Málaga se convierte en la provincia que más población ganó en 2020 gracias al teletrabajo
Frente a las caídas generalizadas de las grandes ciudades, la capital de la Costa del Sol creció en más de 8.000 vecinos el año pasado, impulsada por el Brexit y las nuevas dinámicas laborales
Eduardo Barea ha cambiado las caminatas hasta su oficina de Madrid por paseos mañaneros por el monte San Antón. El asfalto por la tierra. Los edificios por los árboles. Este informático de 39 años llevaba años dando vueltas a la idea de abandonar la capital de España por su Málaga natal. El teletrabajo era su oportunidad latente, hasta que la pandemia aceleró el proceso. El pasado otoño buscó piso y semanas después se trasladaba junto a su mujer embarazada y su hija de tres años a la barriada marinera de El Palo. “Vivíamos bien en Madrid, pero lo vimos claro”, dice, feliz de vivir cerca de la familia y de disfrutar del clima malagueño a diario. Su caso no es excepcional. Como ellos, muchas otras personas han elegido Málaga para mudarse en el año de la pandemia. Tanto, que es la provincia que más población ha ganado en 2020. En un año ha empadronado a 8.169, hasta un total de 1.694.089, un aumento del 0,5%, según el Padrón Continuo, publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes. El teletrabajo es uno de los motivos que se barajan para encontrar explicación a las cifras. Otro es el Brexit, ya que más de un tercio de los nuevos vecinos son británicos.
La estadística revela que España perdió algo más de 106.000 personas durante el pasado año. Las muertes a causa del coronavirus son una de las razones, al igual que su impacto en los movimientos migratorios o la caída de la natalidad. La población de Madrid disminuyó en 34.297 vecinos durante 2020, la de Barcelona, en 31.997 y Valencia en 8.337. Hasta 35 de las 50 provincias disminuyeron población. A cambio, Málaga lideró el crecimiento. De sus 8.169 nuevos vecinos, la mayor parte, 5.433 (el 66%) son extranjeras y, de ellas, más de la mitad (3.164) proceden del Reino Unido. La tendencia confirma el crecimiento malagueño en los últimos años: los datos del INE reflejan que 2014 fue el último año en el que perdió población.
La mayoría de los ayuntamientos de la Costa del Sol, los que tradicionalmente acogen a los nuevos residentes, son cautos y no se atreven a dar una explicación sobre los motivos del crecimiento. Con una vista más amplia, la Diputación Provincial de Málaga dispone de estudios que auguran un crecimiento mayor que otras grandes provincias a lo largo de la próxima década, pero creen que el contexto de crisis sanitaria ha acelerado el proceso, como ocurrió con Barea y su familia. “Estoy convencido de que ha sido fruto de la pandemia”, afirma el presidente de la Diputación, Francisco Salado, quien cree que buena parte de los nuevos vecinos tenían ya su segunda residencia en la provincia y apostaron por mudarse tras el confinamiento y la explosión del teletrabajo. Esta conclusión es coherente con el hecho de que, en Andalucía, todas las provincias litorales ganaron población y las de interior la perdieron el último año. La tendencia es similar en la mayor parte del litoral mediterráneo, con datos de crecimiento en Girona, Tarragona, Castellón, Murcia y las Islas Baleares. También ha pasado en Canarias.
Los municipios de la Costa del Sol y la propia Diputación malagueña llevaban trabajando desde 2019 en convencer a la población extranjera de la importancia de que se empadronaran. Buzoneo, cuñas en la radio, visitas casa por casa y reuniones han sido algunas de las herramientas utilizadas. La idea es que todos sacan ventaja de ello. Por un lado, los propios residentes, que con su padrón en la mano pueden obtener numerosos beneficios en impuestos y actividades municipales. Por otro lado, los ayuntamientos, que reciben más financiación estatal a mayor número de vecinos. Francisco Salado añade: “A ello se ha sumado el Brexit, que ha obligado a los británicos a empadronarse”. En Estepona, de hecho, donde residen 3.630 personas procedentes de Reino Unido, el número de empadronados de las islas comenzó a crecer en 2019. “Y se prevé que siga en los próximos meses”, cuentan fuentes municipales. Anne Hernández, presidenta de la asociación Brexpats in Spain (Expatriados por el Brexit en España), con sede en Mijas, apunta: “Con el padrón y su tarjeta de residencia pueden tener el mismo trato que cualquier ciudadano de la Unión Europea”. Según sus datos, España ha sumado más de 22.000 británicos en 2020, 90.000 desde el referéndum del Brexit en 2016. “Para profesionales, familias y jubilados, esto es un paraíso. Es otro mundo”, subraya Hernández.
Después de promocionarse durante años como ciudad ejemplar para acoger oficinas, la capital malagueña ha cambiado su discurso en los últimos meses. Ahora se ofrece como el destino para trabajar a distancia. El Ayuntamiento de Málaga inició en febrero una campaña destinada a atraer teletrabajadores, con una web que recoge información de interés que ya ha recibido 30.000 visitas y más de 500 consultas, principalmente desde España, Alemania, Holanda y Argentina. El proyecto Málaga WorkBay pone sobre la mesa argumentos clásicos como el clima y la calidad de vida, pero también la importancia de su economía, el AVE, su aeropuerto internacional, el crecimiento de sus empresas tecnológicas y un talento que apuesta por quedarse. “El teletrabajo es el primer paso para que las empresas decidan abrir oficina aquí”, señala la concejala de Turismo y Promoción de la ciudad, Rosa Sánchez.
El anuncio de Google de abrir un centro de ciberseguridad junto al Puerto de Málaga, además de los nuevos proyectos de empresas como Dekra o TDK y el aterrizaje de la Agencia Digital de Andalucía, no han hecho más que ratificar la tesis municipal, también apoyada por quienes ya teletrabajan desde la ciudad. En un vídeo de Málaga WorkBay, varias personas hablan hasta de la diversidad de colegios. “Málaga ofrece numerosas oportunidades”, confirma el holandés Alphons Gerritsen, responsable de Splez, firma relacionada con el marketing y el diseño web.
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