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La depresión, el trastorno en el que los genes influyen más de lo que parece

En el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, expertos apuntan a que el riesgo de sufrir la enfermedad aumenta hasta tres veces si algún familiar de primer grado la ha padecido

Depresion
La esquizofrenia, la depresión grave o el trastorno bipolar son los más comunes entre la población española.Wombatzaa/Istock (Getty Images)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la depresión como un trastorno mental común que implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo. Coincidiendo con el día que celebra la lucha mundial contra la enfermedad (este lunes, 13 de enero), expertos del Centro de Investigación en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y del Hospital Clínic de Barcelona señalan que los factores genéticos pueden influir a la hora de desarrollarla incluso más que otros factores sociales y ambientales.

En concreto, y según confirman a Efe desde las dos instituciones, el riesgo de sufrir depresión aumenta hasta tres veces si algún familiar de primer grado la ha padecido. “A veces se insiste desde ciertos foros en los factores que todo el mundo entiende mejor, que son los sociales, pero en la depresión, dentro de que hay diversas formas de este trastorno porque es un concepto amplio, hay un abanico de entre el 30% y el 50% de factores genéticos”, asegura el jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic, Eduard Vieta.

Según el tipo de depresión, abunda el experto, el peso genético es mayor o menor e “incluso en algunas depresiones este factor está por encima de los ambientales”.

La “lotería” de los genes

El ambiente, es decir, el factor social, unido a los factores psicológicos de la persona y a su epigenética, puede ayudar a “activar o desactivar” los genes. Pero como dice Vieta: “Hay un montón de genes y cada uno confiere un riesgo relativamente pequeño, pero si sumas muchos, eso es como comprar lotería: al que tiene más números es más fácil que le toque. Luego a veces le toca a uno, que solo compró un décimo”.

En algunos de los genes identificados con la depresión (según el último estudio de la revista Nature Genetics en 2022, unos 350 en casi un millón de sujetos) la conexión no está clara. En otros genes sí se conoce la relación, como aquellos implicados en la regulación de la producción de efectos neurotransmisores cerebrales. “Son genes que nos dan pistas de cosas, algunas que ya sabemos, otras que no. Abren puertas para investigar”, agrega Vieta.

Por su parte, la profesora titular de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona e investigadora del CIBERSAM, Bárbara Arias, añade que en los trastornos mentales no hay ningún biomarcador concreto. “Todavía no hay genes descritos que podamos decir que, si tienes esa variante en este gen vas a tener depresión mayor, pero se está trabajando en ello muchísimo y hay estudios cada vez más potentes”, sostiene.

Los disparadores ambientales de la depresión

Arias también apunta que en la mayor parte de los episodios depresivos suele haber un “disparador ambiental” previo, no solo el maltrato, también la pérdida del trabajo, el acoso escolar, la humillación, un divorcio... En definitiva, “factores ambientales que interaccionan con nuestra base genética”.

En cuanto a una posible prevención, el jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Clínic insiste en la importancia de entender que la genética “no es determinista” y para nada es inmodificable. “Lo que nos ocurre en la vida y los hábitos que tengamos de salud, el estilo de vida, si consumimos algunas drogas, todo eso va a determinar. E influye mucho también lo que nos ocurre a lo largo de la vida, es decir, si una persona al final tiene muchas desgracias, por muy resiliente que sea, puede acabar con depresión”, afirma Vieta.

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