Condenado a 23 años de cárcel el autor del primer asesinato machista del estado de alarma
El hombre deberá indemnizar con 480.000 euros a sus dos hijos, los que eran sus suegros y a sus dos cuñadas
Veintitrés años de prisión por un delito de asesinato. Es la condena impuesta por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón al hombre que asesinó a su mujer el 19 de marzo de 2020 tras “golpearla, estrangularla y degollarla” en la vivienda en la que ambos residían junto a sus dos hijos menores de siete y 10 años en el municipio castellonense de Almassora. Fue el primer crimen machista tras decretarse el estado de alarma por la pandemia de la Covid. La decimoséptima víctima mortal de violencia de género en España en los primeros 79 días de 2020.
La sentencia, que llega tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular el pasado 2 de marzo, impone al procesado la privación de la patria potestad respecto de los dos menores, a los que no podrá acercarse y con los que no podrá comunicarse durante los 10 años siguientes a la condena de prisión. El fallo aprecia las agravantes de género y parentesco y la atenuante de confesión del condenado, de 36 años, que se entregó horas después del crimen a la Guardia Civil instando a los agentes a que lo arrestaran: “Deténganme, he hecho una locura”, afirmó. El fiscal pedía 24 años y seis meses de prisión.
El procesado deberá indemnizar con 150.000 euros a cada uno de los dos niños, con 60.000 euros a cada uno de los dos progenitores de la asesinada y con 30.000 euros a cada una de las dos hermanas.
Intención de divorciarse
La víctima, de 26 años, había manifestado al hombre semanas antes su intención de divorciarse. Según se expuso en el juicio, la decisión “no fue bien aceptada por el acusado”. Poco después, el 14 de marzo de 2020, se decretó el estado de alarma a causa de la pandemia y la mujer pensó que continuarían la convivencia al menos durante el confinamiento.
En la noche del 19 de marzo, ambos iniciaron una fuerte discusión. El procesado, “al considerarse con un dominio” sobre su pareja y sentir que esta le pertenecía y “debía estar sometida a él”, comenzó a golpearla en la cabeza hasta dejarla semiinconsciente en el suelo.
El ruido de los puñetazos despertó a los hijos de la pareja, que dormían en las habitaciones del piso superior de la vivienda, según recoge la sentencia. El hombre la arrastró hasta la cocina en presencia de uno de los hijos, de 10 años, y allí la acuchilló varias veces en el pecho. Después la intentó estrangular y la degolló. No constaban antecedentes ni denuncias previas por violencia de género. La mayoría de las víctimas no lo hacen por miedo a su agresor, a no ser creídas o a las consecuencias para sus hijos e hijas.
Tras cometer el crimen, el condenado cogió todo el dinero que había en la vivienda, rompiendo incluso una hucha; montó a sus hijos en el coche y abandonó el domicilio. Pasó con ellos la noche en el vehículo antes de dejarlos a cargo de una tía materna y se entregó después a la Guardia Civil. Sin dar más detalles, se limitó a contestar ante las preguntas de la Guardia Civil que había hecho “mucho daño a su pareja”.
La sentencia, contra la que cabe recurso, mantiene que el hombre actuó con la intención de causarle el mayor dolor posible a su esposa antes de morir y que no quería que ella hiciera uso de su libertad para “emprender una nueva vida sin él o con otra persona”.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia de género las 24 horas del día, todos los días del año. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero se ha de borrar la llamada del dispositivo.
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