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Sanidad diseña un ‘semáforo covid’ más laxo que eleva el riesgo bajo de transmisión de 50 a 100 casos por 100.000 habitantes

Los nuevos indicadores adaptan el documento a una realidad distinta a la de hace unos meses, cuando la mayoría de la población no estaba vacunada

Pablo Linde
Covid
Varias personas caminan con sus mascarillas por Terrassa, este lunes.CRISTÓBAL CASTRO

El riesgo de contagios por coronavirus no es igual hoy que hace seis meses, cuando la gran mayoría de la población estaba sin vacunar. A pesar de ello, el semáforo de indicadores de la epidemia en España lleva marcando los mismos valores desde hace más de un año: sitúa el riesgo bajo por debajo de los 50 casos por 100.000 habitantes en 14 días, y el muy alto, por encima de 250. Esto está a punto de cambiar para adaptar este baremo a la nueva realidad del país. En el nuevo borrador, al que ha tenido acceso EL PAÍS, el riesgo bajo de transmisión llega hasta los 100 casos por 100.000 habitantes.

Este nuevo documento ha sido ya acordado por la Ponencia de Alertas, integrada por técnicos del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, y será previsiblemente aprobado este martes por la Comisión de Salud Pública, compuesta por los directores generales de esta área. Si no hacen cambios sustanciales (algo que no es previsible, según fuentes sanitarias), España, con una incidencia acumulada este lunes de 82 casos por 100.000 habitantes, volvería a estar en riesgo bajo de transmisión. Alcanzaría el medio (nivel de alerta 2) en caso de superar los 100; el alto (nivel 3) por encima de 300 y el muy alto (nivel 4) por encima de 500.

La incidencia acumulada ha sido el indicador más popular a la hora de medir la incidencia de la epidemia en España, pero para establecer el riesgo en una zona se utilizaba otros siete marcadores principales y una veintena de secundarios. Para establecer el peligro que suponía la covid en una zona se cruzan las estadísticas de la incidencia de la enfermedad con la presión asistencial en los hospitales. Estas dos últimas que estaban vigentes se mantienen iguales en esta revisión del documento: la situación se da por controlada por debajo de un 2% de todas las camas hospitalarias ocupadas por pacientes con coronavirus y menos de un 5% de las UCI. Según el último informe de Sanidad, ambos indicadores estaban por debajo de estos porcentajes.

Además, el semáforo añade otros dos indicadores principales de la situación hospitalaria, que sirven para medir la evolución de los casos más graves de covid, y que también se tendrán en cuenta para establecer los niveles de alerta: son el número de nuevos ingresos hospitalarios y de UCI en 7 días por 100.000 habitantes. Cuando sobrepasen cinco y uno, respectivamente, superarán la situación controlada (antes denominada “nueva normalidad”) para entrar en riesgo 1 (bajo).

Aunque estos niveles de riesgo están diseñados para unidades territoriales como provincias o localidades, se suele extrapolar a comunidades autónomas o incluso a todo el país para dar una idea de la situación general. Con el nuevo semáforo, España estaría en una situación de control del coronavirus, teniendo en cuenta todos los parámetros.

El nuevo semáforo hace hincapié en que se deben mantener las medidas en vigor, como la mascarilla, que está regulada por una ley nacional. “En los ámbitos en los que se desarrollen actividades en interior y pueda garantizarse un uso continuado de la mascarilla no se establecerá reducción de aforos en el nivel de alerta 1 y se mantendrán aforos del 75% en nivel 2, del 50% en niveles 3 y 4. En el nivel 4, en función de la evolución de la situación epidemiológica se podrán valorar el cierre de los locales o establecimientos o cualquier medida adicional adaptada al ámbito específico”, reza el documento.

Nuevas restricciones

Esto tiene importancia porque ante la subida de casos hay algunas comunidades, como el País Vasco, que están planteando endurecer las restricciones. El semáforo no es ni ha sido nunca una norma de obligado cumplimiento, pero su función es guiar a los gobiernos autonómicos a la hora de tomar medidas para controlar la expansión del virus. En la nueva versión establece cambios con respecto a las recomendaciones que se venía haciendo.

Cuando una zona llegue a nivel de alerta 1 (bajo), debería restringir el aforo del interior de los bares y restaurantes al 80% (75% en ocio nocturno), garantizar la distancia de las sillas de diferentes mesas en al menos 1,5 metros, permitir el consumo en barra solamente sentados y con distancia de seguridad. En nivel 2 los aforos máximos deberían ser del 50% y no se deberían permitir agrupaciones de más de 15 personas en hostelería. Y, a partir de nivel 3 se debería cerrar interiores, tanto de hostelería como de ocio nocturno.

Estos últimos, no obstante, son escenarios que hoy se ven muy lejanos, si es que se llegan a alcanzar. Por un lado, la revisión de los umbrales de incidencia acumulada han elevado el listón y, por otro, la situación de los hospitales es muy favorable. Tendría que subir mucho para que se llegasen a niveles altos de riesgo, algo que sin ser descartable, no parece el escenario más probable en todo el país.

Entre las nuevas medidas, los técnicos de Sanidad y las comunidades también revistan los actos multitudinarios. Recomiendan no celebrarlos en los niveles 3 y 4 de alerta. En el 1, en los que sean de pie, el aforo debería restringirse al 75%; en ningún caso se permite fumar, consumir otros productos del tabaco en el área destinada al público y se mantiene la obligatoriedad de la mascarilla.

Otra cosa es que las comunidades cumplan con estos preceptos, algo que cada una ha hecho a su manera a lo largo de toda la pandemia.


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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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