Locos, locos, locos por la Wii

Consolas

Dos de Nintendo por cada una de Sony. Ese es el estado de la batalla comercial entre consolas de tercera generación que se abrió a finales de 2006 con el lanzamiento de la PS3 y la Wii. Al menos en Japón, donde el éxito de la máquina de Nintendo se ha sumado a los problemas de distribución de la competidora. Hasta la fecha, y según MSN Japón, la consola de los mandos como maracas roza ya el millón de unidades colocadas, frente a menos de 500.000 de Sony. Los consumidores nipones parecen tener claro que es más divertido jugar de pie, que hacerlo con gráficos ultrarrealistas.

Recompensa

Lo de si es bueno o no recompensar a alguien por atrapar al malo suscita siempre un debate interesante. ¿Debe retribuirse más al que más malos cace? ¿Está bien que cualquiera pueda ir por ahí haciéndose el sheriff? Quizá en el oeste americano del siglo XIX sí. Internet se parece mucho a ese mundo a veces, y compañías como VeriSign ofrecen dinero contante y sonante a quienes reporten agujeros de seguridad en los principales programas. Nada menos que 8.000 dólares (unos 6.150 euros) ha prometido a cambio de que le den a conocer problemas de seguridad en Vista, el nuevo sistema operativo de Microsoft, y del navegador Internet Explorer 7. Hay quien opina que esta competición alentará aún más la explotación maliciosa de problemas de vulnerabilidad, pero también es cierto que es mejor recibir algo a cambio de hacer el bien, que nada de nada.

La NSA mete las narices en Vista

Y hablando de seguridad, nos encontramos con la noticia de que la NSA estadounidense, (la agencia de seguridad nacional, algo así como una CIA para el interior del país) ayudó a Microsoft (y no al revés) en el desarrollo de Windows Vista, para hacerlo más seguro. Esta agencia despierta los temores de muchas agrupaciones de defensa de los derechos civiles (aquí los conocemos como fundamentales) por sus grandes poderes para intervenir en la vida privada de los ciudadanos, y por eso muchos aseguran que algo huele mal en la noticia.