestra que sólo el 23% de los adultos de Estados Unidos son usuarios regulares de las nuevas herramientas sociales en Internet y generadores habituales de contenidos. Lo cual demuestra que los sitios que hacen negocios con el asunto tienen todavía recorrido. En el informe se incluyen otros datos llamativos, como el hecho de que apenas el 8% de los usuarios más avanzados (el "grupo de élite") utiliza el móvil para crear o deglutir contenidos. Diminuto porcentaje.