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El hospital de Sevilla en el epicentro de la crisis de los cribados ha sufrido este año un recorte en gastos de personal del 7,15%

El ajuste impuesto por la Junta de Andalucía en el Virgen del Rocío, el doble que al resto de los grandes centros, supera los 25 millones

Cribado cancer Sevilla

La Junta de Andalucía ha impuesto este año un duro ajuste en el dinero destinado a personal en el Hospital Virgen del Rocío (Sevilla), el epicentro de la crisis de los cribados de cáncer de mama que azota la región. La falta de trabajadores en el servicio de Radiodiagnóstico de este centro, el mayor de la comunidad, ha sido precisamente una de las principales causas de un problema que afecta hasta el momento a 2.317 mujeres en toda la región, de las que el 90% son pacientes del hospital, según ha admitido la Consejería de Salud.

El Contrato Programa —la herramienta de gestión que fija los objetivos de los centros— elaborado por la gerencia del Servicio Andaluz de Salud (SAS) obliga al Virgen del Rocío a reducir la partida en un 7,15% este ejercicio en comparación a 2024. Según datos internos del SAS a los que ha tenido acceso EL PAÍS, este porcentaje supone un tijeretazo de casi 25,3 millones de euros respecto a los 353,7 millones que el centro gastó el año pasado.

El porcentaje impuesto al Virgen del Rocío es el doble del ajuste medio fijado por el SAS a los hospitales andaluces, que es del 3,55%. La reducción en los recursos destinados a los centros públicos de la región contrasta con el incremento del presupuesto sanitario global en Andalucía, que este año asciende a 15.088 millones de euros, un 7,2% más que en 2024.

Algo que se explica, en parte, por el incremento de los fondos dedicados a la derivación de servicios al sector privado, que en este ejercicio han aumentado un 21,5%, según el Informe sobre la situación de la sanidad pública andaluza, publicado en julio por sindicatos y la Coordinadora de Mareas Blancas.

“Situación límite”

“El hospital está en una situación límite, sometido a una enorme presión por la falta de profesionales. Las bajas apenas se cubren y los servicios son incapaces en muchas ocasiones de asumir la demanda asistencial, lo que ha disparado las listas de espera, entre muchas otras consecuencias”, explica a este diario un cargo intermedio del centro sanitario.

Según datos internos del Virgen del Rocío, la partida destinada a contratar “personal sustituto” es una de las que con mayor fuerza ha sufrido los recortes. Solo en los cinco primeros meses de este año, el centro ahorró más de cuatro millones de euros por este concepto, lo que supone un descenso del 29,71% respecto a 2024.

Fuentes consultadas en el Virgen del Rocío destacan que, en la práctica, son este tipo de partidas las que acaban asumiendo el grueso de los recortes, lo que agrava más la situación de los servicios: “Hay que tener en cuenta que hay incrementos que son fijos, como la actualización del IPC, los aumentos por la Carrera Profesional… Esto obliga a recortar más en las demás para poder alcanzar el objetivo de gasto”.

A preguntas de este diario, la Consejería de Salud asegura que el objetivo impuesto al Virgen del Rocío “en ningún caso se trata de recortes de personal, no hay reducciones en plantillas ni en la asistencia”, aunque la respuesta no aclara el impacto asistencial que tiene, por ejemplo, la no contratación de nuevos profesionales para cubrir las bajas laborales que se producen.

Salud sí añade que “la prioridad de la Consejería y del SAS es mantener y reforzar la dotación de profesionales en los hospitales y en la Atención Primaria, como demuestran los incrementos sostenidos de personal en los últimos años”.

Las pretensiones del SAS de reducir los gastos de personal del Virgen del Rocío vienen de lejos. El Contrato Programa de 2024 ya preveía un recorte de 12,8 millones (el 3,71%) el año pasado respecto a 2023 en la retribución de los más de 10.000 empleados del centro, un objetivo que finalmente no se alcanzó (el hospital acabó gastando 9,1 millones más). Todo ello, admiten fuentes sanitarias de la región, ha provocado en los dos últimos años fuertes tensiones entre el SAS y la gerencia del hospital, por un lado, y entre esta y los responsables de los servicios del centro, por el otro.

“Son objetivos difícilmente alcanzables que se traducen en una enorme tensión sobre la plantilla y repercuten negativamente en la asistencia que reciben los pacientes. El año pasado, pese a todos los intentos, no se logró el objetivo de recorte y este año el SAS, en lugar de tomar conciencia de ello, ha redoblado la apuesta con un tijeretazo aún mayor”, explican estas fuentes.

Dos fuentes del Virgen del Rocío confirman que Javier Castell, cesado como jefe de Radiodiagnóstico tras el estallido de la crisis de los cribados, ha reiterado durante todo el año ante la dirección la imposibilidad de hacer frente al creciente número de pruebas que llegaban al servicio sin hacer nuevos contratos. Estas demandas han sido desoídas por la actual gerente, Nieves Romero. El anterior, Manuel Molina, presentó la dimisión en enero tras iniciar los actuales recortes. Las mamografías están entre las pruebas a las que no se estaba respondiendo con eficacia.

El Virgen del Rocío cuenta con una plantilla de 55 radiólogos, aunque fuentes del centro alertan de que esta cifra se ha visto notablemente mermada porque varios de ellos han solicitado en los últimos años la reducción de jornada y el vacío que han dejado no ha podido ser sustituido, en buena parte por los recortes. Tras el estallido de la crisis, los responsables de la Junta han anunciado la contratación de decenas de especialistas más, pero estas promesas aún no se han traducido en la práctica en ningún resultado.

Profesionales del Virgen del Rocío describen la situación como un “círculo vicioso que acaba castigando a trabajadores y pacientes, porque se fijan objetivos difícilmente alcanzables que perjudican a la asistencia porque los profesionales se ven desbordados por la creciente demanda asistencial y la falta de personal”. Todo ello, además, acaba teniendo un castigo añadido sobre los trabajadores, que “a pesar de sufrir estas condiciones, ven disminuidos sus ingresos al dejar de percibir los variables vinculados al cumplimiento de objetivos”.

Estos profesionales inciden en que los problemas estructurales de plantilla, que se venían arrastrando desde hace años, se han acentuado con la reapertura del antiguo Hospital Militar —ahora rebautizado como Doctor Muñoz Cariñanos—, que depende del Virgen del Rocío y que el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha inaugurado hasta en cuatro ocasiones. “El agujero negro está en el Militar”, resume Olga Rufo, portavoz del Sindicato Médico Andaluz. “Está mal dotado. Se ha quedado a medio abrir y el Virgen del Rocío pierde plantilla” al ejercer también en este segundo centro, situado a unos tres kilómetros de distancia, añade Juan Diego Guijo, delegado de UGT en el centro.

El Muñoz Cariñanos necesita una plantilla de 700 profesionales, todos adscritos al Virgen del Rocío, y allí están operativos varios servicios como el de Neumología, lesionados medulares y Salud Mental, entre otros. El centro, sin embargo, tiene cerradas las UCI desde el pasado mes de abril y, a finales de agosto, se decidió trasladar parte de su material, de última generación, a los servicios de cuidados intensivos del Virgen del Rocío, más obsoletos.

La gerente Nieves Romero es consciente de que el Militar se ha convertido en un lastre para el Virgen del Rocío y ha trasladado a la Consejería de Salud la necesidad de que se le dote de un presupuesto independiente, según confirman fuentes del hospital y sindicales.

“Patera insignia”

“Se ha ido recortando personal en todas las categorías, desde mantenimiento a celadores, pasando por administrativos, pinches, enfermeros, técnicos de laboratorio, de rayos, médicos… Antiguamente, por ejemplo, la cobertura en vacaciones alcanzaba el 70-75%, pero el año pasado solo se cubrió el 30%”, ilustra Nieves Conejo, de CC OO.

“Siempre se ha dicho que el Virgen del Rocío era el buque insignia de la sanidad andaluza: nosotros lo llamamos la patera insignia”, señala una especialista del centro hospitalario sobre la mella que la precariedad laboral está haciendo en el prestigio del hospital.

Recientemente, los profesionales de la unidad de la mujer han alertado de la reducción de los recursos humanos en las guardias de Obstetricia y Anestesiología. Desde el 1 de julio se ha suprimido uno de los tres obstetras de guardia durante los fines de semana y festivos, y se han reducido los anestesistas de tres a dos (tanto en días laborales como no laborables).

La gerencia justificó la medida en un descenso de los partos, pero los sindicatos opusieron las cifras oficiales: entre 2020 y 2023, el número de nacimientos descendió en un 8% y las cesáreas en un 6%, pero las urgencias de ginecología y obstetricia han aumentado un 23%.

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