Desarrollan un tapón de cristal para evitar el sabor a corcho en las botellas de vino
Los especialistas dicen que el nuevo sistema no tendrá una implantación generalizada
El "Vino-Lok", que hará su irrupción en el mercado en enero próximo, es un tapón de cristal rodeado por una membrana plástica y sostenido por un casquillo de aluminio que puede adaptarse a todo tipo de vinos, incluyendo los de guarda. Con este sistema se pretende evitar la enfermedad del TCA, es decir, gusto a corcho y olor a moho, que afecta al 5% de las botellas de vino selladas con corcho natural.
En España se producen cada año por encima de los 1.300 millones de botellas, y eso solo para "vinos tranquilos", es decir, los no espumantes, según datos facilitados a Efe por la Asociación Nacional de Empresas de Fabricación Automática de Envases de Vidrio (ANFEVI). El 98% de ellas lleva corcho natural, obtenido de alcornoques portugueses y españoles, pero la trichloroanisole Tca 2-4-6 (TCA), se encarga de estropear, sin remedio, el contenido del 5%, lo que en los casos de los caldos más caros es una pérdida económica y enológica considerable.
Los microorganismos asociados con "el gusto a corcho" son en su mayoría hongos filamentosos, pero también levaduras y bacterias que se adhieren a la molécula química trichloroanisole. El crecimiento microbiano del corcho, que se produce antes de taponar los envases y del que suelen tener la culpa el Aspergillus, el Penicillum o el Cladosporium cladosporidies, produce metabolitos que pasan al vino modificando su calidad.
Ante esta situación, muchos bodegueros sustituyen el corcho tradicional por otras alternativas de cierre, tales como el metal de rosca, el plástico o los aglomerados sintétibos, aunque siguen sin tener aceptación fuera de los vinos tintos jóvenes o blancos.
"Ningún intento de sustituirlo ha tenido éxito hasta ahora. El corcho es poroso y permite que en el proceso de reducción que sufre el vino en la botella se produzca una mínima oxigenación gracias a su porosidad", explica el crítico gastronómico de EFE, Cristino Álvarez (Caius Apicius).
Álvarez duda de que sistemas como el que acaba de patentar una empresa alemana, un tapón de cristal permita la ligera oxigenación que facilita el corcho. "Soy muy partidario de lo tradicional y hasta ahora ninguna alternativa ha tenido éxito", afirma. El sistema "Vino-Lok", que hará su irrupción en el mercado en enero próximo, ha sido desarrollado por enólogos e investigadores del Instituto Geisenheim de Ciencias Enológicas y del Instituto Nacional de Enseñanza y ensayos del estado de Oppenheim (Alemania) y ha sido patentado por la multinacional Alcoa.
Se trata de un tapón de cristal rodeado por una membrana plástica y sostenido por un casquillo de aluminio que puede adaptarse a todo tipo de vinos, incluyendo los de guarda, dijo a Efe Thomas Strider, gerente de desarrollo comercial de Alcoa en Alemania. "Es un producto natural, renovable y reciclable, con mayor valor ecológico que el tapón de plástico", afirmó aunque reconoció que sugran desventaja es el coste de su fabricación.
El precio es muy similar al del corcho de alta calidad, es decir el obtenido del corazón de la corteza y que cuesta 120 de las antiguas pesetas, mientras que el más barato está en torno a las 10.
A juicio del químico Mario Barrero, del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, el artilugio, con un cierre que se mantiene fijo a la boca de la botella, tiene como gran ventaja frente al tapón de plástico que el contenido no pierde propiedades. Las botellas ya abiertas pueden volver a cerrarse, una y otra vez, herméticamente sin ningún problema. Como protección del tapón de vidrio y para asegurar que no ha sido abierto se ha desarrollado un "cubretapón" de aluminio de diferentes colores.
Fuentes del Instituto Catalán del Corcho auguran que la penetración en el mercado del tapón de vidrio será "mínima" porque, además, requeriría de "grandes inversiones" en las maquinarias de embotellado.
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