Un juego de rol al alcance de cualquiera

El juego de un fanático. Toumas Pirinen, finlandés, 32 años, siempre ha sido rolero. Creció con Dragones y mazmorras y empezó su carrera diseñando bichos para Warhammer. Por teléfono, desde los estudios de Climax en Portsmouth (Reino Unido), confiesa: "De crío nunca quise ser bombero o poli. Mi sueño era hacer videojuegos".

Deseo concedido. A Pirinen, diseñador jefe de Sudeki, el juego de rol que cubrirá la carencia de títulos de este género para la Xbox, también le van las espadas. Ha tomado clases de forja, se ha hecho su propio acero y le flipa Toledo. Y todo esto se nota en el mimo hacia el género que se ha puesto en la producción de Sudeki.

La historia es épica de la de toda la vida. Un mundo dividido entre la luz y la oscuridad, dioses caprichosos y cuatro guerreros estereotipados (el soldado, la hechicera…) que buscan la verdad a pesar de que hordas de monstruos intenten evitarlo.

La estética es detallista hasta la histeria. Desde donde están los personajes se ve con nitidez hasta una milla de distancia, y cada arma, utensilio y florecilla se ha creado desde cero. Pirinen dice que quería ofrecer "un universo exuberante". Aunque un juego es mucho más que una cosa bonita. "En una industria impulsada por la tecnología, sería estúpido no intentar hacer productos cada vez más sofisticados", argumenta su creador, "pero lo mejor del juego no es que sea increíble estéticamente, que lo es, sino el combate en tiempo real". En Sudeki el jugador tiene que tomar sus decisiones tácticas mientras le atacan. El tiempo se ralentiza cuando estás escogiendo hechizos o estrategias, pero los golpes siguen llegando. Además, el combate combina la lucha clásica del rol en tercera persona con las peleas cuerpo a cuerpo de los juegos de mamporros y disparos, "lo cual lo hace mucho más accesible para el jugador ocasional", añade Toumas, que cree que tiene el éxito asegurado entre los expertos roleros y los que no, ya que "el juego es muy fácil de pillar, sin embargo, muy difícil de dominar".

Un aliciente para unos y otros será Ailish, una de las protas, enfundada en diminutos modelitos, según Pirinen, por exigencias del guión: "Viene del mundo de la luz, donde se vive un eterno verano". Lógico.