Telefónica acaricia al dragón chino

Con una base de clientes que ronda los 90 millones, China Netcom Group Corporation (CNC) es la segunda operadora fija de telecomunicaciones del vasto país, por detrás de China Telecom. Eso hace de la compra de China Netcom por parte de Telefónica un movimiento a tener en cuenta, incluso aunque por el momento se trate de una participación que no llega al tres por ciento del capital. Y es que, si se tiene en cuenta que el 70% de las acciones de la compañía permanecen todavía en manos del estado chino a través de la oficina pública de participaciones industriales (el equivalente chino del SEPI español); que otro 10% está en régimen de autocartera; y que sólo un 20% de las acciones cotizan en bolsa, la percepción cambia: Telefónica se convierte en el segundo accionista mayoritario de la operadora.

La estrategia que subyace a la operación no es obvia. Dado que Telefónica no podrá ejercer por el momento un control significativo sobre China Netcom, la adquisición responde a la voluntad de contar con un socio que permita a la operadora española emprender acciones que no podría hacer sola, dada la idiosincrasia del suculento pero siempre complejo mercado chino. Un ejemplo podría ser abonar el terreno para, en un futuro, ofrecer servicios integrados de telecomunicaciones a las empresas iberoamericanas o españolas que pretendan operar en China.

Si Telefónica quiere introducirse en China —la economía más dinámica del mundo, con tasas de crecimiento del 9% anual- y hacerse un hueco en un mercado de más de 1.300 millones de clientes potenciales (de los que sólo un 30% tienen teléfono móvil), ¿qué mejor que hacerlo de la mano de la segunda operadora de telefonía fija, que parece que está a punto de conseguir una licencia móvil de nueva adjudicación?

Pese a que Telefónica ya ha manifestado su intención de aumentar la participación hasta un 5% y de designar a un representante en el consejo de administración de China Netcom, sigue pareciendo una porción demasiado pequeña como para que la operadora española consiga influir de forma real sobre las decisiones de la telco china. Pero si consigue cierta cuota de poder, la alianza con China Netcom puede reportar a Telefónica otras sinergias interesantes. La principal, sin duda, sería una mayor capacidad para negociar precios y compras con proveedores comunes. Así, Telefónica podría, por ejemplo, negociar con los proveedores de infraestructura precios más baratos en España a cambio de propiciar contratos en China.

Telefónica también tiene cosas interesantes que ofrecer a China Netcom. Básicamente dos: capital y experiencia.

Capital, porque China Netcom tiene como objetivo atraer a inversores extranjeros. A pesar de que sus ingresos aumentaron un 8,4% el año pasado, hasta alcanzar los 6.484 millones de euros, y de que consiguió revertir unas pérdidas de 1.108 millones de euros hasta lograr incluso beneficios, la compañía todavía arrastra fuertes deudas.

Y puede aportar experiencia, porque Telefónica gestiona bastante eficientemente más de 122 millones de clientes en el mundo. A falta de otros indicadores más fiables, CNC tiene unos 600 clientes por empleado, mientras que Telefónica está en unos 700 clientes de media es decir, podríamos decir que es alrededor de un 15% más eficiente. Telefónica, la tercera operadora de telecomunicaciones del mundo por capitalización bursátil puede aportar pues a China Netcom conocimiento en operaciones, marketing y gestión. Sin embargo, todavía es pronto para aventurar cómo reaccionará el dragón chino ante el tímido acercamiento del gigante español de las telecomunicaciones.