El personal del sistema de las pulseras antimaltrato: “La responsabilidad afecta tanto al ministerio como a las empresas adjudicatarias”
Los trabajadores sostienen en una carta abierta que están asistiendo “pasmados a un juego de acusaciones”


Durante la última semana, el centro que hace el seguimiento de las pulseras antimaltrato ha sido objeto de informaciones, opiniones y declaraciones por parte de medios de comunicación, responsables públicos y partidos políticos. Mientras, las personas que trabajan ahí han seguido haciendo su trabajo: recoger y gestionar las señales de alerta que les llegan de los dispositivos tanto de agresores como de víctimas para mantenerlos a ellos alejados y a ellas, protegidas. Este martes, después de todos estos días, han enviado una carta pública en la que aseguran que asisten “pasmados a un juego de acusaciones en el que nadie asume responsabilidades”.
Para ellos, “la responsabilidad afecta tanto al ministerio como a las empresas adjudicatarias [Vodafone y Securitas]” y quieren “hacer hincapié en esto y en la nefasta gestión interna de una empresa que ralentizó la aceptación de los fallos desacreditando lo que los operadores trasladaban y, por tanto, la búsqueda de soluciones. Así como no evitó, e incluso fomentó, la salida de trabajadores con experiencia que abandonaron el servicio al ver lo que se encontraron, después de porcentajes de bajas por salud mental absolutamente insostenibles”.
La carta, enviada desde uno de los sindicatos con los que cuenta el personal, CC OO, ha sido consensuada con parte de la plantilla. Una plantilla que, explican, vive “en un clima de absoluta vigilancia por parte de la empresa”. “Especialmente los que alzamos la voz para poner el foco en los fallos del sistema, cualquier crítica es entendida como ataque, sin embargo, nuestro deseo siempre fue que todo esto se trabajase vía interna y cuanto antes para no alarmar y perjudicar aún más (si es que eso era posible) a las víctimas”, añaden.
Afirman que envían la carta porque quieren “denunciar el uso interesado y partidista que se está haciendo sobre los fallos del sistema” porque para ellos “es absolutamente bochornoso contemplar como mienten unas, haciendo afirmaciones categóricas sobre que todo está bien y todo son bulos, y cómo manipulan otros utilizando a una víctima muerta para relacionarla con fallos en el servicio, cosa absolutamente falsa”.
Esto, lo que ha estado ocurriendo, son según explican “las consecuencias de migrar un servicio [antes estaba en manos de Telefónica y Securitas Direct] que acaba perdiéndose en la externalización a través de empresas privadas cuyo objetivo es maximizar su margen de beneficios en algo tan delicado como es el trato y la protección a víctimas de violencia de género”, y con una transición en la “que ni siquiera se planteó un piloto”, sino que se hizo “directamente”.
Dicen que lo que no son “capaces de entender” es “cómo un servicio que forman tan pocas personas y con información tan delicada no ha sido o pueda ser absorbido por la administración pública” y responda así “al objetivo de un servicio que siempre debió de estar en manos públicas y gestionado por operadores y responsables cualificados y con conocimientos básicos sobre qué es y como funciona la violencia de género”.
Concluyen asegurando que no han “perdido la preocupación por las víctimas”, aunque “sí la esperanza en que la tecnología sea apta (aunque haya mejorado consideramos que no lo suficiente) y que el clima laboral sea medianamente respirable”.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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