Un estudio español confirma que la píldora preventiva del VIH es eficaz en hombres
Ninguno de los 321 participantes se infectó. En 2019 se produjeron en España 2.698 transmisiones del virus
La ciencia ha suplido la falta de vacunas contra el VIH con otra opción: la denominada profilaxis preexposición (PrEP), que consiste en tomar una pastilla antes de las relaciones sin protección, de manera que el virus se encuentre ya con los antirretrovirales en el momento de la infección y esta se detenga. El primer estudio hecho en España sobre esta estrategia fue publicado el mes pasado en la revista científica PLOS One, y confirma la eficacia de este fármaco: de los 321 hombres que participaron —todos ellos practicaron sexo con hombres o con mujeres trans sin protección, con numerosas parejas en un año—, ninguno se infectó en el año de seguimiento del trabajo.
La protección ha sido total independientemente del tipo de centro en el que se suministraba la mediación a los voluntarios, tanto si era en la unidad de infecciones de transmisión sexual de un hospital, en la específica de VIH de un centro sanitario, o en centros comunitarios (consultorios) dependientes de un hospital o de una ONG, pero en locales independientes en el centro de la ciudad. En concreto participaron el Hospital General de Valencia, el Universitario de Donostia, el centro especializado en infecciones de transmisión sexual (ITS) del Vall d’Hebron en Drassanes (Barcelona) y el PrEP Point de Barcelona, que es una iniciativa privada. Si acaso hubo diferencia en que los dos lugares más a pie de calle y alejados del modelo hospitalario reclutaron a más voluntarios y tuvieron un mayor seguimiento, probablemente por la cercanía en el trato y las facilidades de organizaciones más pequeñas, dice Pep Coll, médico de la Fundación Lucha contra el Sida que ha participado en el trabajo. En todos ellos se facilitó el tratamiento gratuitamente a los participantes, ya que, además, se trata de un fármaco de dispensación hospitalaria, por lo que no se puede adquirir en farmacias. Se eligieron esos cuatro lugares para demostrar que la estrategia era eficaz en el entorno español se utilizaran los recursos que se utilizaran.
El uso de la PrEP para frenar la transmisión del VIH fue aprobado en Estados Unidos en 2012, recomendado por el centro Europeo de Control de Enfermedades en 2015 e incluido en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud español en 2019, explica Federico Pulido, de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). De hecho, este ensayo, aunque se publique ahora, fue el piloto que sirvió para disipar las últimas dudas de la Administración ante una práctica a la que algunos ponían pegas por cuestiones como que podía fomentar la promiscuidad y aumentar las ITS. Coll apunta que por eso entre los firmantes hay personas del Ministerio de Sanidad y del Instituto de Salud Carlos III.
El trabajo, sin embargo, apenas recoge un aumento significativo de las enfermedades de transmisión sexual, aunque sí hay incrementos no destacados estadísticamente en sífilis, gonorrea y clamidia. Estos incrementos “no van en absoluto en paralelo con el abandono del uso de los preservativos”, dice Coll. Estos pasaron de ser empleados por el 66,1% de los participantes a serlo por el 37,8%. El médico recuerda que aunque sigue plenamente vigente la recomendación de usar los condones, estos no protegen de todas las infecciones, como las que también se transmiten por vía oral (gonorrea y sífilis, entre ellas). “Seamos realistas; nadie una un preservativo para eso”, afirma. El investigador cree que el escaso aumento de las venéreas se debe a que al recibir la PrEP son personas muy controladas en las que se detecta y trata muy pronto cualquier brote. Además, Pulido apunta al efecto preventivo de la bata blanca, ese comportamiento que hace que los pacientes que saben que van a pasar un control pronto, como un análisis, tiendan a cuidarse más.
Esta abundancia de controles (se les analizaba cada tres meses) también puede estar relacionada con que haya un descenso en el consumo de drogas como el GHB, la cocaína, el cristal, el éxtasis, la ketamina, el speed y la mefedrona, y una estabilización en la de cristal. También baja la proporción de quienes dicen que han consumidos tres sustancias ilegales o más. Coll apunta a que en los centros donde se suministra la PrEP hay servicios de asesoría que pueden ayudar a tratar las adicciones. Y, además, señala que, aunque es solo una hipótesis, se cree que el hecho de tomar la PrEP puede ayudar a que las personas no necesiten perder el control para tener sexo, ya que tienen más tranquilidad mental al saberse protegidos. Eso sí, las personas con insuficiencia renal o problemas óseos no tienen indicado este tratamiento. Esto es importante ya que en muchos casos el usuario relata que tiene sexo sin drogas estimulado por drogas consumidas antes o durante las relaciones (lo que en inglés se denomina chemsex).
Sobre estos comportamientos (droga, sexo sin protección), Pulido destaca que la PrEP es solo una ayuda para personas que ya tenían estas conductas, y que, en cualquier caso, la profilaxis es claramente coste-efectiva. Su precio, ahora que ya hay un genérico, es inferior a los 300 euros al año, y evita las muchas complicaciones que supone un infectado por VIH. Además, hay que tener en cuenta que los usuarios no la van a tomar toda su vida. Ya pasó durante el ensayo, donde hubo personas que lo dejaron, por ejemplo, al encontrar pareja y dejar de tener relaciones esporádicas.
El médico critica que el desarrollo de esta estrategia, que empezó meses antes de la irrupción de la epidemia de covid, sea muy desigual por comunidades. Así, por ejemplo y sin ser exhaustivo, mientras en Cataluña todos los centros sanitarios la pueden dispensar, en Madrid se ha concentrado toda la atención en el centro Sandoval, que está en el centro de la capital, lo que supone un problema para un hombre de otra localidad de la comunidad. Y Pulido recuerda que en España en el último año hubo unas 3.000 transmisiones del VIH (2.698 en 2019, el 56,6% hombres que han tenido sexo con otros hombres, según los últimos datos del Plan Nacional sobre el Sida), y que “todos los días vemos a chicos en las consultas con VIH que ni sabían que tenían esta opción”.
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