Control cardíaco con una Gameboy
Un simple cartucho convierte a la videoconsola en un electrocardiógrafo
Tu vieja Gameboy puede salvar vidas. Esa es la idea de Marcel Cremmel, un profesor de electrónica de la Universidad de Estrasburgo que ha adaptado la pequeña -y anticuada- videoconsola para convertirla en un pequeño monitor de electrocardiogramas.
La idea nace de un problema muy común en países subdesarrollados: el paludismo, enfermedad por la que, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, mueren un millón de personas mueren al año, nueve de cada diez en África.
Los medicamentos para tratarlo, muy eficaces, provocan sin embargo un grave efecto secundario: la alteración del ritmo cardíaco. "Todo empezó por una visita a un amigo en Madagascar que salía de una crisis de paludismo", explica Cremmel. "La falta de electrocardiógrafos impedían recetarle los medicamentos necesarios", añade.
La adaptación no puede ser más sencilla: no hay que tocar la caja de la consola, ya que la invención consiste en insertarle un cartucho muy especial. En lugar de Double Dragon o Mario Bros., contiene el software de medición, y la conexión a tres electrodos que se colocan en la piel del paciente para vigilar si su corazón late con normalidad.
Y aunque la curiosa consola no detecta infartos, ni permite diagnósticos avanzados, es más que suficiente en Madagascar, donde el precio de los aparatos médicos normales está fuera del alcance de los hospitales.
Este reciclaje tecnológico está aun en fase de pruebas, pero Cremmel ya se ha puesto manos a la obra para el siguiente paso: la producción en cadena de los cartuchos salvavidas, a unos 30 euros la pieza, por una empresa alsaciana.
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