Israel pacta con Dinamarca y Austria un fondo para desarrollar vacunas al margen de la UE
Netanyahu anuncia que el acuerdo se podrá ampliar a la fabricación en plantas propias y extender a otros países
Israel, Austria y Dinamarca han pactado este jueves en Jerusalén una alianza para obtener nuevas vacunas contra la covid-19 al margen de la Unión Europea. A menos de tres semanas de las elecciones israelíes, las cuartas en dos años, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha rentabilizado en campaña el éxito de su estrategia de vacunaciones. Junto al canciller austriaco, el conservador Sebastian Kurz, y la primera ministra danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, ha anunciado la creación de un fondo conjunto de investigación y desarrollo de nuevas vacunas contra la covid-19. Ambos mandatarios europeos se cuidaron de desmarcarse de la política de la UE de cartera común para la adquisición de antídotos frente al coronavirus, pero mostraron con su asociación a Israel una inequívoca voluntad de no seguir dependiendo exclusivamente de la coordinación con Bruselas para garantizarse a largo plazo el suministro de vacunas contra futuras mutaciones del coronavirus.
“Vamos a establecer un fondo conjunto de investigación y desarrollo y a estudiar la posibilidad de crear instalaciones comunes de producción de vacunas”, ha asegurado Netanyahu, visiblemente satisfecho por la presencia de los dos gobernantes europeos a sus flancos. Austria y Dinamarca, al igual que otros países de la Unión, se han mostrado decepcionados por la lenta distribución de los viales adquiridos por la Comisión Europa y el retraso acumulado en el programa de inmunización, que puede verse comprometido por la emergencia de nuevas variantes de la covid-19.
“Estamos muy satisfechos con la iniciativa europea de adquisición de vacunas”, se ha apresurado a precisar el canciller Kurz, uno de los más estrechos aliados de Netanyahu en la UE, “pero también tenemos que cooperar a escala mundial”. Nadie quiso hablar en Jerusalén de grietas en la estrategia común de Bruselas, donde un portavoz de la Comisión citado por France Presse trató de quitar hierro a la entente entre Israel y dos Estados miembros: “No hay contradicción. Son libres de explorar otros modos posibles de cooperación sanitaria”.
Israel lidera las vacunaciones per cápita en el mundo, con cerca de un 60% de sus 9,2 millones de habitantes mayores de 16 años inoculados con la primera dosis de Pzifer-BioNTech, y cerca del 40% con la segunda y definitiva. “En cuatro o cinco semanas habremos acabado de vacunar a todos los mayores de 50 años”, se ha ufanado Netanyahu antes sus homólogos europeos, a quienes ha acompañado a visitar un gimnasio para observar el funcionamiento del llamado “pase verde” o salvoconducto de acceso a centros deportivos y culturales solo para inmunizados, que a partir del domingo será la llave que dará al interior de los establecimientos de hostelería. “Y dentro de ocho semanas ya estarán inyectados todos los mayores de 16 años, excepto aquellos que voluntariamente lo rechacen”, ha puntualizado. Mientras apenas se registran en Israel ingresos hospitalarios de pacientes de más de 60 años, el 40% de los casos graves corresponden ahora a menores de 19 años no vacunados.
“Habrá que seguir llevando mascarillas durante un tiempo (a causa de las mutaciones del coronavirus); ese será el pequeño precio que habrá que pagar”, ha reconocido Netanyahu ante sus visitantes. “No tenemos ninguna garantía de que la enfermedad no vaya a regresar (con otras variantes) y tenemos que proteger a nuestra población ante una reemergencia de la pandemia”, ha remachado el jefe del Gobierno Israelí, que se ha comprometido en plena campaña electoral a acumular una reserva de 36 millones de dosis, suficiente para reinmunizar hasta dos o cuatro veces a sus conciudadanos.
Ese fue el mensaje lanzado desde Jerusalén: más vacunas para hacer frente a un futuro incierto. No se ha precisado, sin embargo, la cuantía del fondo de desarrollo de vacunas trilateral, aunque los tres mandatarios dejaron la puerta abierta, sin entrar en detalles, a invertir en la creación de plantas de fabricación de vacunas en Europa y en Israel. “Nos gustaría explorar también la posibilidad de llevar a cabo ensayos clínicos comunes con Israel y Austria”, ha agregado la primera ministra danesa, que en su país ha sido criticada por socios de coalición de izquierdas por pactar sobre vacunas con Israel mientras la sanidad de Palestina, bajo ocupación militar o bloqueo israelí desde 1967, carece de medios para inmunizar a 5,2 millones de personas en Cisjordania y la franja de Gaza.
“Esperamos que otros países se sumen a nuestro acuerdo de ‘naciones vacunadas”, ha enfatizado Netanyahu, quien en 11 años ininterrumpidos como primer ministro no ha perdido ocasión de intentar granjearse al apoyo de algunos Estados de la UE, por separado, para intentar romper el consenso comunitario sobre Oriente Próximo en favor de los intereses de Israel.
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