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La Fiscalía alemana registra el arzobispado de Colonia por presunto perjurio en un caso de encubrimiento de abusos sexuales

El cardenal Woelki es sospechoso de haber cometido un delito de falso testimonio al declarar bajo juramento que desconocía el caso de un sacerdote abusador hasta el año pasado

El cardenal Rainer Maria Woelki en la plaza de San Pedro del Vaticano en octubre de 2022.
El cardenal Rainer Maria Woelki en la plaza de San Pedro del Vaticano en octubre de 2022.Alessandra Tarantino (AP)
Elena G. Sevillano

El arzobispo de Colonia, Rainer Maria Woelki, uno de los máximos dirigentes de la Iglesia católica alemana, se enfrenta a una nueva investigación por su papel en el escándalo de los casos de abusos a menores. La policía y la Fiscalía de Colonia, en el oeste del país, han registrado este martes varias dependencias pertenecientes a la diócesis en busca de pruebas de las acusaciones que pesan sobre él. Woelki está siendo investigado porque se sospecha que mintió ante un tribunal sobre el momento en el que tuvo conocimiento de las denuncias de abusos sexuales del clero de su arzobispado.

Los registros, en las que han participado 30 polícias de paisano y cuatro fiscales, empezaron a las ocho de la mañana en cuatro propiedades en la ciudad de Colonia, en Kassel y Lohfelden, y en la sede de la empresa de servicios informáticos que gestiona el correo electrónico del arzobispado. La prensa alemana ha mostrado imágenes del propio Woelki, vestido de paisano, abriendo la verja de entrada de su residencia a los investigadores.

Los detalles de este caso de presunto falso testimonio se han ido conociendo a lo largo de los últimos meses gracias a sucesivas exclusivas periodísticas. La acusación que pesa sobre el arzobispo tiene que ver con el caso de un sacerdote de Düsseldorf, Winfried Pilz, fallecido en 2019, que presuntamente abusó de varios menores y pese a ello fue ascendido. Woelki aseguró en una declaración jurada que no tuvo conocimiento de los hechos hasta el año pasado. Sin embargo, una antigua empleada del arzobispado, la asistente del jefe de personal, ha declarado que ella misma le facilitó una lista completa de todos los presuntos abusadores hace ocho años.

Fotógrafos a las puertas de la residencia del arzobispo Rainer Maria Woelki, esta mañana en Colonia.
Fotógrafos a las puertas de la residencia del arzobispo Rainer Maria Woelki, esta mañana en Colonia. STEPHANE NITSCHKE (REUTERS)

La Fiscalía busca ahora documentos originales y correos electrónicos que demuestren si la declaración de esta empleada se ajusta a la realidad, lo que indicaría que Woelki, que forma parte del ala más conservadora de la Iglesia, dio falso testimonio. El fiscal ha asegurado que es probable que la investigación se prolongue durante varios meses.

La archidiócesis de Colonia es una de las mayores de Alemania, con más de dos millones de miembros, y se calcula que es la más rica de Europa gracias a las contribuciones del impuesto eclesiástico obligatorio que la Iglesia católica cobra a sus fieles germanos. El cardenal Woelki lleva años siendo blanco de las críticas por su actitud ante las acusaciones de mala gestión de los casos de abusos. Entre otras cosas, retrasó durante meses la publicación de un informe sobre los abusos.

Woelki ha admitido que las agresiones sexuales por parte de miembros de la Iglesia se encubrieron de forma “sistemática”. En 2021 un despacho de abogados contratado por la archidiócesis de Colonia confirmó la existencia de al menos 314 víctimas e identificó a 202 presuntos perpetradores entre 1975 y 2018. La investigación no culpó a Woelki de encubrimiento. Tras la publicación, el cardenal reconoció que durante años se había instaurado un “sistema de silencio, secreto y descontrol”.

La televisión pública WDR ha publicado recientemente una carta de cuatro páginas de Woelki al jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano en la que se describen las acusaciones contra el sacerdote de Düsseldorf. Está fechada en 2018. En ella Woelki enumera al detalle varias agresiones sexuales del sacerdote contra distintos menores. Relata por ejemplo que llevaba habitualmente a monaguillos a la sauna y los invitaba a tomar bebidas alcohólicas y a ver películas pornográficas. Woelki ha asegurado que firmó la carta sin leerla.

La ley alemana prevé una pena mínima de un año de prisión por el delito de perjurio. Además de las diligencias actuales, la Fiscalía también investiga a Woelki por sospechas de que mintió en otras dos declaraciones. La Policía ha querido aclarar que la operación de este martes se ciñe a la acusación de perjurio y a nada más: “Con el fin de evitar interpretaciones erróneas, se señala explícitamente que no se acusa en modo alguno a los imputados de encubrir activa o incluso pasivamente o de participar en actos de abuso”, ha señalado en un comunicado.

“Nos hemos encontrado plena cooperación, también por parte del arzobispo”, ha asegurado un portavoz de la Fiscalía, Ulf Willuhn, en declaraciones a la prensa. “Hemos accedido a las copias de seguridad de una gran cantidad de datos; para ello hemos estado también en el proveedor de servicios informático. Hay muchísima información. No me atrevo a hablar de años, pero tardaremos mínimo varios meses en tratar ese volumen de datos”, ha añadido.

En los últimos años decenas de miles de fieles han abandonado la Iglesia católica alemana en respuesta a los escándalos de abusos sexuales a menores. Según un estudio reciente del Instituto de Estudios Económicos (IW), con sede en Colonia, entre la Iglesia católica y la evangélica, la principal confesión protestante en Alemania, han perdido 1,3 millones de feligreses.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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