Los países pobres recibirán los primeros 1,2 millones de vacunas de Pfizer y BioNTech a finales de febrero
La OMS critica que el 94% de los países que ya están inmunizando a su población son ricos, con un 10% que acapara el 75% de las dosis
Si todo va bien, a finales de febrero la iniciativa Covax podrá enviar 1,2 millones de la vacuna de la covid de Pfizer y BioNTech a los países pobres. Para ponerlo en contexto, son menos de la mitad de las dosis de las que habrá dispuesto ya España este lunes, con la gran diferencia de que la iniciativa que promueve la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como objetivo facilitar vacunas a los 92 países más pobres, que reúnen unos 3.000 millones de personas, mientras que el Ministerio de Sanidad español tiene que atender a 47 millones.
Este lunes, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha criticado en una reunión de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que más del 94% de los países que están vacunando ya a su población son ricos y el 75% de las dosis han sido desplegadas en solo 10 de esos países. “Es comprensible que los Gobiernos quieran empezar por vacunar a sus propios sanitarios y ancianos primero, pero no es correcto vacunar a adultos jóvenes y sanos en países ricos antes de hacerlo con el personal sanitario y mayores en países de bajos ingresos”, dijo durante su presentación en un panel sobre Equidad vacunal y construcción de resiliencias: dos pruebas para la solidaridad global.
“Aunque el rápido desarrollo de vacunas es un gran logro científico, si no actuamos ahora, podría servir para profundizar desigualdades ya existentes”, advirtió Ghebreyesus, para quien “la promesa de un acceso equitativo a las vacunas está en grave riesgo: afrontamos el peligro real de que gran parte del mundo se quede atrás en el proceso de vacunación”.
Una preocupación compartida por el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ángel Gurría, quien advirtió seriamente en contra de caer en un “nacionalismo vacunal” que acabe dificultando también la recuperación global y ponga en peligro esfuerzos colectivos como el programa Covax.
“Tanto Covax como otras respuestas colectivas siguen estando insuficientemente financiadas, requieren miles de millones y hasta billones y no las estamos financiando de manera suficiente, y eso que es crucial”, lamentó Gurría, para quien “la tendencia hacia el nacionalismo vacunal está minando seriamente el potencial de estos esfuerzos colectivos”. Y ello, a la larga, agregó, lo pagarán todos, porque “las economías avanzadas no lograrán vencer al virus y no se recuperarán a menos que ayuden a los países en desarrollo a salir de esta crisis”. Algo que, constató, “le da un nuevo significado a la solidaridad global, la cooperación multilateral y la ayuda al desarrollo”.
No son solo palabras. El mexicano, que en junio acabará su mandato ante el organismo con sede en París, puso también cifras demostrativas sobre la mesa: según explicó, hasta el momento el mundo ha movilizado 14 billones de dólares en estímulos globales, “la gran mayoría para países de altos ingresos”. Esto supone, recordó, “90 veces más” que la inversión anual en Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), que es de 153.000 millones. “Podríamos duplicar y hasta cuadriplicar la cifra y seguiría siendo solo una fracción de lo dedicado a luchar contra la pandemia, y no sería solo generoso, sino muy inteligente, porque no superaremos esta pandemia y repararemos la economía global a menos que invirtamos en una verdadera recuperación global que, al contrario que tras la crisis de 2008, no deje a nadie atrás”.
Tras entrevistarse por videoconferencia con Ghebreyesus, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha llamado este lunes a “acelerar” la organización de las campañas de vacunación en los países emergentes. El mandatario reconoció estar “un poco preocupado” por el desafío que supone. “Claramente, debemos acelerar la organización de las campañas de vacunación en los países pobres y emergentes, especialmente en África”, agregó, según la Agencia France Presse.
Pero, más allá de las proclamas, la realidad de Covax es que frente a los 2.000 millones de dosis reservadas por la UE para tener vacunado al 70% de la población en enero, la plataforma espera haber recibido la misma cantidad a lo largo de todo 2021, con el objetivo de haber llegado al 20% de la población de esos países, como explica Lorena Covas, experta de Unicef en el funcionamiento de la iniciativa, en la que participa en los programas de adquisición y distribución del medicamento. En el fondo, la idea de Covax es la misma que llevó a la Comisión Europea a negociar unida el suministro de vacunas para la covid, pero con menos éxito a corto plazo: asegurar un acceso más equitativo y a mejor precio. El principio que subyace es que ante una pandemia mundial la respuesta tiene que ser global porque un país no puede considerarse protegido si desde el vecino le puede llegar el virus. Aparte de la agencia sanitaria de la ONU, los otros socios son la Alianza Global para las Vacunas (Gavi) y la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante la Pandemia (CEPI). El miércoles pasado la plataforma anunció que suministrarán 337 millones a 140 países durante el primer semestre de 2021.
Como explica Covas, en la organización hay dos grupos de países: los 92 más pobres y otros 94 de más ingresos. A los primeros se les facilitarán las vacunas gratis, y los otros, entre los que hay incluso potencias como Canadá, se lo pagarán ellos, pero se beneficiarán del precio conseguido. La UE no está en ninguno de estos grupos, pero financia con 500 millones de euros el programa.
Aparte de esos 1,2 millones ya listos para enviar, Covax espera llegar a 40 millones de dosis de Pfizer dentro de un plan para llegar a los 90 millones con los que vacunar en la primera mitad de año al 3% de la población africana, empezando por sanitarios y trabajadores esenciales. Y está pendiente de disponer de más de 300 millones de la de AstraZeneca.
Fuentes de la OMS afirman que Covax tiene un acuerdo con AstraZeneca para distribuir 350 millones de vacunas en la primera mitad de este año. El comité de vacunas de la organización (SAGE) ha mantenido una reunión este lunes para revisar la información que hay sobre el medicamento y considerar si lo incluye en la lista de medicamentos de urgencia como ya está la vacuna de Pfizer y BioNTech. Ello supone un aval a su uso, y facilita su aprobación en países sin un sistema de evaluación de medicamentos potente o ágil (o, directamente, sin una). La organización confía en que la vacuna de AstraZeneca sí sea eficaz para evitar los casos más graves y de otras variantes (un ensayo en Sudáfrica ha detectado que defiende mal contra los casos leves y moderados causados por la varinte originara de ese país), con lo que se mantiene la idea de usarla.
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