Una forense de Sevilla a juicio por vejar a víctimas de violencia sexual: “No se puede animar a los chavales para luego decirles que no”
“No tendrías que haberle besado, tendrás que asumir las consecuencias”, le dijo a una mujer. La médica afronta este martes un juicio por tres delitos contra la integridad moral


Los hechos ocurrieron entre finales de 2019 y noviembre de 2022, al menos en tres ocasiones. En todas ellas, una médico forense del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, encargada de evaluar y realizar un examen físico detallado para buscar signos de agresión sexual en mujeres denunciantes, hizo prácticamente lo contrario con las víctimas a las que tuvo que atender: les recriminó la forma en la que iban vestidas, o cómo se habían comportado con su supuesto agresor, dándoles a entender que la culpa de lo que les había sucedido era exclusivamente de ellas y que si denunciaban podrían arruinarle la vida al presunto responsable. Todo ello en los momentos de mayor vulnerabilidad de sus pacientes, cuando acababan de acudir al hospital en plena conmoción por la violencia forzada a la que acababan de ser sometidas, hasta el punto de que algunas desistieron de denunciar los hechos al sentirse cuestionadas y señaladas.
Así lo recoge con crudeza la Fiscalía de Sevilla en su escrito de conclusiones provisionales contra esta médica en el que pide para la acusada tres años de cárcel por tres delitos contra la integridad moral cometidos por funcionario público, por los que será juzgada a partir de mañana en el Juzgado de lo Penal 4 de Sevilla
“En lugar de seguir las pautas marcadas en el Protocolo de actuación médico forense ante la violencia sexual, hacía comentarios que implicaban continuos juicios de valor [...] restándole por ende credibilidad a sus manifestaciones y haciéndolas sentir culpables de lo que les había ocurrido”, señala la Fiscalía en su escrito, e incluso “responsables por las consecuencias legales que les podría acarrear una denuncia a los presuntos autores de los hechos y a sus familias”, sigue el Ministerio Público en ese texto en el que incide en cómo ese hostigamiento provocaba que las víctimas desistieran de denunciar los hechos.
La Fiscalía expone a continuación el comportamiento de la acusada en los tres casos que se conocen y que se juzgan este martes. El primero tuvo lugar el 6 de septiembre de 2019, cuando, poco antes de las 22.30, una joven de 25 años acudía a Urgencias del Hospital Virgen Macarena denunciando haber sido víctima de una agresión sexual por parte de un conocido.
Tras dar aviso al Juzgado de Guardia, se presentó la forense que decidió no tomar muestras del labio menor derecho de la mujer, pese a presentar una excoriación, pero sí le espetó: “Bueno, ¿Dónde están las marcas? (…) no tendrías que haberte ido con él, yo que tú habría salido corriendo (…) No tendrías que haberle besado, es de esperar a lo que ibas y tendrás que asumir las consecuencias (…) No se puede ir animando a los chavales para luego decirles que no (…). Si no fueras de madrugada, no te hubiera pasado, (…) ¿Estás segura que quieres denunciarlo? Porque le vas a destrozar la vida a este chico”. La víctima, en ese caso, decidió no interponer denuncia.
El 12 de octubre de 2022, a las 9.45, otra chica, acompañada por varias amigas, ingresaba en Urgencias del Macarena tras haber sido encontrada semiinconsciente tendida en el césped cerca de una discoteca y sin ropa interior. Incapaz de recordar lo que le había ocurrido, sí mostró su intención de denunciar. Ante esta terrible situación, la forense dijo: “Decís que se la encontraron sin bragas, pero no sabemos si salió con bragas porque ahora es la moda, salir sin bragas (…) ¿Tú sales así vestida?, mira lo que te ha pasado es que estabas borracha, te has sentado a hacer pis y te has quedado dormida. ¿Ves lo que pasa cuándo se bebe? Que no te acuerdas de lo que ha pasado y mira la que has liado (…) ante una víctima siempre hay un presunto inocente y su familia, al que le puedes arruinar la vida. (…). La próxima vez tienes que escribir con tu sangre o tierra o con algo la palabra NO, y así sabremos que te estabas negando”.
El último caso sucedió apenas un mes después. El 1 de noviembre de 2022 ingresaba en Urgencias del Virgen del Rocío una joven de 18 años acompañada por su madre, asegurando que esa madrugada había sido agredida por un taxista, en cuyo coche se había montado y a cuya casa también fue invitada a subir. Cuando él empezó a mantener con ella una serie de actos sexuales “a los que ella no se opuso de manera activa, si bien no deseaba hacer nada de lo que hizo con ella”, la chica “salió huyendo del inmueble, manifestando su intención de denunciar”.
La forense, en presencia de agentes de la policía “cuestionó en todo momento la realidad de la ausencia del consentimiento” de la víctima, señala la Fiscalía. “¿Y por qué no pediste ayuda?, ¿Por qué no le empujaste o le pegaste? ¿Por qué te subiste al taxi? ¿Por qué no le pediste ayuda al taxista?, ¿no será que querías, pero no te acuerdas?, ¿por qué subiste a su casa? ¿Por qué te dejaste quitar la ropa? ¿Por qué no te fuiste corriendo?”, le dijo la médico. La joven también optó por no denunciar.
Al contundente escrito de la Fiscalía lo acompañaron en la fase de instrucción las declaraciones de las tres víctimas y de los testigos. La forense mantuvo su inocencia.
La acusada sigue actualmente trabajando en los juzgados de la capital hispalense porque, tal y como confirman fuentes de la Consejería de Justicia, no se acordó ninguna medida cautelar al respecto, si bien se decidió retirarla de la atención a las víctimas y limitar su actividad a funciones que no impliquen el contacto con ellas.
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