Esa cara en tres dimensiones... me suena
Polar Rose, una pequeña empresa sueca, tiene un ‘software’ que hará que nadie pase desapercibido en la Red, independientemente de cómo asegure llamarse
Esa cara en 3D… me suena
Es una startup, una de esas pequeñas compañías que tienen un servicio tan bueno que las grandes ya babean por comprarla. Aunque al proyecto le falte un hervor. Polar Rose se ha hecho famosa por demostrar que se pueden crear imágenes tridimensionales muy aceptables a partir de imágenes de dos dimensiones. Y ahora vemos que su primera aplicación comercial apunta muy alto: al negocio rey de la Red. El de la búsqueda. Lo suyo serán las imágenes, y los creadores de esta empresa sueca quieren que, además de para crear objetos en 3D, sirva para encontrar fotos en la Red. ¿Cómo? Creando un modelo en tres dimensiones a partir de una foto, y comparándolo con las extrapolaciones que se hagan del resto de imágenes. O lo que es lo mismo: a partir de una foto nuestra, crear una cabeza en 3D, y compararla con las demás cabezas 3D que haya colgadas por ahí. Empiezan las pruebas en enero. Si fueses Google, ¿no pagarías por esto?
Un cable como un océano
Hoy hablamos de hardware para contar que los Estados Unidos y Asia estarán más cerca gracias al Trans Pacific Express, un enlace de datos entre Corea del Sur, Taiwán, China y Estados Unidos. El mega-cable es imprescindible si los dos principales motores de la economía mundial quieren seguir el ritmo de crecimiento de tráfico entre ambas orillas del Pacífico. Su precio, 500 millones de dólares (unos 380 millones de euros), su longitud, nada menos que 18.000 kilómetros, y su fecha de finalización, 2008. No dejamos lo parte más tangible de la informática para dar un par de zarpazos a Microsoft: hay quien dice que Vista, el nuevo sistema de los de Redmond, es capaz de dejar sequitas las baterías de los portátiles en un tiempo récord. Y hay quien dice que las ventas de Zune, el "iPod" de Microsoft, ya están cayendo, tras poco más de un mes de su lanzamiento. De remate, una información que recuerda cómo, cuanto más interactivos somos los usuarios, menos sentido tiene la estructura asimétrica de nuestros accesos de banda ancha.
Vikingos de la Red
Si hacer el agosto es vender a lo bestia, tirar el dinero y dejarse timar bien podría ser "hacer el diciembre". Es lo que parecen haber sufrido durante el pasado fin de semana en Hamleys, una cadena de venta de juguetes muy famosa en el Reino Unido y en la Red, al diseñar mal la manera en que su tienda virtual gestionaba y concedía los descuentos. No se trata en este caso de un fallo de seguridad propiamente dicho, sino que haciendo un pedido de unos cuantos productos una y otra vez -suponemos que sin confirmarlos finalmente-, los consumidores podían conseguir descuentos de hasta el 60%. El resultado: los clientes no son tontos, y además de la razón, tienen muy buena vista. En menos de un día habían dejado vacías (es literal, no había stock de muchos productos) las estanterías de su tienda virtual. Y es que hubo quien pudo comprar una mesa de billar por 7.770 euros, cuando su precio sin descuentos era de 19.000. En The Register llaman al fenómeno Vikingos de la Red. Y el término parece ajustado.
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