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La Fiscalía pide cuatro años de cárcel a un cura acusado de mandar vídeos sexuales a una niña de 13 años

El párroco ya había sido juzgado en 2010 por contactar con menores y dirigirles comentarios improcedentes por redes sociales, pero salió absuelto

En primer plano, el excapellán acusado de enviar un vídeo de contenido sexual a una menor, en la Audiencia Provincial de Valladolid, este viernes.
En primer plano, el excapellán acusado de enviar un vídeo de contenido sexual a una menor, en la Audiencia Provincial de Valladolid, este viernes.Javier Álvarez
Juan Navarro

La Audiencia Provincial de Valladolid juzgó este viernes a un párroco de la iglesia de Las Angustias (Valladolid) detenido en enero de 2020 por un presunto delito de corrupción de menores y abusos sexuales a una niña de 13 años que mendigaba con su madre ante el templo. La Fiscalía pide cuatro años de cárcel para el cura, Óliver Fernández, de 40 años, por enviarle “contenido sexual explícito”, como vídeos masturbándose, realizarle peticiones eróticas y emplazarla a encuentros privados que no llegaron a producirse.

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El religioso admitió estos diálogos pero atribuyó todo a “un juego de carácter sexual” y acusó a la joven y a su familia, de nacionalidad rumana y en paradero desconocido, de urdir un plan para chantajearle. Los policías que analizaron los móviles sostuvieron que fue el adulto quien llevó la iniciativa de las proposiciones. Fernández ya había sido juzgado en 2010 por contactar con menores y dirigirles comentarios improcedentes por redes sociales mientras ejercía en Zaratán (Valladolid), pero salió absuelto y recaló en un convento antes de trasladarse a la iglesia vallisoletana. El arzobispado dice que sus investigaciones canónicas, sobre las que no se han pronunciado, llegarán a Roma una vez haya sentencia.

El cura se presentó en la Audiencia Provincial de Valladolid en solitario y únicamente respondió a las preguntas de su abogado. Su discurso se centró en una supuesta extorsión sufrida desde que la madre y la tía de la menor supieron de sus mensajes con la adolescente, pues llegaron a pedirle presuntamente 120.000 euros para comprarse una casa en Rumania a cambio de no incriminarle.

Las mujeres, que acudieron a las autoridades el 10 de enero, finalmente no denunciaron, por lo que la Fiscalía obró de oficio. Fernández sí admitió las charlas de alta carga erótica y que mandó un vídeo sexual al móvil de la madre de la menor, que solía utilizar esta porque la adulta apenas sabía hablar, leer o escribir castellano. En la secuencia, del 1 de enero de 2020, según lo relatado en la sesión, aparece él, desnudo, y masturbándose. Apenas unos días antes le había enviado otro vídeo, en el que no se le veía el rostro, también de carácter sexual. Los policías que han declarado ante el juez como testigos han subrayado que los rasgos físicos del hombre despejaron cualquier duda de que se trataba de él.

El acusado accede a la Audiencia Provincial de Valladolid, el 29 de enero.
El acusado accede a la Audiencia Provincial de Valladolid, el 29 de enero. Javier Álvarez

El eclesiástico, con la cabeza gacha durante la sesión, esgrimió que la “insistencia” en que se apreciara su cara era para que se le pudiera identificar e iniciar así un chantaje. La fiscal recordó que más allá de esta supuesta extorsión existe un posible delito previo y que los distintos favores que Fernández le brindaba a una menor necesitada, que comía “pan y leche”, en forma de regalos como un móvil, un chándal o dinero, podían animarla a mantener esa actitud ante un “depredador”. Los agentes desmontaron la afirmación del investigado e insistieron en que era él quien trataba de verse con la niña “a solas” en la casa de ella o en el cine. Incluso le planteó acompañarla a comprarse ropa y entrar juntos en el probador.

Piden cuatro años de cárcel

Uno de los principales argumentos de la acusación del ministerio público, que durante la sesión ha elevado a cuatro los tres años de prisión primeramente solicitados, radica en un episodio producido el 2 de enero de 2020. Entonces, la madre y la hija acudieron a Las Angustias y hablaron un rato con Fernández. Según este, al despedirse, le dio “dos besos” a la chica y “en un gesto normal, de despedida, sin ánimos lúbricos”, le tocó el culo. Él asegura que fueron solo “unos segundos” hasta que se percató de que, casualmente, “la mano no estaba donde tenía que estar”. Sin embargo, horas después, le preguntó concretamente si le había gustado y qué había sentido, algo que para la fiscal demuestra que fue un suceso premeditado.

El acusado ha intentado involucrar al entorno de la menor diciendo que a partir del 9 de enero los mensajes pasaron a estar mal escritos, mientras que la chica, que iba al instituto, solía comunicarse bien. Por eso él reitera que las familiares buscaban “enrollarle en algo inmoral” para beneficiarse de él, si bien los policías y la fiscal han destacado la incapacidad de esas mujeres, la madre por analfabeta y la tía por no vivir con ella, para escribir las anteriores frases sexuales. Los agentes sí apuntaron a que las conversaciones posteriores al 9 de enero, un día antes de la detención, sí podrían proceder de otra persona.

Portavoces del Arzobispado de Valladolid, cuyo arzobispo es Ricardo Blázquez, hombre de confianza del papa Francisco y presidente de la Conferencia Episcopal Española durante nueve años, explican que hasta que no haya una sentencia firme no remitirán al Vaticano la investigación canónica realizada sobre el cura, que fue apartado al ser arrestado. La justicia resolverá el futuro de este clérigo y qué pasaba exactamente en Las Angustias.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.

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