No más Matildas, la campaña que reivindica el trabajo de las mujeres científicas
La Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas ha presentado la campaña #NoMoreMatildas que alerta sobre los efectos de la falta de referentes femeninos en la ciencia y los libros de texto
“Déjate de tonterías. Dedícate a otra cosa”. Maitane Alonso tenía 15 años y acababa de comenzar en el mundo de la investigación cuando escuchó estas palabras. A medida que crecía observaba cómo las voces de sus compañeras de clase se volvían cada vez más débiles ante las preguntas del profesor. Sus compañeros, por el contrario, mantenían seguridad al responder, incluso cuando no estaban atendiendo. Ahora con casi 20 años, esta estudiante de Medicina ha ideado una tecnología de conservación de alimentos que llevó al Instituto de Tecnología de Massachusetts a proponer su nombre para un asteroide. Aunque su caso es una singularidad. La cifra de matrículas femeninas en las carreras científicas se sitúa en 28,5% según las estadísticas universitarias publicadas por el Ministerio de Educación en 2019.
Si delante del apellido Einstein hubiera habido un nombre de mujer, lo más seguro es que hoy no lo asociaríamos a la famosa Teoría de la Relatividad, debido a que su mérito se lo habría llevado algún compañero de investigación o incluso su pareja. Se trata del Efecto Matilda, que pone nombre a la invisibilización que ha acompañado durante décadas a las aportaciones científicas de las mujeres por el mero hecho de serlo. Como consecuencia, las niñas han sido educadas sin referentes femeninos en los libros de texto. Por ello, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) ha desarrollado la campaña #NoMoreMatildas, que pretende destruir los estereotipos que hacen creer a las pequeñas que son menos inteligentes o capaces para la ciencia que los chicos.
La campaña ha sido presentada esta mañana en la oficina del Parlamento Europeo de Madrid, al cual ha asistido la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. “Las mujeres estamos cansadas de ser pioneras constantemente, ya que esto nos debilita”, ha recalcado Calvo. “En cambio, formar parte de una genealogía nos ayuda a ser más fuertes”. Al acto también estaban presentes los ministros de Educación, Isabel Celaá, y de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, junto a varias eurodiputadas y los creadores de la campaña, la agencia Gettingbetter.
Durante su intervención, Celaá, ha criticado los miles de referentes femeninos que han sido hurtados debido a que su aparición en los libros de texto apenas llega al 7,5%. “Las niñas llenan las escuelas, pero dudan de su propio potencial, lo que les impide despegar y desarrollarse en plena igualdad”, ha explicado. Pero lo más grave de esta situación, según la ministra, no es solo la evidente pérdida de talento humano. Los empleos de las áreas de STEM, es decir de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, serán los mejor remunerados, sin embargo, la matriculación femenina en ellas apenas llega al 9%.
Duque ha lamentado que, durante mucho tiempo, las mujeres que se dedicaban a la ciencia y a la ingeniería “eran pioneras que debían enfrentarse a la ausencia de conocimiento o incluso a la burla o al abuso”. El ministro también ha asegurado que en la nueva ley de Ciencia está previsto mejorar la carrera científica en materia de género. Y ha celebrado que actualmente, gracias a las políticas de igualdad las mujeres ya representan cerca del 42% en la ciencia. Sin embargo, durante el confinamiento la mitad de ellas se encargó en exclusiva de la limpieza del hogar, frente al 20% de los hombres, según datos del Ministerio de Ciencia.
Para Carmen Fenoll, en representación de AMIT, existen datos de sobra que muestran que las mujeres están infrarrepresentadas en los ámbitos científicos. La catedrática ha advertido que las acciones no solo deben crear vocación científica en las niñas, sino ayudarlas después en su desarrollo profesional para no abandonarlas en callejones sin salida. “Es intolerable que ahora sigamos desperdiciando tanto talento por prejuicios. Todavía en muchos países las mujeres son ciudadanas de segunda y no tienen posibilidad de estudiar, es necesario que el camino sea menos complicado para aquellas que quieren dedicarse profesionalmente a la investigación”, ha advertido la presidenta de AMIT.
Maitane Alonso, que también ha intervenido en el acto, reconoce que ella tuvo la enorme suerte de que su familia y sus amigos confiaron siempre en ella. Poco a poco su voz se fue haciendo más fuerte gracias a los reconocimientos internacionales. “Ojalá llegue un día en el que no sea necesario repetir que la ciencia no tiene género, ni raza, ni ningún otro límite”.
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