Veto a las mujeres y al waterpolo

La historia se parece mucho a la de algunos clubes selectos y retrógrados del Reino Unido que impiden la entrada a las mujeres. Aunque el escenario es el centro de Pamplona. El club Larraina, que nació en el año 1932, continúa siendo hoy, 74 después, sólo para hombres. El blog www.larraina.org pide que se modifique su reglamento interno y también que el club no se olvide del waterpolo, cada vez con menos apoyo económico.

"Toda la vida el club ha dejado entrar sólo a los hombres aunque ahora la sociedad ha cambiado. No le puedo decir a mi mujer que me voy al club y que ella se quede con los críos. Hoy en día eso no tiene sentido", explica uno de los socios de Larraina y autor del diario virtual, Iñaki Echandi.

Otro de los problemas del club, continúa Echandi, es el recelo de la actual Junta Directiva con el waterpolo. "Larraina nació con un enfoque deportivo, se jugaba a la pelota vasca y al waterpolo. El club ha jugado en la división de honor aunque el waterpolo se ha convertido en el caballo de batalla de los socios mayores. Han retirado casi toda la ayuda económica. Uno de los socios tuvo que pagar de su bolsillo el viaje de los juveniles para que disputaran el campeonato de España".

La actual Junta Directiva, que está en el cargo desde hace dos mes después de haber ganado las elecciones legalmente aunque con votos "de socios que no han pisado las instalaciones hace 10 años", según Echandi, va a continuar la discriminación por sexo. Y también parece que ha condenado al waterpolo pese a que en sus instalaciones se jugó el 13 de agosto de 1933 el primer partido de este deporte celebrado en Navarra.

Echandi, de 32 años, cuenta que dos de sus hermanos se han dado de baja por la actitud de los directivos. Éstos ganaron las elecciones y, si nada cambia, estarán en el cargo cuatro años al mando del club navarro que tiene 2000 afiliados. El veto a las mujeres continuará y los entrenamientos de decenas de jóvenes en las piscinas desaparecerán.

"Si quitan el waterpolo las piscinas se quedarán vacías, es una pena porque este deporte ha unido a muchas cuadrillas. Y creo que no nos podemos quedar más tiempo en los años 30 y dejar a las mujeres fuera por la mentalidad de unos cuantos socios con rarezas que se escapan al club para no ver a sus mujeres en todo el día. Como los talibanes. No puede ser. Hay que cambiar", concluye convencido Echandi.