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Las personas LGTBIQ+ con discapacidad se enfrentan a una doble discriminación que las deshumaniza y aísla

Una investigación pionera, promovida por los ministerios de Igualdad y Derechos Sociales, profundiza en la realidad de este colectivo que reclama recursos en favor de su autonomía

Personas con discapacidad en la cabecera de la manifestación del Orgullo 2024 de Madrid, el 6 de julio.
Personas con discapacidad en la cabecera de la manifestación del Orgullo 2024 de Madrid, el 6 de julio.FELGTBI+
Pablo León

Las personas LGTBIQ+ con discapacidad sufren de una discriminación múltiple que produce “complejas y entrelazadas formas de violencia y exclusión que en muchas ocasiones pasan desapercibidas o están naturalizadas” por la sociedad. Esta es una de las conclusiones del estudio pionero La situación de las personas LGTBI+ con discapacidad en España. La investigación ―impulsada desde los ministerios de Igualdad y Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030― detalla que estas personas tienen que lidiar con la deshumanización, la cosificación, la negación de la sexualidad, la infantilización, o falta de apoyos específicos y recursos que fomenten su autonomía.

“Las personas con discapacidad nos enfrentamos a barreras burocráticas, arquitectónicas y físicas que te expulsan de la vida. Si además eres LGTBIQ+, en ocasiones, te empujan a esconderte, dañando tu autoestima”, denuncia la periodista Nerea Pérez de las Heras, lesbiana, con discapacidad y copresentadora de los podcasts Lo normal y Saldremos mejores. Una percepción confirmada en las conclusiones del informe: “Las constantes y diversas experiencias de rechazo, marginación o violencia generan soledad, además de sentimientos de infravaloración, vergüenza o culpa. Todo ello provoca aislamiento, ocultación y miedo”. Algo que se replica en muchas esferas de la vida, desde la familia al trabajo, pasando también por la sanidad, la sexualidad, o los entornos educativos.

Este último es el ámbito en el que se produce mayor incidencia del rechazo y el acoso, sufridor por el 78% de los encuestados para la investigación, que ha contado con la realización de más de 400 cuestionarios, medio centenar de entrevistas en profundidad, además de incluir una decena de “historias de vida” (un análisis de la discriminación a través del recorrido biográfico) y el apoyo de organizaciones como ONCE o Plena Inclusión, entre otras.

Aunque “al avanzar hacia la educación postobligatoria, la discriminación tiende a transformarse o reducirse, todavía persiste”; ese rechazo se replica en los espacios de trabajo. Así, cuatro de cada diez preguntados denuncia haberlo sufrido. “La discapacidad fue la principal razón de discriminación laboral referida (43%), seguida de la orientación sexual (27%) y la identidad (15%). El acoso y la discriminación se producen tanto por parte de compañeros (36%) como de supervisores (31%)”, detallan las conclusiones del trabajo, que han sido presentadas este lunes por la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y por la secretaria de Estado de Derechos Sociales, Rosa Martínez. “[Con esta investigación] Se abre el armario que faltaba, el de las personas LGTBI+ con discapacidad, que han sufrido una auténtica invisibilidad”, ha dicho Redondo.

La discriminación contra estas personas aparece en la sanidad (el 46% de los cuestionados así lo refiere); en el acceso a servicios públicos (55%), con especial incidencia en la justicia; en la participación social (50%); o en el ocio (70%).

Es en el activismo donde las personas LGTBIQ+ con discapacidad encuentran “un espacio seguro que permite el empoderamiento, la participación y la construcción de una comunidad de apoyo”, recoge el informe.

”Cuando salí del armario, mi madre me dijo: ‘Encima de ser cojo vas a ser maricón”. Esta frase la dijo el artista e influencer Enrique Bernabeu, que sufrió una parálisis cerebral, en la última edición de los premios Pluma que la Felgtbi+ otorga a referentes del colectivo cada año. (La periodista Pérez de las Heras recogió otro de los galardones). “Dentro del colectivo hay colectividades que hay que visibilizar”, afirma, “y este tipo de reconocimientos es muy importante”.

A pesar de que en el activismo hay más inclusión, el informe alerta de que las entidades tienden a priorizar una sola dimensión de la identidad de las personas LGTBIQ+ con discapacidad, llevando a una coexistencia sin diálogo ni integración completa. De ahí que reclamen un enfoque interseccional.

La familia y el sexo

Además de la esfera pública, la investigación ha profundizado en áreas más íntimas como la familia o la sexualidad. En casa se sufren mayores ataques por su identidad y orientación sexual que por su discapacidad. “Algunas familias tienden a sobreproteger a las personas LGTBI+ con discapacidad, lo que puede llevar a una pérdida de autonomía y control sobre sus decisiones personales, especialmente en relación con la identidad sexual y la sexualidad”, detalla el informe.

En el plano sexual, las personas con discapacidad LGTBIQ+ tienen una educación limitada. Además, tienen que enfrentarse, por un lado, a la infantilización y a la negación del deseo, y, por otro, a la cosificación y el fetichismo. Denuncian también mayor riesgo de violencia sexual y un escaso acompañamiento y reparación en caso de haberla sufrido.

El documento no solo detalla las problemáticas a las que se enfrentan las personas LGTBIQ+ con discapacidad, sino que también marca una serie de estrategias para mejorar su realidad como el fomento de la autonomía, la autodeterminación, la aceptación y el desarrollo de recursos de apoyo.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.
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