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Sánchez anuncia cuatro nuevos cribados a los recién nacidos para detectar enfermedades congénitas

El Gobierno prevé elevar hasta más de una veintena los análisis en el primer trimestre de 2025

El talón de bebé recién nacido.
El talón de bebé recién nacido.Isabel Pavia (Getty Images)
Oriol Güell

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha anunciado este lunes desde Oviedo que el Ministerio de Sanidad va a “ampliar la cartera básica común de servicios del Sistema Nacional de Salud en el cribado neonatal”, más conocido como prueba del talón. “En las próximas semanas” esa cartera crecerá de siete a 11 pruebas, cifra que se doblará en el primer trimestre de 2025.

Sánchez ha anunciado que, mañana martes, el Consejo de Ministros “examinará los pasos necesarios” para implementar la primera ampliación de siete a 11 pruebas. España, reconoce el presidente del Gobierno, está “a la cola de Europa” en test que permiten “diagnosticar precozmente enfermedades congénitas en recién nacidos y ahorrar mucho sufrimiento y esfuerzo económico a los niños, a sus familias y a las administraciones públicas”. El presidente admite que, además, existen “grandes desigualdades entre las comunidades autónomas en el acceso” a estos cribados, pues algunas se limitan a los siete de la cartera común, mientras otras hacen más de 30 pruebas.

Sánchez no ha concretado cuáles serán las nuevas pruebas a incluir en los cribados, aunque fuentes sanitarias confirman que se trata de las siguientes: déficit de biotinidasa, enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce, homocistinuria e hiperplasia suprarrenal congénita. En realidad, la introducción de estos cribados ya estaba decidida por el Ministerio de Sanidad y las comunidades desde el segundo semestre de 2022, aunque la implementación de la medida ha sufrido sucesivos retrasos que ahora terminan con el anuncio del presidente del Gobierno.

Sobre las otras 11 pruebas que serán incorporadas al plan de cribados, Sánchez tampoco ha avanzado ninguna información. Hace año y medio, Sanidad y comunidades informaron de que estaban estudiando si había suficiente evidencia que justificara la introducción de enfermedades como la atrofia muscular espinal, acidemia metilmalónica, acidemia propiónica e inmunodeficiencia combinada grave.

“El anuncio es un paso hacia la buena dirección, aunque hubiera sido preferible que todas estas medidas ya estuvieran en marcha”, afirma Raquel Yahyaoui, jefa de servicio de Análisis Clínicos del Hospital Regional Universitario de Málaga. Esta experta pone un ejemplo: “Con la atrofia muscular espinal disponemos de una terapia génica que podría ayudar a muchos niños, pero no los estamos detectando porque el cribado sobre esta enfermedad aún no ha sido aprobado para toda España. Estamos haciendo una inversión económica muy importante en terapias con las que, si se hicieran estas pruebas, conseguiríamos muchos mejores resultados”.


España tiene pendiente desde hace más de una década dar cierta coherencia a las distintas estrategias de cribado seguidas por las comunidades autónomas. De los más de 300.000 niños nacidos en España cada año, algunos son sometidos a más de una treintena de pruebas —Galicia, Murcia y Andalucía, por ejemplo—, menos otros a menos de 10 (Asturias, Castilla y León, Comunidad Valenciana...).

Esta disparidad se explica por las profundas diferencias existentes entre las administraciones autonómicas sobre la conveniencia o no de realizar unas pruebas cuyo beneficio no está siempre respaldado por la evidencia científica, entre otras razones. Un problema que también ocurre en muchos países europeos.

El Ministerio de Sanidad impulsó en 2014 con las comunidades un primer intento para armonizar la extensión de estas pruebas en el Sistema Nacional de Salud. Se evaluaron casi una veintena y se acordaron siete sobre las que había evidencia suficiente para introducirlas en la cartera básica de toda España y que hasta ahora formaban la cartera básica: hipotiroidismo congénito, fenilcetonuria, fibrosis quística, deficiencia de acil-coenzima A-deshidrogenasa de cadena media, deficiencia de 3-hidroxi-acil-coenzima A-deshidrogenasa de cadena larga, acidemia glutárica tipo I y anemia falciforme.

Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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